BAGDAD – Al menos 95 personas han muerto y 200 han resultado heridas el sábado tras la explosión de un camión bomba en un concurrido mercado del centro de Bagdad, mientras que una cadena de coches bomba sacudía la ciudad multiétnica de Kirkuk, reporta la agencia Reuters. Un día después de que los servicios de inteligencia de Estados Unidos dijeran que había elementos que permitían calificar el conflicto en Irak de guerra civil, el principal clérigo chií del país pidió de nuevo a los iraquíes que rechacen
la violencia.
La explosión en Sadriya, una zona de Bagdad en la que predominan los kurdos chiíes, elevó una columna de humo negro al cielo en una zona que en los últimos meses ha sufrido varios atentados con bomba.
En la localidad norteña de Kirkuk hubo varios atentados con coche bomba, uno de ellos conducido por un suicida, que mataron al menos a cuatro civiles e hirieron a 37. Dos de los coches explotaron a las puertas de las oficinas de los principales partidos kurdos de la ciudad.
Los habitantes corrieron atemorizados a sus casas y las tiendas cerraron antes, mientras que la policía impuso un toque de queda para los vehículos. Una fuente policial dijo que todas las entradas a Kirkuk estaban cerradas.
Más al norte se impuso también el toque de queda en Mosul, la tercera ciudad del país en tamaño, después de que surgieran enfrentamientos entre insurgentes y policías en varios barrios.
La violencia continuó pese a los toques de queda. Un coche bomba alcanzó a una ambulancia y mató a una mujer herida que estaba siendo trasladada al hospital y seis bombas de mortero alcanzaron las oficinas del canal de televisión Iraqiya, financiado por el Estado.
En la chií Nayaf, el principal clérigo chií del país, el gran ayatolá Ali al Sistani repitió sus llamamientos a la calma.
"La nación islámica está atravesando momentos difíciles y se enfrenta a tremendos desafíos que amenazan su futuro", dijo en su nueva fatua, o edicto religioso.
"Todo el mundo conoce la necesidad de permanecer unidos y rechazar la tensión sectaria para evitar azuzar las diferencias sectarias", añadió.
Por otra parte, el Ejército de Estados Unidos informó de que habían muerto dos de sus soldados en la provincia suní de Anbar, bastión de la insurgencia.
El Ejército informó también de la muerte de tres miembros de Al Qaeda en Faluya y otro más al norte de Bagdad.
El informe de la inteligencia que señalaba que existían rasgos de guerra civil recogió también que se deben hacer progresos en 12-18 meses para evitar un deterioro mayor de la situación.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, tiene previsto enviar 21.500 hombres más al país, especialmente a la capital.