WASHINGTON, 12 mar (IPS) – Es improbable que los gobiernos de Europa retengan sus aportes a las arcas del Banco Mundial para presionar por un cambio de políticas, como reclaman activistas del continente, advierten expertos. La campaña "Ponga su dinero donde está su boca" ("Put Your Money Where Your Mouth Is", frase que en inglés significa "predique con el ejemplo") se inicia en momentos en que el presidente del Banco, Paul Wolfowitz, procura elevar la contribución de los gobiernos europeos a la Asociación Internacional de Fomento (AIF).
Funcionarios del Banco se reunieron los días 5 y 6 de este mes con representantes europeos, como lo hacen una vez cada tres años, para comprometerlos a reabastecer la caja de la AIF, rama de la institución que ofrece créditos sin intereses y subsidios a países pobres.
"Urgimos a los gobiernos europeos a usar estas contribuciones para alentar la reforma en el Banco Mundial durante la actual ronda de 'reabastecimiento'", dijeron docenas de organizaciones de la sociedad civil, religiosas y sindicales en una declaración escrita.
Los organizadores de la campaña pretenden "asegurar que el Banco se vuelva una agencia que actúa en favor de los intereses de los más pobres del mundo".
Entre las instituciones convocantes figuran Action Aid, Christian Aid, SEED Europa en Holanda, CADTM Bélgica, Alliance Sud en Suecia, Greenpeace Internacional, Eurodad y World Vision.
La AIF está financiada fundamentalmente por aportes de los países más ricos, que representaron más de la mitad de los 33.000 millones de dólares en el último ciclo de reabastecimiento.
El año pasado, los principales receptores de crédito fueron Pakistán (1.100 millones de dólares), Vietnam (768 millones), Tanzania (751 millones) y Etiopía (505 millones). También figuraron en la lista India, Bangladesh, Nigeria, República Democrática del Congo, Ghana y Afganistán.
Los gobiernos europeos no reaccionaron ante la campaña, aunque su creciente insatisfacción con la gestión de Wolfowitz al frente del Banco podía haberlos llevado a ello.
"Los europeos tienen más poder de voto que Estados Unidos. Si dijeran colectivamente 'no le daremos dinero a la AIF a menos que ustedes hagan lo siguiente', eso tendría un peso increíble", dijo Manish Bapna, del no gubernamental Centro de Información del Banco, con sede en Washington.
"Es que los europeos históricamente no negociaron con la AIF de ese modo. Estados Unidos sí lo ha hecho en el pasado. Lo que parece un poco sorprendente esta vez es que los europeos podrían dar un paso más agresivo dada su postura hacia Wolfowitz", agregó.
Algunos funcionarios europeos consideran que Wolfowitz, no ha logrado en sus 18 meses al frente del Banco iniciar o articular un proceso de renovación interna, y que con ese fin designó a un pequeño grupo de asesores, algunos de los cuales son objeto de críticas.
Pero las más de 60 organizaciones participantes en la campaña pretenden que los gobiernos europeos, que aportan más de 60 por ciento de los fondos del Banco Mundial, usen su influencia por descontento con la gestión de Wolfowitz, sino por el fracaso del modelo de desarrollo defendido por la institución.
Los activistas acusan al Banco de ser demasiado restrictivo en sus prescripciones a las naciones deudoras y de favorecer políticas que a menudo empeoraron la pobreza y la degradación ambiental, cargos que el organismo niega con vehemencia.
"El Banco debería, inmediatamente, dejar de vincular su asistencia y sus préstamos a políticas económicas como la privatización, la liberalización y la restricción del gasto público en salud y educación, y debería permitir a los países hacer sus propias elecciones políticas", dice la declaración.
"Muchos estudios muestran que el Banco Mundial continúa imponiendo condiciones de política económica y que a menudo estas son muy perjudiciales", acotó Nuria Molina, de la Red Europea sobre Deuda y Desarrollo (Eurodad). "Esto debe terminar."
En el último año, varios gobiernos europeos –especialmente Gran Bretaña y Noruega– amenazaron con reducir su aporte al Banco. Pero, según Bapna, pronto se sabrá cuán serias eran estas advertencias.
"Eso es retórica: 'Queremos que hagan esto y esto y no estamos demasiado felices con ustedes'. Pero a la hora de la verdad, no está claro si los europeos realmente estarán dispuestos a usar a la AIF a menos que consigan algunos cambios", opinó Molina.
Durante mucho tiempo, el Banco alegó que la AIF ayudó a la lucha global contra la pobreza. Antes de la reunión del 5 y el 6 de este mes, preparó un informe para exhibir logros de los últimos 10 años.
El informe señala que representantes de países usuarios de créditos de cada región de la AIF fueron invitados a tomar parte en las negociaciones de reabastecimiento durante las tres rondas pasadas de recaudación de fondos.
El Banco también sostiene que la AIF ha sido la única gran fuente de aportes para servicios sociales básicos en los países más pobres y que sigue siendo una de las mayores fuentes de asistencia para los 82 países más pobres del mundo, 39 de los cuales están en África.
La AIF presta dinero en términos de concesión. Esto significa que sus créditos no conllevan el pago de intereses, y que las devoluciones de los préstamos se extienden a lo largo de entre 35 y 40 años, incluido un periodo de gracia de 10 años.
Actualmente son 82 los países aptos para recibir préstamos de la AIF. Entre todos albergan a 2.500 millones de personas, la mitad de la población total del mundo en desarrollo.
En el año fiscal 2006, cerrado el 30 de junio, los compromisos de la AIF totalizaron 9.500 millones de dólares.
Las organizaciones de la sociedad civil intensificarán su campaña a tiempo para la segunda reunión sobre reabastecimiento de la AIF, prevista para junio en Mozambique.
Los grados de financiamiento terminarán decidiéndose durante la tercera reunión, que tendrá lugar en las Reuniones Anuales del Banco Mundial que se realizarán en octubre en Washington.(FIN/2007)