Los cientistas sociales Ramón Tejada Holguín y Wilfredo Lozano consideran que el partido de gobierno no ha podido superar el tránsito de la escuela política tradicional a la emergencia de un liderazgo moderno, y que sólo la construcción de una ciudadanía más consciente y fuerte puede revertir el clientelismo y otros defectos del modelo político dominicano. Tejada Holguín analiza que los métodos que vemos denunciar a los propios peledeístas, y la concepción con que está operando el estamento jerárquicamente superior del partido refleja que todavía en el Partido de la Liberación Dominicana hay demasiado nostalgia por un estilo de liderazgo que la sociedad dominicana necesita superar y cuyo principal cultor fue el doctor Joaquín Balaguer.
“Lo que estamos viendo en la lucha interna del PLD, y las concepciones y métodos que guían también a los partidos Reformista Social Cristiano y Revolucionario Dominicano, es que el proceso continúa abierto, que no se vislumbra en el futuro inmediato que dejemos atrás la vieja escuela política dominicana y superemos la transición para que el país pase a ser dirigido por un liderazgo realmente democrático y moderno”, puntualizó.
El politólogo habló junto al sociólogo Wilfredo Lozano al analizar aspectos esenciales del modelo político dominicano, en el espacio de educación ciudadana Milagros desde la Z, que produce la ex vicepresidenta de la República Milagros Ortiz Bosch por la radioemisora Z-101-FM.
Construir ciudadanía
Lozano, de su parte, sostuvo que las debilidades del sistema político dominicano se sustenta en que el concepto de ciudadanía es aún muy débil entre los dominicanos y dominicanas, lo que permite a la clase política actuar a su albedrío.
Para dejar atrás la lógica clientelar del liderazgo político hay que construir más y mejor ciudadanía, porque sólo una ciudadanía atenta al comportamiento de sus dirigentes y dispuesta a pasarle factura por su desempeño, puede llevar a la clase política al entendimiento de que deben superar el modelo, y que de no hacderlo estarían rompiendo sus lazos con la sociedad, puntualizó Lozano.
La anfitriona del espacio, Ortiz Bosch, dijo de su parte que una de las peores distorsiones de la escuela política balaguerista, copiada incluso por su propio Partido Revolucionario Dominicano, fue el criterio de que con el Presupuesto Nacional el Presidente de la República puede hacer lo que quiera, especialmente en la subestimación de los ingresos para disponer de cuantiosos recursos y ejecutarlos a discreción personal del mandatario de turno.
Puso de ejemplo que los presidentes Hipólito Mejía y Leonel Fernández decidieron celebrar los Juego Panamericanos y construir el Metro de Santo Domingo pasando por alto el parecer de la opinión pública. “No es que sean gastos innecesarios”, explicó, “sino que se han hecho desatendiendo lo que para muchos sectores nacionales son prioridades fundamentales”.
Puntualizó que sólo la distorsión que introducía esa concepción en la planificación económica y social y para hacer del Presupuesto un verdadero instrumento de desarrollo con la participación de la sociedad, era motivo suficiente para no copiar el modelo balaguerista.
Los panelistas también consideraron que junto al débil concepto de ciudadanía y su ausencia como mecanismo de presión en la toma de las decisiones del poder político, a la República Dominicana le falta un ejercicio presidencial, un liderazgo realmente comprometido con la existencia de un Estado moderno, que promueva el desarrollo social y la participación ciudadana responsable y no el paternalismo clientelar característico en la conducción del Estado.