El jardinero de los Gigantes, Barry Bonds, llegó desafiante y más optimista que nunca a los entrenamientos. “Adelante, investíguenme”, fueron las palabras de Barry Bonds para el gran jurado, tras presentarse ayer a los campos de entrenamientos de los Gigantes de San Francisco.
Bonds, quien se presentó en mejores condiciones que en años recientes luego de un productivo acondicionamiento en el invierno, dijo que “los dejen investigar”, al referirse a los integrantes de la comisión que lo investiga en torno al posible uso de sustancias prohibidas.
“Déjenlos, ellos han estado haciéndolo por largo tiempo”, reiteró Bonds al diario San Francisco Chronicle. El jugador llegó al complejo de los Gigantes acompañado de sus dos publicistas y de un guardia de seguridad asignado por las Grandes Ligas.
Fue notable la ausencia de sus dos entrenadores personales, Greg Oliver y Harvey Shields, quienes no podrán estar con el toletero en el campo de pelota.
Al preguntársele si había fallado una prueba de anfetaminas Bonds declinó comentar. Barry terminó su entrevista de doce minutos en el dogout cuando las preguntas salieron del béisbol y se fueron a sus problemas fuera del terreno.
En las prácticas, Bonds estuvo bromeando con su nuevo compañero de equipo, Barry Zito, y ambos salieron del clubhouse vistiendo una franela negra con letras naranjas que decían en la espalda “No me pregunten, pregúntenle a Barry