SANTIAGO.- En el sector suburbano de Barrio Lindo, perteneciente a este municipio, sus habitantes están padeciendo de enfermedades gastrointestinales, como consecuencia de la mala calidad del agua que sirve el viejo acueducto del poblado. De acuerdo a denuncias hechas por vecina de esa comarca, el líquido llega a los hogares acompañada de bacterias y otros componentes nocivos, acusación que niegan los empleados del INAPA, quienes asegura que no sirven el agua en esas condiciones.
El líquido es servido a través de un pequeño y casi inoperante acueducto del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillo (INAPA) situación que motivó a las autoridades de ese organismo en 1998 a iniciar la construcción de uno más moderno justamente al lado.
Sin embargo, ese período presidencial no fue suficiente, por lo que los trabajos apenas comenzaron, pero en el gobierno de Hipólito Mejía, según empleados de INAPA en Barrio Lindo, no sólo se olvidaron de concluirlo, sino que se permitió que algunos elementos cortaran las varillas y se las robaran.
Apenas volvió a tomar posesión Leonel Fernández en el 2004, se reanudaron los trabajos pero, cuando ya el nuevo acueducto estaba a punto de ser concluido, sorpresivamente lo abandonaron de nuevo, de lo que el 10 de abril se cumplirá un año.
Tubos de diferentes diámetros y otros materiales de construcción se pueden observar en los alrededores del acueducto, cuya construcción fue inexplicablemente suspendida, mientras que siquiera los que empleados de allí tienen idea de las razones que tuvo el gobierno para regresarlo al abandono.
Reporteros de este periódico visitaron ambas instalaciones y observaron que las aguas almacenadas en los depósitos del vetusto acueducto están llenas de partículas extrañas.
Los encargados del lugar admitieron la situación, pero garantizaron que las mismas no son servidas a los clientes en esas condiciones, sino que son lanzadas a un depósito para el uso de animales.
No obstante esa afirmación, residentes en Barrio Lindo dicen todo lo contrario y aseguran que en sus casas están obligadas a consumirlas, por lo que, de acuerdo a la señora Luz Celeste Jorge, líder comunitaria de allí, prácticamente todos están sufriendo de malestares tales como enteritis, gastroenteritis bacteriana, neumonía, infecciones urinarias y vaginales.
En la humilde población de Barrio Lindo en estos momentos es común sufrir de diarrea, cólicos estomacales, fiebres, irritaciones cutáneas, dificultades respiratorias, vómitos y pérdida de apetito, según lo narrado por la señora Jorge.
Aseguraron que, buscando padecer lo menos posible de las enfermedades citadas, muchos de los vecinos de ese sector prefieren sacrificarse económicamente y cada día gastan entre 70 y 100 pesos, con los cuales compran tanques o botellones de agua.
Los empleados de INAPA admitieron que llevan cuatro días que no suplen de agua a la comunidad, porque el canal que conduce el líquido hasta allí fue represado, con el objetivo de reparar una avería, cuya solución se le ha tornado difícil a los técnicos, por lo que cada minuto que pasa se agudiza la falta de agua.
Ante esa confesada realidad, el Movimiento Feminista “Hermanas Mirabal”, de esta ciudad, así como el Grupo de Mujeres “Nuestra Señora de la Altagracia”, de Barrio Lindo aseguran el producto que se sirve, al mantenerse estacando en el acueducto, genera las bacterias que se ven en la necesidad de consumir, con el consiguiente perjuicio de su salud.