Los doce millones que devengará el boricua Jorge Posada para esta temporada no parece ser la preocupación del jugador, quien está en su último año de contrato con los Yanquis de Nueva York.
Posada parece estar más concentrado en el juego, ya que, según reveló el receptor a la agencia AP, las preocupaciones contractuales se las dejará a sus representantes Sam y Seth Levinson, y al gerente general de los Yanquis, Brian Cashman.
El jugador, de 35 años, está en Tampa, Florida, poniéndose en condiciones para reportarse este mes a los Campos de entrenamientos. "Me queda un año y todo puede pasar", dijo Posada este lunes a la AP después de una sesión de gimnasio, de cara a la pretemporada. "Ya veremos, todo depende de ellos. Esto se resolverá, y yo por ahora me concentro en lo que tengo que hacer", agregó.
El boricua todavía no ha sentido el ánimo de optar por el retiro. Entiende que aun tiene la pasión por el juego al señalar: "Para ser franco, si me sigo sintiendo como ahora, continuaré jugando". "No siento que haya llegado el momento de irme", reveló Posada en la entrevista.
La temporada pasada, el puertorriqueño bateó para .277, con 23 cuadrangulares y 93 carreras producidas. Fue la mejor campaña al bate del receptor, que ha sido seleccionado cuatro veces para el Juego de Estrellas, desde el 2003.
Esta temporada, Posada trabajará con varios nuevos serpentineros, incluido el japonés Kei Igawa.