SANTO DOMINGO.- (25 de marzo de 2006) El gran reto del país con el Plan Nacional de Competitividad Sistémica –lanzado recientemente por el presidente Leonel Fernández- es conseguir que el mismo se convierta en un proyecto de nación y que todas las fuerzas políticas lo asuman, para que se aplique continuamente sin importar el partido que gobierne.
Por primera vez el Gobierno presenta grandes líneas maestras a favor de la competitividad, cuya materialización atravesaría varias administraciones gubernamentales, por lo cual hay que asumirlas sin “politiquería” y echando a un lado los intereses individuales.
El planteamiento fue hecho por la Federación de Asociaciones Industriales
(FAI), al señalar que toca ahora a todos los funcionarios del Gobierno, a los empresarios y las fuerzas vivas de la nación asumir la competitividad como un norte, dejando atrás aquellas prácticas que hacen costosos e ineficientes los procesos de producción.
La organización empresarial dijo que por primera vez el Gobierno presenta grandes líneas maestras a favor de la competitividad, cuya materialización atravesaría varias administraciones gubernamentales, por lo cual hay que asumirlas sin “politiquería” y echando a un lado los intereses individuales.
“Si queremos sitiales más altos de desarrollo, todas las fuerzas políticas y sociales deben apoyar ese plan, que ha sido elaborado sobre una base participativa y de consenso. Apostamos porque los cambios políticos no influyan en su implementación. Los políticos deben dar una señal clara de que, por primera vez, están pensando en el país”, proclamó la FAI en una declaración de prensa.
Por otro lado, la federación, que preside el empresario Ignacio Méndez, pidió al Gobierno que, conjuntamente con el Plan Nacional de Competitividad Sistémica, lance una estrategia nacional para resolver el problema eléctrico, que gravita decisivamente sobre la capacidad productiva del país e influye negativamente en el bienestar de los ciudadanos.
Señaló que cualquier plan estratégico estratégica adoptada para rescatar el sector eléctrico debe implicar la unificación de criterios en el seno de la misma administración y específicamente entre los funcionarios responsables de la política energética.
La FAI se unió a las organizaciones empresariales que, como el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), la Asociación de Industrias de la República (AIRD) y la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE), han considerado que el Plan Nacional de Competitividad Sistémica es un esfuerzo del Estado para el aprovechamiento oportuno de la apertura comercial.