El pueblo ha comenzado a susurrar: "E''pa''fuera que van", "e''pa''fuera que van", "e''pa fuera que van"…
El murmullo apenas se percibe en determinados sectores sociales, lento, pero firme, como un secreto que va de boca en boca, como una brisa suave que va recorriendo surcos anunciando la primavera y con ella la esperanza.
Las voces cada vez son más numerosas.
Al coro se suman empresarios, obreros, campesinos, comerciantes, guardias y policías, amas de casa, abogados, médicos, agrónomos, profesores, chiriperos, choferes….
"E''pa''fuera que van", "e''pa''fuera que van"…" Las voces pronto se unirán en una sola consigna: "E''pa''fuera que van".
Que la consigna no sea original, que haya sido utilizada en la campaña pasada, lejos de ser malo, es bueno. Es una aspiración que ahora, más que ayer, tiene valor político.
El gobierno del presidente Hipólito Mejía se encontró atrapado por las circunstancias y por la conspiración orquestada por dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana, de la cual formó parte un sector empresarial que ahora está al borde de la quiebra, así como por el desbordamiento de la crisis bancaria que le costó al país más del 20% de su Producto Bruto Interno, sumado a los actos de terror del 11 de septiembre que representó otros dos mil millones de dólares en pérdidas para el país, más los altos precios del petróleo, que hicieron que la carga del Estado fuera mayor. Esos factores determinaron la salida del poder del presidente Mejía y el PRD.
El dólar se disparó, el costo de la vida se hizo inmanejable, el sistema bancario al borde del colapso amenazando con producir un tsunami… Gracias al coraje del presidente Mejía, a su determinación, el país no se hundió.
La oposición, principalmente el sector que encabezaba Leonel Fernández, estimuló y ayudó a profundizar la crisis y el descontento popular. La oposición dentro del gobierno y del PRD, y la que encabezaba Fernández, apostaron a la quiebra del país. Y ganaron.
Es en esas condiciones que surge la consigna: "E''pa''fuera que van". Y en efecto, en mayo del 2004 el pueblo sacó del poder al presidente Mejía, que, como suele decir el ingeniero Hernani Salazar, es "el único presidente en América Latina que sale del poder sin ser acusado de corrupto ni de asesino, porque ni robó, ni mató". Y eso, digo, lo sabe el pueblo.
Dicen que el agua se aclara sola al paso de la corriente. Y el tiempo, el implacable, como diría el cantautor cubano Pablo Milanés, se ha encargado de poner las cosas en su lugar.
Sin tantos factores negativos gravitando sobre la vida de los dominicanos, este gobierno, que ya va para tres años, no ha hecho nada. Por el contrario, las empresas de zona franca han quebrado, los hoteles cierran sus puertas y se ven obligados a cancelar a miles de empleados. Los recursos de tres reformas fiscales nadie los ha visto en obras de bien social. El dinero se esfuma entre los dedos de los funcionarios. No hay luz, no hay agua, no hay medicinas, no hay comida barata. Todo está más caro ahora que en el gobierno pasado. La gente no se puede beber una cerveza Presidente bien fría, vestida de novia, por los altísimos precios. Un pote de buen ron cuesta una fortuna. El país está cerrado a partir de las 12 de la noche. Hay más crímenes. Hay más drogas. El 98% de los dominicanos dice, con razón, que hay corrupción en el Gobierno. La seguridad ciudadana, lejos de ser una seria preocupación de las autoridades, es un negocio que les deja grandes beneficios.
Es por todo eso que el pueblo ha comenzado a susurrar: "E''pa''fuera que van"…
Tenemos un gobierno integrado por funcionarios prepotentes, arrogantes, que andan por las calles con decenas de policías y militares, deteniendo el tránsito en cada esquina, exhibiendo su poder y su fortuna; un poder que no les pertenece y una fortuna robada al propio pueblo.
En los supermercados, en los estadios, en las universidades y liceos, en los colmados… la gente dice; "E''pa''fuera que van". Hagan lo que hagan, "e''pa''fuera que van"…
El presidente Fernández comenzará a recibir el rechazo popular en forma espectacular. No podrá ir a lugares públicos sin correr el riesgo de que le griten: "E''pa''fuera que van". Tendrá que llenar de guardias y policías los sitios donde acuda para acallar el "buuuu" y el grito "e''pa''fuera que van".
Yo no tengo la culpa de esta desgracia, yo voté blanco, yo voté por Hipólito Mejía. ¡Sí señor!