El Presidente de la República ha ordenado a sus seguidores en puestos importantes en el gobierno, que pudieran ser llamados de otra forma un poco menos repestuosa, que no se cancele a nadie por apoyar las aspiraciones de Danilo Medina, y que aquellos que ya fueron dejados sesantes sean repuestos en sus lugares de trabajo.
Inteligente y brillante decisión de un hombre al que todos los dominicanos, aun sus ad-versarios, le reconocen una fina inteligencia, una cortesia fuera de serie, y un olfato fino para oler desde lejos como andan las cosas.
Apesar de lo que quieran decir sus allegados, de lo que quiera anunciar su jefe de campaña, un político poco dado a ser precisamente un funcionario o un hombre abierto a las necesidades y requerimientos de peledeistas y dominicanos corrientes, las cosas no andan bien a lo interno del PLD para el Presidente, y mucho menos fuera del partido digan lo que digan, y él ponga las cosas como si ivivieramos precisamente un país más maravilloso que el de "alicia en el país de la Maravillas".
Asi las cosas era poco menos que una estupidez, un falta de tacto político, el hacer vic-tima a los que siguen a Danilo Medina de las maquinaciones y las inquinas de gentes que no sacan un voto ni en su casa.
Por eso, porque las cosas no son como algunos dicen, por ser politicamente más hábil que muchos dentro de su partido, y porque tiene antes que nada la responsabilidad de ser el Presidente de todos los dominicanos, y el estado no es de nadie, ha sido inteligente la decisión del Presidente, y brillante las deduciones del caso que dió Danilo Medina.