La Junta Central Electoral acaba de dar un paso totalmente contrario a su misión, al disponer el cobro de quinientos y mil pesos a todos ciudadanos que soliciten duplicados de cédulas, en una segunda y tercera vez, respectivamente.
Los nuevos miembros de la Junta Central Electoral parecen tener el criterio de que ese organismo es una caja recaudadora y no una institución destinada a invertir todos sus recursos en las garantías electorales que brinda el sistema democrático.
Se equivocan los jueces electorales y, por tanto, deben rectificar de inmediato dejando sin efecto esa desacertada e impopular medida.
La Junta Central Electoral recibe todos los cuartos del mundo, ya que funciona como organismo recaudador a través de las oficialías civiles.
Si bien el Máximo Tribunal Electoral no recibió el presupuesto solicitado, también es cierto que los altos sueldos de los funcionarios de elevada y mediana jerarquía reflejan una especie de festín que desdice mucho de la institución y de quienes la encabezan.
Los jueces de la Junta Central Electoral saben que en el país hay decenas de miles de dominicanos que no tiene acta de nacimiento o están sin declarar; cantidad que aumentará con la elevación constante de las cargas impositivas exigidas para la obtención de estos documentos y que se agravará ahora con las elevadas sumas de quinientos y mil pesos que se exigirán para la renovación de cédulas.
Con esta medida, la Junta hace más daño al país y al ciudadano común del campo y la ciudad que los beneficios que obtendría ese organismo.
La Junta Central Electoral no debe arrancarle al Pueblo lo que le niega el Estado y lo que no supo lograr del Gobierno. Si ese organismo quiere más dinero, que lo busque por otro lado y que se olvide del camino fácil que resulta cargar a los ciudadanos, cada vez más, de impuestos, ya que la gente simple no los puede pagar.
Errar es de humanos y con esta pretensión está muy claro que ustedes se han equivocado, por lo cual sabemos que hallarán la forma de reparar el daño que pudieran estar causando a la democracia.
La mayor cantidad de cédulas perdidas tienen sus orígenes en los atracos y robos de que son víctimas los ciudadanos. Entonces, si además del robo que han sufrido también tienen que buscar quinientos o mil pesos, muchos se quedarán sin ese documento por largo tiempo, y otros, quizás, para siempre, perdiendo la oportunidad de participar en los comicios locales y nacionales, gracias a una desacertada medida de la Junta Central Electoral.
El deber de la Junta Central Electoral es estimular una mayor participación ciudadana en la elección de quienes dirigirán los destinos de la nación, motivo por el cual ese alto organismo hace muy mal al adoptar medidas que puedan fomentar la abstención electoral.