El próximo 9 de Febrero se cumplirá el 41 aniversario de un acontecimiento que la historia de la República Dominicana registra como “EL AMETRALLAMIENTO DEL PALACIO NACIONAL”. El la fecha referida de 1966, la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), bajo la dirección del Br. Amin Abel Hasbún y otros dirigentes, y con la integración de la mayoría del movimiento estudiantil universitario y del nivel medio, organizó una marcha al Palacio Nacional para reclamar al Presidente de entonces, Héctor García Godoy, el reconocimiento del Gobierno dominicano al Movimiento Renovador Universitario y las autoridades universitarias provisionales que resultaron electas a raíz de la formación de dicho movimiento, así como la entrega de los fondos retenidos.
También exigían los estudiantes el cese de la ocupación militar norteamericana que permanecía el país a través de la llamada Fuerza Interamericana de Paz, después de terminada la guerra de abril del 1965,
En necesario hacer mención de que la proclama del Movimiento Renovador Universitario se realizó en una asamblea llevada a cabo el 16 de septiembre de 1965 en el paraninfo del edificio de la que en esa época se llamaba Facultad de Ciencias Económicas. En esa asamblea se eligió el Consejo Universitario Provisional bajo la rectoría del Ing. Andrés María Aybar Nicolás.
En reconocimiento y homenaje a ese movimiento, por mandato del honorable Consejo Universitario bajo la rectoría del Dr. Fernando Sánchez Martínez, el 25 de septiembre de 1986, como parte de los actos conmemorativos del 21 aniversario, se construyó una Plaza en el lugar donde se hizo la proclama, denominada “PLAZA DEL MOVIMIENTO RENOVADOR” y se desvelizó una tarja construida en dicha plaza, la que aún se mantiene.
Mientras los manifestantes esperaban frente al Palacio Nacional la respuesta del gobierno, se produjo el ametrallamiento a la multitud que la prensa de la época estimó entre ochocientos y mil personas. Como resultado, murieron cuatro estudiantes: Br. Antonio Santos Méndez, estudiante de Química en la UASD; Br. Miguel Tolentino; Br. Luís Jiménez Mella, y Altagracia Amelia Ricart Calventi, estudiante del Instituto de Señoritas Salomé Ureña de Henríquez.
En ese sangriento hecho también resultaron varios estudiantes heridos, algunos de los cuales todavía padecen lesiones permanentes como son los casos de Brunilda Amaral y Antonio Pérez (Tony).
La sociedad dominicana repudió con vigor ese sangriento acontecimiento mediante protestas en diversas partes del país que derivó en una huelga general indefinida la cual se extendió por 7 días. Incluso, los estudiantes de la Universidad Católica Madre y Maestra de Santiago de los Caballeros dejaron sentir su protesta.
Como resultado de esa lucha, el 14 de marzo de 1966 el Gobierno Provisional reconoció las autoridades universitarias provisionales electas por el Movimiento Renovador Universitario.
Hoy, próximo a cumplirse el 41 aniversario de aquel acontecimiento sangriento, se debate en la prensa nacional y a lo interno de la UASD, la pertinencia de un mural que exalta la figura del Dr. Joaquín Balaguer, precisamente en una pared exterior del Paraninfo de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales frente a la Plaza erigida.
El mural de referencia debe ser retirado y sustituido por otro que refleje con objetividad los hechos históricos referidos, ya que, como se ha señalado en los párrafos anteriores, los protagonistas y mártires del acontecimiento histórico son quienes reclamaron e incluso ofrendaron sus vidas para que nuestra Universidad Autónoma de Santo Domingo, con la nueva visión que le impregnaba el glorioso Movimiento Renovador Universitario, recibiera el reconocimiento oficial como al efecto fue logrado. El Dr. Balaguer no era el presidente de la República al momento de los hechos.
Amin Abel Hasbún, Romeo Llinás, Narciso González, Luís Eduardo Brea, Carlos Dore, Gustavo González, Diómedes Mercedes, José Sosa, Nelson González y Jorge Mora, dirigentes de la Federación de Estudiantes Dominicanos que encabezaron la marcha; los mártires ya mencionados, los estudiantes heridos, el Coronel Caamaño, como líder de la guerra de Abril, de cuyo proceso nació el Movimiento Renovador, así como las autoridades universitarias que integraron el Consejo Universitario Provisional, tienen aparecer en ese u otro mural, si queremos hacer honor a la historia.
El honorable Consejo Universitario debe hacer valer su autoridad y ordenar al Señor Rector que de inmediato haga sustituir la obra de arte referida y que en su lugar se pinte otra, que exalte a los representantes del glorioso Movimiento Renovador Universitario. Dicha obra debería realizarse mediante un concurso público en el que tengan la oportunidad de participar en igualdad de condiciones los profesores y profesoras de la Facultad de Artes, y de la Escuela de Arquitectura de nuestra universidad, entre los que hay excelentes muralistas.