TORONTO, (IPS) – La cadena alimentaria de los océanos está colapsando, según un estudio publicado por la revista científica Science. La caída de la población de grandes tiburones en la costa atlántica estadounidense abatió, por ejemplo, los mariscos y la calidad del agua. La virtual eliminación del tiburón tigre y el de puntas negras, entre otras especies de grandes escualos, provocó un notorio aumento de la población de tiburones pequeños y rayas, de los que éstos suelen alimentarse.
La reducción de la población de tiburones se debe, en parte, a la demanda de medicamentos fabricados con sus cartílagos, a pesar de que sus efectos no están probados por la ciencia, y a la de los restaurantes caros, que preparan sopa con sus aletas.
Las rayas nariz de vaca se multiplicaron por 20 desde 1970 y, como consecuencia directa, mariscos como los ostrones, alimento de estos peces, prácticamente desaparecieron a pesar de los importantes esfuerzos de conservación.
La cascada de consecuencias de la sobrepesca de grandes tiburones va más lejos todavía, según una investigación realizada por el científico marino Ransom Myers (fallecido el martes 27) y otros expertos y publicada el jueves 29 en la revista Science.
La pérdida de ostrones redujo la calidad del agua de mar, porque esos mariscos la filtran. Ahora, la raya nariz de vaca se alimenta vorazmente de otros, como las ostras y las almejas.
"También hemos visto grandes lechos de algas cavados por rayas en busca de mariscos", dijo Charles Peterson, del Instituto de Ciencias Marinas de la Universidad de Carolina del Norte, coautor del informe.
Las colonias de algas son consideradas la "guardería" de muchas especies de peces, pero Peterson señaló que no hay datos disponibles sobre el impacto de la acción de las rayas en esos ecosistemas.
La raya nariz de vaca es apenas una de 12 especies rajiformes cuya población se incrementó drásticamente.
"No tenemos idea del impacto de las otras 11", confesó Peterson a IPS. "Lo que sabemos a partir de este estudio es que los tiburones juegan un rol crucial en el ecosistema oceánico."
Los tiburones son los "reyes de las bestias" del océano, los depredadores superiores. Y, según ecologistas, los depredadores superiores desempeñan un papel importante en la estabilización de ecosistemas.
Su eliminación produce lo que se conoce como "cascada trófica" o alimentaria.
Por ejemplo, agudas reducciones de nutrias de mar en la costa oeste de América del Norte resultaron en un auge del alimento favorito de esos animales, los erizos de mar, lo que a su vez llevó a importantes reducciones en los bosques de algas kelp, que constituyen otra clase de guardería importante para muchas especies marinas.
En otro plano, la reintroducción de lobos –depredadores superiores– redujo la población de alces del estadounidense Parque Yellowstone. Por eso volvieron a crecer plantas y árboles a lo largo de corrientes y ríos, en beneficio de pájaros y otras especies, según Jim Estes, ecologista marino de la Universidad de California.
"Los lobos ayudan a amortiguar los ecosistemas del efecto del cambio climático, según algunas investigaciones", dijo Estes a IPS el año pasado. "En tierra, muchos de los depredadores superiores ya no están, pero los océanos todavía tienen todas las piezas."
Esas piezas, y especialmente los depredadores superiores, se están cayendo con rapidez.
En 2003, Ransom Myers y Julia Baum, de la Universidad Dalhousie de Canadá, documentaron que más de 90 por ciento de los peces depredadores oceánicos ya no existían, principalmente por culpa de la sobrepesca.
Y advirtieron que esta pérdida de toda la parte superior de la cadena alimentaria marina desequilibraría los ecosistemas oceánicos.
"Como consecuencia, tiene lugar una restructura masiva" de la red alimentaria, explicó Baum a IPS.
El estudio actual es tal vez la primera documentación de la historia sobre el impacto en cascada de la pérdida de los grandes tiburones, porque las redes alimentarias oceánicas son muy complejas y hay pocos datos.
"Hay pocas dudas de que estos fenómenos ocurren en otras regiones costeras del mundo", afirmó Baum.
Científicos japoneses detectaron un gran aumento en la población de rayas águila, al que atribuyó la reducción de sus mariscos naturales y de cultivo. La causa del fenómeno es una incógnita, "dada la masiva reducción de los tiburones que se alimentan de rayas", señaló la experta.
El interés por las aletas de tiburón se convirtió en la principal razón. Los pescadores cazan tiburones en sus redes, les cortan las aletas y luego vuelven a tirarlos al agua, sangrantes y desmembrados.
Las aletas son el principal ingrediente de la sopa de aleta de tiburón, un plato que cuesta 100 dólares en restaurantes chinos de toda Asia y partes de Occidente.
La caza de tiburones para extraer las aletas "es una enorme industria y está fuera de control", aseguró Baum.
La demanda crece más de cinco por ciento al año y los esfuerzos por prohibir la práctica no fueron efectivos, agregó.
Algunos informes enfatizan el valor de las aletas y los cartílagos de tiburón usados en medicinas tradicionales para tratar dolores articulares, que generan un billón de dólares al año.
En América del Norte no existe una farmacia que no tenga productos derivados del cartílago de tiburón, a pesar de la falta de pruebas sobre cualquier beneficio médico.
No solo es lucrativa: la extracción de aletas es una industria de baja tecnología que ni siquiera requiere botes con refrigeración, pues son desecadas. Los tiburones no pueden recuperarse, pues se trata de especies de crecimiento lento, que maduran en 20 años o más y que tienen relativamente pocas crías.
A comienzos de los años 90, Estados Unidos y Canadá impusieron prohibiciones a la extracción de aletas de tiburón, mientras que otros 60 países acordaron prohibir la práctica en el océano Atlántico. México anunció una prohibición este mes.
Pero estas prohibiciones son difíciles de aplicar. A menudo, no son prohibiciones reales en absoluto, opinó Baum. En cambio, la extracción de aletas es considerada aceptable siempre que el cuerpo del tiburón sea tomado también.
La escalada en la demanda de aletas y cartílago de tiburón está produciendo una catastrófica reducción en la cantidad de tiburones en todo el mundo.
Un paso importante es reducir la demanda de estos productos a través de la educación del público. Lo otro es que haya una prohibición completa y absoluta sobre la caza de grandes tiburones costeros, dijo Peterson.
"Los resultados de nuestro estudio deberían ser tomados muy seriamente", opinó. ***** +PESCA: Reservas oceánicas al límite (http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=40297) +AMBIENTE: Cuando un océano no basta (http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=40177) +Revista Science, en inglés (http://www.sciencemag.org) +Laboratorio de Ransom Myers, en inglés (http://as01.ucis.dal.ca/ramweb/) +Sharkwater, nuevo documental sobre tiburones, en inglés (http://www.sharkwater.com/)