La participación de las mujeres emprendedoras en países de renta baja es mayor que en los países de renta alta, según un estudio que evidenció además que las féminas ocupan la tercera parte de los emprendedores en todo el mundo.
El informe GEM 2006, del que se hizo eco la revista digital Tendencia 21, también pone de manifiesto que cada vez hay más mujeres que deciden iniciar una aventura empresarial, sobre todo en países con rentas bajas.
El GEM se basa en datos recogidos por la Global Entrepreneurship Research Association (GERA). Está dirigido por el Babson Collage y la London Business School y estudia el papel jugado por las mujeres en la actividad emprendedora en el mundo.
Las encuestas, realizadas en más de cuarenta países de los cinco continentes, muestran que en los países con un nivel adquisitivo bajo, dicha actividad es mayor, mientras que en los países con niveles de renta mayor hay menos emprendedoras.
Así, en Perú el porcentaje es de 39,3% o en Filipinas es del 22,45%, mientras que en países desarrollados cómo Bélgica o Suecia se encuentran los porcentajes más bajos, con 1% y 2,3% respectivamente.
En España el porcentaje de mujeres al frente de empresas que están naciendo es del 5,70%, frente al 8,83% de hombres. En el caso de empresas ya establecidas los porcentajes son del 3,30% y del 7,59% respectivamente.
La brecha entre hombres y mujeres emprendedores se estrecha, pues, en los países pobres, particularmente en las empresas en estado embrionario (27%), aunque aumenta significativamente cuando se trata de negocios ya funcionando (45%). En este sentido, el GEM sugiere que el acceso al mercado laboral en países con niveles de renta pequeña o mediana anima a las mujeres a empezar su propia aventura empresarial.
Se evaluó el papel que juega la motivación de las mujeres emprendedoras según los países con rentas altas o bajas. En los países desarrollados la motivación principal para empezar un negocio suele ser lo que el informe llama “oportunidad”, es decir, explotar una oportunidad de negocio.
En el caso de países con rentas bajas, la motivación principal suele ser la “necesidad”. El estudio llama “necesidad” a cuando la mujer se ve obligada a empezar un negocio porque no tiene ninguna oportunidad para trabajar o bien para dejar de lado un trabajo que no le satisface.
La media de edad de las mujeres emprendedoras en los países con rentas bajas va de los 25-34 años en los negocios recién nacidos y oscila entre los 35-44 años en el caso de negocios consolidados. Esta relación es mayor en los países con rentas altas, así las mujeres que están al frente de negocios que están empezando tienen entre 25 y 44 años, mientras que las que dirigen negocios ya establecidos tienen entre 35 y 44 años.
Se encontró además que las mujeres que ya trabajan tienen más posibilidades de iniciar su propio negocio como emprendedoras. Ese segundo empleo es un factor clave en la puesta en marcha de una actividad emprendedora, ya que les permite acceder a recursos, capital e ideas.
Según el estudio las mujeres con pocos recursos económicos y un nivel educativo bajo, tener una experiencia laboral es una plataforma muy valiosa para empezar un negocio. Los datos de GEM sugieren que este hecho es más importante incluso que mejorar su nivel educativo.
Globalmente, en todos los niveles de ingresos, las mujeres emprendedoras tienen menos miedo de fallar que aquellas que se alejan de cualquier actividad emprendedora. Sin embargo, muestran menos optimismo y auto confianza que los hombres emprendedores.
GEM analiza el nivel de educación, que está totalmente en concordancia con otros parámetros del estudio. En los países con rentas bajas un 36,5% de las mujeres que están al frente de negocios emergentes y un 46,9% de las que regentan un negocio en marchan tienen estudios por debajo de secundaria. En los países más desarrollados estos porcentajes caen hasta el 25,2% y el 28,2% respectivamente.
El informe también apunta que en los países con niveles de ingresos medios y altos las mujeres con más nivel educativo tienen más probabilidades de transformar su nueva empresa en negocios establecidos.
"Los proyectos empresariales en su fase embrionaria por parte de mujeres siguen creciendo en todo el mundo", dice la profesora Elaine Allen, principal investigadora del estudio, en un comunicado hecho público por el GEM. "En general, las mujeres siguen estando por detrás de los hombres en este aspecto, pero por primera vez se ve paridad e incluso niveles más altos en algunos países con niveles de ingresos bajos".
A este respecto, en los países más desarrollados, los hombres tienen el doble de posibilidades de estar en un proyecto empresarial en sus primeras etapas o en un negocio ya establecido que las mujeres. Hay excepciones, como en China, donde el porcentaje de mujeres
dtg