MONTEVIDEO, 6 abr (IPS) – Ante la renovada amenaza del dengue en varios países de América del Sur, la infraestructura para detectar la enfermedad se vuelve prioritaria. Pero los laboratorios no sustituyen la eficacia del diagnóstico clínico que compete al personal médico.
El Día Mundial de la Salud, que se celebrará este sábado, está dedicado a la seguridad internacional ante brotes de enfermedades emergentes, accidentes biológicos y desastres naturales, mientras varios países sudamericanos luchan contra su propagación.
En Paraguay, que se ha dotado desde 2000 de laboratorios para la detección, las pruebas demuestran los problemas del diagnóstico clínico cuando una enfermedad no es bien conocida.
Desde que estalló la epidemia, en marzo de 2006, se reportaron en ese país sudamericano 24.781 casos de dengue, de los cuales unos 5.000 se confirmaron, dijo a IPS el director general de Vigilancia de la Salud Gualberto Piñanez.
Hasta la fecha hubo 13 víctimas fatales, seis de ellas por dengue hemorrágico, cinco por una variante que ataca a los órganos vitales y las dos restantes por una mezcla de ambas.
"Actualmente se reportan entre 100 y 200 casos diarios. Esto muestra un importante descenso, pues en el momento de auge, en febrero, recibíamos entre 500 y 600 al día", dijo Piñanez a IPS.
El dengue es una enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti, que contrae el virus al absorber la sangre de una persona infectada y lo contagia cuando pica a otra sana. Los síntomas son fiebre, cefaleas y dolor muscular. El dengue hemorrágico incluye también dolor abdominal intenso, náuseas y sangrado de piel y mucosas.
En Paraguay hubo una gran epidemia en 1988 y 1989, tras lo cual vino un periodo de 10 años sin que se manifestara la enfermedad. Pero en 1999 se registraron nuevos casos y en 2000 estalló otro brote. El actual, desatado en 2006, es la más grave.
Existen dos tipos de análisis para diagnosticar el dengue en muestras de sangre. Para confirmar si se trata del mal, se realiza el de detección de inmunoglobulina M (IgM), y para conocer el serotipo del virus, de los cuatro conocidos, se practica la denominada reacción en cadena de la polimerasa (PCR).
Hasta la epidemia de 2000, Paraguay sólo contaba con centros para los exámenes de IgM. Pero ahora tiene laboratorios privados y estatales en todo el territorio, capaces de hacer también el análisis de PCR. El principal de ellos se encuentra en Asunción y pertenece al Ministerio de Salud Pública.
Hay laboratorios también zonas fronterizas con Brasil y con Argentina.
También en este país hay laboratorios para detectar la enfermedad.
Alfredo Seijo, director de la Unidad Dengue del Hospital Muñiz de Buenos Aires, aseguró que existe un sistema "muy eficiente" de control nacional y provincial.
El Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas Doctor Julio Maiztegui, en Pergamino, en la oriental provincia de Buenos Aires, fabrica una vacuna para la fiebre hemorrágica, y controla la calidad de los análisis de dengue y de otras infecciones, como la fiebre amarilla y el arbovirus de la encefalitis que se realizan en las provincias.
"Hay laboratorios en prácticamente todas las provincias con riesgo", en el centro y norte del país, subrayó Seijo.
En la norteña Salta, que limita en parte con Bolivia y que fue severamente afectada por el dengue en el pasado, cuenta ahora con cuatro laboratorios. En Buenos Aires hay otros cuatro, capaces de hacer diagnósticos rápidos y seguros, señaló.
En Uruguay –que junto con Canadá son los únicos en América libres de dengue autóctono, contraído por picaduras de mosquitos locales–, aún no existen laboratorios de PCR, por lo que el análisis de serotipos se envía muy lejos: al Centro de Control de Enfermedades de Puerto Rico.
Eso hizo que el gobierno se adelantara a informar el 18 de marzo que se había detectado el primer caso de dengue autóctono: un hombre de 30 años del septentrional departamento de Salto, que aún permanece hospitalizado.
Pero después de recibir de Puerto Rico los resultados preliminares negativos de 11 muestras de PCR enviadas, el Ministerio de Salud Pública de Uruguay negó la existencia de dengue autóctono.
Estos resultados confirmaron que en lo que va de este año sólo se han constatado casos "importados", tres de ellos procedentes de Paraguay y uno de Bolivia. Por otra parte, 50 casos se descartaron y 26 están aún bajo estudio.
El mosquito había sido erradicado de Uruguay en 1958, luego de una dura campaña de 11 años, pero reapareció en 1997.
En los últimos años aparecen unos 20 casos anuales en Uruguay. En 2006, por ejemplo, muchos soldados uruguayos de las fuerzas de paz de la Organización de las Naciones Unidas "importaron" la enfermedad contraída en Haití.
Las autoridades sanitarias aseguraron que por este año los laboratorios del Ministerio continuarán haciendo los exámenes de IgM, que luego podrían pasar a los centros asistenciales. Además, en un mes, la cartera contará con un centro para los análisis de PCR.
Pero en un país como Brasil, que lleva 20 años de epidemias de dengue en su territorio, los problemas no son por falta de laboratorios eficaces ni de insumos para las pruebas.
La reiteración de brotes y las muertes obedecen a la desorganización de la salud pública, según el médico Rivaldo Venancio Da Cunha, profesor de la Universidad Federal de Mato Grosso do Sul y miembro del Comité Asesor del Ministerio de Salud en cuestiones de dengue.
El único diagnóstico rápido y eficiente cuando hay miles de infectados en una ciudad es el clínico, que depende de la capacidad del médico y de otros agentes de salud de reconocer la enfermedad. Los análisis solamente se efectúan en casos dudosos o muy graves, explicó Da Cunha.
El último boletín epidemiológico, del 26 de marzo, indica un agravamiento de la epidemia brasileña, con 234.909 casos sospechosos notificados este año al Ministerio de Salud, y un aumento de 39 por ciento en una sola semana.
El estado de Mato Grosso do Sul, en la frontera con Bolivia y Paraguay, enfrenta una epidemia de hecho, con 41,18 por ciento del total de casos del país (55.567, de los cuales 46.082 están la capital, Campo Grande).
Con fiebre hemorrágica, forma más grave de la enfermedad, se registraron 124 personas, ninguna de ellas en el sur, y 17 muertes.
Los mosquitos están por todas partes, Brasil no logró controlarlos, a pesar de que existe el Relevamiento de Ìndice Rápido de Infestación por Aedes Aegypti, implantado por el Ministerio de Salud, que acompaña la densidad de los insectos en cada ciudad o barrio, y permite prever dónde pueden ocurrir los brotes.
Las primeras menciones de dengue en algunas ciudades datan de 1916 y 1923. Pero la primera epidemia comprobada en laboratorio ocurrió en 1981-1982 en el norteño estado de Roraima, fronterizo con Venezuela, y a partir de 1986 en Río de Janeiro, diseminándose a otros estados en los años siguientes.
Desde entonces llegaron los virus 1, 2 y 3 de dengue. Se teme la llegada del tipo 4, más peligroso y con más repercusión porque la población no está inmunizada.
En Bolivia, la cooperación cubana es fundamental para controlar las epidemias generadas por las inundaciones en las orientales regiones amazónicas, donde aún rige la emergencia sanitaria, dijo a IPS el responsable de Epidemiología del Ministerio de Salud, René Barrientos.
En 2006, una opinión pública contraria a los vínculos con Cuba en el oriente impidió instalar un laboratorio cubano de diagnóstico en Trinidad, capital del departamento de Beni, una de las zonas más afectadas por las inundaciones ocurridas desde diciembre a marzo, pero la amenaza del dengue cambió la situación.
Desde enero a la fecha, el despacho de Barrientos registró 3.900 casos de dengue, 90 por ciento de ellos en el oriental departamento de Santa Cruz, y el restante 10 por ciento en Pando, Beni y Chuquisaca.
Los casos se multiplicaron por 10 respecto de los 400 que se registraban en los últimos años, dijo el funcionario. Una persona murió por dengue hemorrágico, que fue diagnosticado a 12 pacientes, siete de los cuales fueron confirmados.
Cuatro laboratorios instalados por el gobierno cubano en Santa Cruz de la Sierra, Trinidad, Pando y Tarija ayudaron al diagnóstico rápido de enfermedades mediante "ultramicroanálisis", sin costo para los pacientes.
Por las inundaciones, se han propagado el dengue, la leptospirosis, el hanta virus y las infecciones respiratorias. Se espera la malaria, que llegará cuando baje el nivel de las aguas en las regiones tropicales, según el Ministerio de Salud boliviano.
La primera epidemia de dengue clásico documentada en laboratorios de América fue la que afectó al Caribe y a Venezuela en 1963 y 1964. En los años 80, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay y Perú sufrieron sus primeros brotes. En 1981, Cuba reportó el primero de dengue hemorrágico en el hemisferio.
* Con aportes de Marcela Valente (Argentina), Franz Chávez (Bolivia) y Mario Osava (Brasil). (FIN/2007)