SANTO DOMINGO.-El presidente Leonel Fernández inauguró este miércoles el Parque Ambiental Núñez de Cáceres, construido por la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) en el lugar donde estaba la denominada Laguna de la Núñez, con una inversión de 348 millones de pesos.
El mandatario, acompañado de la primera dama, Margarita Cedeño de Fernández, su madre, doña Yolanda Reyna, y el director de la la CAASD, Richard Martínez, cortó la cinta que dejó inaugurada esta obra, dando cumplimiento a una promesa que hiciera a los habitantes de esos sectores aledaños a la otrora laguna durante un Consejo de Gobierno.
El doctor Fernández recibió de parte de los moradores de la zona una réplica de la escultura “Agua Fragmentada”, la cual adorna la parte norte del parque.
El director de la CAASD explicó que el mal manejo del problema había generado un pasivo ambiental que detuvo el desarrollo de una de las principales vías de la capital. Indicó que ese pasivo, según análisis conservadores, se calcula en más de 200 millones de dólares.
“La avenida Núñez de Cáceres, en los próximos cinco años, será una vía de tanta o más inversión como las que hoy vemos en las avenidas Abraham Lincoln y Winston Churchill”, dijo Martínez durante la apertura del novedoso parque, situado en el lugar donde se encontraba una laguna contaminada.
Indicó que este proyecto está concebido en tres ejes de soluciones: el problema sanitario, el pluvial y el medioambiental, siendo estas dos últimas las más costosas. En ese sentido, el funcionario explicó que hubo que recorrer y analizar los aportes santiarios de las aguas servidas y conducidas a este espacio por las urbanizaciones de El Millón, el Milloncito, Las Praderas, Rosmil, La Castellana, Los Prados, San Gerónimo y Quisqueya.
Precisó que para resolver el problema santiario se hizo un cambio total de la infraestructura, equipos de bombeo y líneas de impulsión, los cuales estaban destruidos y abandonados.
En cuanto a la solución pluvial, dijo que ésta fue un poco más compleja debido al volumen de agua producido con las lluvias y las conexiones clandestinas de desechos domésticos. Manifestó que la eliminación de entradas de aguas residuales y la colocación de infraestructura para manejo adecuado de las aguas pluviales, construidas a un costo de 284 millones de pesos, permitió a las actuales autoridades recuperar en provecho de esta zona unos 16 mil metros cuadrados, de los cuales 7 mil pueden ser utilizados por la ciudadanía y convertirlos en el tercer eje de solución.
Martínez dijo que el lugar fue transformado en un paseo arborizado e iluminado para que sea un espacio familiar libre para el desplazamiento peatonal con miradores estratégicamente ubicados y señalizados.
El parque consta de zonas de juegos infantiles, un anfiteatro con capacidad de 300 personas sentadas para la promoción de espectáculos artísticos y teatrales, un espejo de agua que abastece por pozos con dos cascadas de cinco metros de altura, una fuente que se eleva a unos 14 metros para oxigenación del agua y varias esculturas para el embellecimiento del parque.
El director de la CAASD anunció que para el mes de mayo serán reubicadas las primeras 208 familias de la Cañada de Guajimía en un complejo habitacional de más de mil 200 viviendas, en lo que será el más grande programa de saneamiento.
Las palabras de gracias fueron pronunciadas por el empresario José Augusto Thomén, residente en Las Praderas, quien recordó los problemas ambientales causados por las aguas negras y el mal olor que despedía el agua acumulada en la Laguna de la Núñez.
“Hace apenas algunos meses era una amenaza para la salud, que también enfermaba el ánimo y hacía caer el espíritu de los moradores de este lugar. Habían pasado años y gobiernos, pero sólo un hombre con vocación de futuro como nuestro querido Presidente podía cambiar y hacer una obra como son todas sus obras, que combinan magistralmente la tecnología y la estética”, dijo.
Thomén precisó que con esta obra el sector tiene otro estatus, porque crea otra condición de vida para los habitantes de los alrededores de la citada laguna.
La bendición de la obra estuvo a cargo del sacerdote Lucas Le Fleur, párroco de la Iglesia Divino Niño Jesús.