El vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, ha salido ileso de un atentado suicida perpetrado en la principal base de Estados Unidos en Bagram (Afganistán). La acción terrorista ha ocasionado un número indeterminado de muertos. Según las fuentes, la cifra oscila entre los tres fallecidos que ofrece la BBC a la veintena que han anunciado en un primer momento fuentes oficiales estadounidenses y afganas.
"El vicepresidente está sano y salvo", ha confirmado su portavoz, Lea Anne McBride. Cheney había llegado el lunes por la noche a la base área, ubicada a 60 kilómetros al norte de Kabul, donde opera el cuartel general de las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Afganistán.
Las milicias islámicas de los talibán han reivindicado el atentado y han asegurado que el objetivo del ataque era el vicepresidente de Estados Unidos.
Al menos un soldado estadounidense ha fallecido en el ataque. "Según las primeras informaciones, 18 personas murieron. Quince de ellos son afganos que acudían a sus trabajos en la base. También perdieron la vida tres soldados extranjeros", precisó el portavoz del ministerio del Interior sin precisar la nacionalidad de los militares muertos.
En el momento del atentado, la puerta de entrada a la base estaba custodiada por soldados norteamericanos. Se trata de uno de los atentados más graves cometidos en Afganistán desde la caída del régimen de los talibanes, a finales de 2001.
Según el relato de un policía testigo del atentado, el suicida ha logrado atravesar un puesto de control y se ha dirigido hacia la entrada custodiada por soldados norteamericanos. En ese momento ha hecho detonar el explosivo.
Visita sorpresa.
El vicepresidente norteamericano llegó el lunes al final de la jornada a la base de Bagran procedente del vecino Pakistán, donde poco antes había pedido al presidente de ese país, Pervez Musharraf, reforzar la lucha contra los militantes talibanes y Al Qaeda, congregados a lo largo de la frontera con Afganistán.
Las regiones tribales de Pakistán, en la frontera con Afganistán, sirven de retaguardia a los talibanes, que han incrementado sus ataques contra las fuerzas extranjeras, en su mayoría norteamericanas, y las autoridades afganas.
Dick Cheney tenía previsto viajar por la noche a Kabul para reunirse con el presidente Hamid Karzai, pero tuvo que anularlo debido al mal tiempo.
La coalición occidental está integrada por unos 11.000 efectivos, en su gran mayoría de nacionalidad norteamericana, junto a otros 35.000 soldados pertenecientes a la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) de la OTAN. En abril último, un civil murió por la explosión de un proyectil de mortero cerca de la base de Bagram.