SANTIAGO.- Las marchantas, personajes folklóricos que identifican al Primer Santiago de América, saludaron la construcción por parte de la administración municipal de una plaza dedicada a ellas, que será inaugurada este jueves por el sindico José Enrique Sued. Se manifestaron sumamente contentas de que el Ayuntamiento se haya acordado de los aportes que han hecho, a través de largos años, a la comunidad santiaguera en sentido general.
"Estoy feliz por esta plaza dedicada a nosotras", dijo Rosa Mela Peña, una marchanta residente en Don Pedro, mientras que Joselin Vásquez manifestó que el síndico se merece "una sincera felicitación" de parte de todas las que se dedican a ese oficio.
Mercedes Vásquez, Susana Vásquez, Carmen Rosa Batista, Carmen Rosa Vásquez, Sunilda Peralta, Nina Peña, María Agustina Vásquez y Rosa Julia Peña son marchantas que residen en diferentes puntos de Santiago.
Ellas se sienten orgullosas, según lo confesaron, por la inauguración de la Plaza de la Marchanta, la cual está prevista para este jueves 22 de febrero, a partir de las 6:00 de la tarde.
La misma está ubicada en la avenida Juan Pablo Duarte, a la entrada de Hoya del Caimito donde antes se encontraba la estatua del prócer Benito Juárez, la cual fue trasladada a Villa Olga, a solicitud de la Junta de Vecinos.
Los trabajos de esta obra, la cual se constituirá a partir de mañana jueves en un elemento mas de atracción para los visitantes y transeúntes, estuvieron a cargo del ingeniero José Andrés García y la inversión estuvo por encima del millón de pesos.
El diseñador de esta Plaza se ha cuidado de que los materiales utilizados en la misma tengan relación con el campo dominicano, que es de donde provienen las marchantas.
En el centro ha sido colocada una atractiva figura de la marchanta, concebida en la modalidad de arte contemporáneo, realizada en metal reciclado con protección especial para asegurar su durabilidad en el tiempo.
Su diseñador original, el artista plástico santiaguense Dionisio Peralta, explicó que se trata de una marchanta en burro con una especie de extrapolamiento de una superficie bidimensional pero sin perder en ningún momento la realidad social de esta clase.
El lugar escogido para su construcción no fue casual, sino que el mismo se debe a que justamente en este sitio coincidían estas mujeres cuando bajaban de las comunidades de Las Palomas, Don Pedro, Tamboril, Monte Adentro, entre otros puntos de esa zona.