RIO DE JANEIRO. El mal olor en los alrededores de la villa que albergará a los 5.500 atletas de 42 países en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro es una señal que aún queda mucho por hacer para que el evento más caro de la historia del evento sea también el mejor. Este miércoles faltarán cien días para la inauguración de los Juegos Panamericanos y tanto el comité organizador local (CO-Río) como la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA) aseguran que la preparación va por buen camino y que todo indica que Río albergará, entre el 13 y el 29 de julio, los mejores Juegos Panamericanos de la historia, superando el éxito de Winnipeg (Canadá) 1999 y dejando atrás los problemas de Santo Domingo 2003.
Para el ojo no entrenado, los retrasos en el inicio de varias obras siembra sospechas de que no todo quedará listo a tiempo. Pero los expertos aseguran que eso no es así.
“Aún faltan muchas cosas, pero los organizadores saben qué hay que hacer y tienen dinero y gente para hacerlo. Todo marcha muy bien”, aseguró a DPA el cubano Reynaldo González López, quien participó hace días en la reunión del Comité Ejecutivo de la ODEPA en Río.
El dinero para las obras, de hecho, fluye generosamente del Tesoro público brasileño en los niveles federal, provincial y municipal, y las inversiones se elevarán a unos 1,470 millones de dólares, casi ocho veces más que lo previsto en el documento elevado a la ODEPA en 2002.
“Los Juegos de Río 2007 fijaron un nuevo nivel de gastos para los Panamericanos, comparable al de unos Juegos Olímpicos de invierno”, admitió el español Enric Truño, quien colabora con el gobierno brasileño en la organización del "Pan" de Río.
Truño considera exageradas las críticas de parte de la prensa brasileña y coincide con el CO-Río, que justifica el aumento de costos argumentando que varios proyectos de instalaciones deportivas fueron mejorados en relación a la propuesta original, con miras a fortalecer la candidatura de Río a sede de los Juegos Olímpicos de 2016.
"Pusimos en marcha un programa bastante ambicioso en términos de construcción de instalaciones deportivas. Jamás en la historia de Brasil se hizo una inversión tan grande en deporte, lo que dejará el país con una infraestructura de Primer Mundo", afirmó en una entrevista con dpa el secretario ejecutivo del CO-Río, Carlos Alberto Osorio.
La ambición en los proyectos también generó costos para el cronograma. Una de las obras más retrasadas es la del estadio olímpico Joao Havelange, con capacidad para 45.000 personas, que albergará las pruebas de atletismo y el torneo de fútbol.
Originalmente, los organizadores propusieron levantar un estadio para 10.000 personas, y el cambio de planes generó no sólo un costo más elevado -unos 185 millones de dólares-, sino también obras más demoradas.
Ante la escasez de tiempo, las decenas de miles de obreros involucrados en la preparación trabajan ahora por lo menos 20 horas diarias, al tiempo que las autoridades estudian soluciones alternativas para el caso de que algo no quede listo a tiempo.
Este es el caso de la región alrededor de la Villa Panamericana, cuyos departamentos entusiasmaron al propio presidente de la ODEPA, el mexicano Mario Vázquez Raña: "La villa Panamericana será la mejor que hemos tenido en los Juegos, y también podemos decir que será una de las mejores villas que se ha realizado".
No obstante, Vázquez Raña no ocultó su preocupación ante la demora de la Municipalidad en realizar el proyecto de urbanización en torno a la villa, que incluye la construcción de calles internas, obras de paisajismo y la eliminación del olor desagradable que emana de un sistema de alcantarillado vecino al grupo de edificios.
"Más satisfecho estaría si viera listo todo el alrededor, con el jardín todo verde, y si la calle que rodea la villa estuviera completa", dijo el dirigente.
Las obras de la Municipalidad para cumplir el deseo de Vázquez Raña recién empezaron gracias a una inyección no prevista de recursos del gobierno federal, y hay dudas sobre si el tiempo que queda será suficiente para concluir la construcción de una estación de tratamiento de desechos orgánicos capaz de solucionar el problema.
El secretario municipal de Obras de Río, Eider Dantas, admitió la posibilidad de que, si la obra no queda lista a tiempo, se usen sustancias que eliminan temporalmente el mal olor, como bacterias que convierten los desechos orgánicos en oxígeno y nitrógeno.
Esa solución de emergencia, sin embargo, alimenta críticas de los sectores de la sociedad que lamentan el escaso legado que dejarán los Juegos Panamericanos 2007 para la población de la ciudad sede.
Con anterioridad, los cariocas vieron sepultado el proyecto de construcción de líneas de subterráneo que iban a conectar el centro de la ciudad y el aeropuerto con el aislado barrio de Barra da Tijuca, donde se alojarán los atletas y se disputará la mayoría de las pruebas.
Sin embargo, el presidente del CO-Río, Carlos Arthur Nuzman, asegura que las pesadas inversiones sí dejarán un legado importante.
"Brasil entregará al mundo una ciudad olímpica, la más grande de América Latina, y entregará a los atletas brasileños algo que nosot instalaciones para deportes que antes ni siquiera eran practicados, porque no existían espacios para los entrenamientos", dijo.