WASHINGTON, 9 mar (IPS) – El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, debe cambiar su estrategia hacia América Latina para contrarrestar la creciente influencia en la región de su crítico par venezolano, Hugo Chávez, recomendó el centro de estudios neoconservador Diálogo Interamericano. En su informe "Hugo Chávez: una prueba a la política de Estados Unidos", el instituto con sede en Washington propone un "enfoque más coherente" para las relaciones con Caracas, así como con el resto de los gobiernos latinoamericanos.
El mandatario estadounidense inició el jueves una gira latinoamericana que incluye a Brasil, Uruguay, Colombia, Guatemala y México, mientras Chávez hace lo propio por Argentina y Bolivia.
El mandatario venezolano participará este viernes de un acto público en Buenos Aires, el mismo día en que, al otro lado del Río de la Plata, Bush comienza su visita oficial a Uruguay.
El vicepresidente de Diálogo Interamericano, Michael Shifter, autor del informe, dijo que la imagen de Estados Unidos América Latina ha empeorado, pero señaló que una nueva estrategia para la región podría mejorar las relaciones con esos países y asegurar los intereses de Washington.
Sobre todo, Estados Unidos debe tomar en serio las declaraciones y las acciones de Chávez, sostuvo.
La influencia de Chávez crece en la región, mientras que la de Bush decrece, por lo cual es crucial que Washington tenga un acercamiento con Caracas.
"Sería una decisión muy inteligente si Bush llama a negociaciones con Chávez", dijo a IPS el director del independiente Consejo sobre Estudios Hemisféricos, Larry Birns.
Sin embargo, "es decepcionante que una organización (Diálogo Interamericano) con grandes recursos financieros presente una fórmula para llamar a negociaciones con Venezuela pero no especifique cómo comportarse de la manera adecuada en temas específicos", añadió.
Birns sostuvo que las acusaciones del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos y de Diálogo Interamericano sobre restricciones a la libertad de prensa en Venezuela, así como de tráfico de drogas y de personas, se basan en "información manipulada" para exagerar la situación de derechos humanos en ese país.
Shifter admitió que el actual diálogo con Venezuela no es satisfactorio, y que, "cuando Estados Unidos evita dialogar con Chávez, tienden a acumularse las interrupciones en las relaciones bilaterales y hemisféricas".
Frente a los desacuerdos con el venezolano, Bush debería utilizar métodos democráticos, y abandonar la retórica de la Guerra Fría, sus llamados a un "frente unido" con sus países aliados en América Latina y las acciones encubiertas para desestabilizar Venezuela, dice el informe.
Aunque Shifter defiende una política de no intervención en los asuntos regionales, sostiene que Washington debería seguir de cerca las acciones del gobierno venezolano y llamar la atención sobre cualquier violación de las normas democráticas en ese país a través de canales multilaterales.
En particular, la actitud de Chávez hacia al prensa de su país debe ser motivo de preocupación, según el informe, que menciona la decisión del mandatario venezolano de no renovar la licencia a Radio Caracas TV, la más vieja estación de ese país.
Washington debería ofrecer una agenda sustantiva a sus aliados naturales en América Latina para permanecer como un actor regional, de acuerdo con Diálogo Interamericano.
Shifter sostuvo que las prioridades de Bush deberían ir más allá de las típicas preocupaciones comerciales del Consenso de Washington, el paquete de políticas económicas y comerciales recomendadas por Estados Unidos en los años 80 y 90 a través de las instituciones multilaterales de crédito, y atender los agudos problemas sociales que afronta América Latina.
No tratar estos temas le dará a Chávez más argumentos para sus acusaciones contra Estados Unidos de ser imperialista e indiferente al sufrimiento de los pobres, alertó.
En sus relaciones con Chávez, Estados Unidos debe evitar una política de "ojo por ojo" que ha caracterizado a sus relaciones con Venezuela, añade el informe.
En cambio, Estados Unidos debe moderar sus acusaciones y no alienar a potenciales aliados latinoamericanos, pues ello sólo consolidaría al presidente venezolano como la voz de la región contra los intereses de Washington.
Shifter también recomendó que el Departamento de Estado no exija a sus aliados latinoamericanos que se enfrenten a Venezuela. "La última cosa que los gobiernos latinoamericanos quieren hacer es tomar partido", afirmó en el lanzamiento del informe.
El estudio sostiene que la negativa de Washington a responder al último y duro discurso del presidente venezolano en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas es un ejemplo de moderación responsable frente al "anzuelo de Chávez".
Shifter sostuvo que los esfuerzos para desafiar las políticas de Chávez deberían ser apoyadas por organizaciones de la sociedad civil, para buscar nuevos canales de comunicaciones con las autoridades venezolanas. (FIN/2007)