El que ganó la candidatura presidencial en el Partido Revolucionario Dominicano fue el ingeniero Miguel Vargas Maldonado, en una convención considerada más concurrida y diáfana que todas las anteriores, donde no hubo incidentes lamentables, ni denuncias de fraude que pudieran empañar los resultados. Vargas Maldonado ganó mucho a poco. 80 a 20, algo que era previsible, pues todas las encuestas, incluyendo las de Ana María, vapuleada y criticada cuando los números no favorecen a determinados candidatos. Los resultados no fueron sorpresa.
La Corriente Unitaria sirvió para legitimar la candidatura de Miguel Vargas Maldonado.
La convención sirvió para legalizarlo ante la opinión pública y ante la Junta Central Electoral. Sin la participación de la Corriente Unitaria habría sido posible escoger al candidato o legalizarlo como ocurrió. Pero ya eso pasó. La convención es un hecho. La ganó Vargas Maldonado 80 a 20. Los unitarios no ganaron ni el derecho al pataleo. Así las cosas, ¿cómo se explica que ahora pretendan negociar con el candidato para reintegrarse a los trabajos de campaña? ¿Qué hay que negociar?
El doctor Virgilio Bello Rosa dijo en más de una ocasión que la Corriente Unitaria se integraría militantemente a la campaña electoral si la convención era limpia. Y fue limpia. ¿Qué espera? ¿Qué esperan todos?
¿Por qué algunos "líderes" de la Corriente Unitaria están hablando de acercamiento del candidato si quiere respaldo? ¿Por qué hablan de acuerdo "con nombre y apellido", y hasta de un número determinado de cargos importantes en caso de llegar al Gobierno?
A esos "líderes"sería bueno recordarles que fue Vargas Maldonado el que ganó la convención, no ellos. Y que ellos perdieron mucho a poco. Que muchos de ellos no tienen a nadie en el PRD, que hace tiempo se quedaron solos, que las bases los dejaron en el camino, que muchos de ellos no dirigen a nadie, que perdieron sus espacios en el partido.
Esos "dirigentes" lejos de estar chantajeando al PRD y a su candidato, tienen que verse por dentro, revisar su "liderazgo", su capacidad de convocatoria y ver por qué les dieron una pela de votos.
Es verdad que unidad del PRD es absolutamente necesaria, pero no sobre la base del chantaje y la presión de los dinosaurios. El que se quiera integrar que se integre, el que no quiera que se quede en su casa y le haga el juego al presidente Fernández para que se reelija, o definitivamente se marche al partido de José Francisco Peña Guaba, como lo planearon algunos.
Se supone que la Corriente Unitaria no es un partido paralelo ni una fuerza externa. Sus integrantes pertenecen al PRD. Su alianza fue coyuntural, como lo sería, si perdía, el grupo de Vargas Maldonado. Pero al terminar la contienda, los perdedores no tienen más opción que aceptar los resultados y sin más ni más integrarse a los equipos de campaña del partido y del candidato. No hay de otra.
El que ganó, ganó, y el que perdió, perdió. La minoría se subordina a la mayoría. Regla de oro de la democracia.
Por otro lado, hay dirigentes del grupo de Vargas Maldonado que ya se consideran que están en el gobierno. Muchos se sienten ministros y viceministros, jefes de las Fuerzas Armadas y de la Policía, embajadores y cónsules. Han formado, no un anillo, sino un collar en torno al candidato. No quieren cederle el paso a nadie. Caminan con aire de grandeza. Están que no caben dentro de sí mismos. No quieren a nadie de la Corriente Unitaria ni de la sociedad civil. No saben que un partido con vocación de poder debe sumar voluntades. A todos hay que decirles: ¡Despierten de sus sueños! El PRD no ha ganado las elecciones. El PLD sigue en el poder. El presidente de la República es apellido Fernández, no Vargas.
Ganarle al presidente Fernández no será fácil. La lucha por el poder no ha comenzado. Muchas cosas pueden pasar, y pasarán.
Las elecciones presidenciales no serán dentro de un mes. Serán el 16 de mayo del año próximo. Es decir, falta más de un año para la contienda electoral.
Fernández y sus funcionarios que también necesitan reelegirse porque muchos de ellos terminarán en la cárcel si salen del poder, no dejarán que los echen del Palacio sin resistencia.
Tienen recursos económicos para comprar a todo el que haya que comprar.
La campaña electoral promete ser dura y despiadada, violenta y cruel, como ninguna otra. El PRD tiene que estar preparado para lo que le viene. El equipo gobernante juega con duro. Ya lo dijo el presidente Fernández. Su recta estará por encima de las cien millas por horas. Ya tiene en los bolsillos 60 mil millones de pesos. Con tanto dinero, la bola corre rápida en cualquier estadio, mucho más en el estadio que se llama República Dominicana donde por la plata baila el mono.
Quiere decir que no deben hacerse muchas ilusiones los miembros de la Corriente Unitaria, ni los dirigentes del grupo de Vargas Maldonado, porque aun es mucho lo que queda por hacer. El PRD está cerca del poder, pero no está en el poder.
No se maten todavía, esperen por lo menos llegar al gobierno. Entonces, como siempre, cómanse los unos y los otros, y vuelvan a destruirse, a devorarse, como hacen siempre que están en el Palacio Nacional. Pero aún no han llegado. El camino por recorrer está lleno de obstáculos.