NACIONES UNIDAS, 5 abr (IPS) – Las grandes amenazas a la salud proceden hoy "de la velocidad y el volumen del transporte aéreo, el modo en que producimos y comerciamos alimentos, usamos y abusamos de los antibióticos y manejamos el ambiente", dijo la directora general de la OMS, Margaret Chan.
En vísperas del Día Mundial de la Salud, que se celebrará el sábado 7, expertos internacionales evalúan las crecientes amenazas a la seguridad sanitaria colectiva del mundo.
Esto incluye las enfermedades emergentes y de rápida propagación, los cambios ambientales, el peligro del bioterrorismo, las emergencias humanitarias repentinas e intensas por desastres naturales, los derrames químicos y los accidentes radiactivos.
También figura en los primeros lugares de la lista el impacto del sida, enfermedad que amenaza la estabilidad de algunos de los países más pobres. "La incertidumbre y el potencial destructivo de los brotes de la enfermedad y las severas emergencias de salud pública les dan un alto perfil público y político", dijo Chan.
"Cuando el mundo está colectivamente en riesgo, la defensa se vuelve una responsabilidad compartida de todas las naciones", enfatizó la principal funcionaria de la OMS (Organización Mundial de la Salud).
La globalización trajo algunos beneficios a la humanidad, a partir del transporte eficiente y el comercio. Pero también permitió la rápida expansión de enfermedades que de otro modo podrían haber quedado contenidas dentro de territorios concretos o que, en otras tiempos, se hubieran propagado más despacio.
Así lo indica un informe de la OMS presentado con motivo del Día Mundial de la Salud, titulado "Invertir en salud para forjar un porvenir más seguro".
"En el mundo de hoy, la seguridad sanitaria debe ser garantizada mediante acciones coordinadas y la cooperación entre gobiernos y dentro de ellos, el sector corporativo, la sociedad civil, los medios de comunicación y los individuos", destaca el informe.
Ninguna institución o país tiene individualmente la capacidad necesarias para responder a las emergencias internacionales de salud pública, causadas por epidemias, desastres naturales o emergencias ambientales, o por enfermedades infecciosas nuevas y emergentes, según la OMS.
"La salud, el desarrollo y la seguridad global están inextricablemente vinculadas", aseguró el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, en su mensaje para el Día Mundial de la Salud.
"La inversión en salud es una piedra angular del crecimiento económico y el desarrollo, y un prerrequisito para cumplir muchos de los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio", enfatizó Ban.
Entre los objetivos figuran reducir a la mitad el porcentaje de personas en la indigencia y que padecen hambre, lograr la educación primaria universal, promover la igualdad de género, reducir dos tercios la mortalidad infantil y tres cuartos la materna.
Y también combatir la expansión del sida, la malaria y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y generar una sociedad global para el desarrollo entre el Norte y el Sur, todo para 2015.
El informe de la OMS subraya ocho problemas de seguridad sanitaria de alcance mundial.
El primero es la propagación de enfermedades nuevas y altamente contagiosas, como el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) y la influenza aviar, que no conoce fronteras, según el reporte.
El potencial de ambas para causar un daño internacional implica que sus brotes no pueden ser tratados como temas puramente nacionales.
En las últimas décadas, nuevas enfermedades comenzaron a surgir a un ritmo sin precedentes, de a una o más por año, según cálculos de la OMS.
"Aunque la carga puede ser mayor para el mundo en desarrollo, las enfermedades propensas a generar epidemias son una creciente amenaza para todas las naciones", dijo Chan.
En 1997, la influenza aviar –o gripe del pollo– causó la destrucción de toda la población avícola de Hong Kong. En apenas tres días, 1,5 millones de pájaros fueron sacrificados por las autoridades para impedir la propagación de la enfermedad.
Diez años después, el virus no solamente afecta a las aves domésticas y salvajes, sino que un tipo de influenza aviar cruzó la barrera de las especies y ya es responsable de 170 muertes humanas.
Se trata de personas que se enfermaron gravemente luego de estar en contacto directo con aves infectadas.
La estabilidad económica es el segundo problema que aborda el informe, el cual destaca que los peligros para la salud pública también tienen consecuencias económicas.
Contener amenazas internacionales es bueno para el bienestar económico, según el documento. Con menos de 10.000 casos, el SRAS costó a los países asiáticos 60.000 millones de dólares por concepto de gastos y también pérdidas de negocios, solamente en el segundo trimestre de 2003.
Crisis y emergencias humanitarias internacionales constituyen el tercer problema. Estos fenómenos matan y mutilan a muchos seres humanos, y presionan severamente a los sistemas de salud.
En 2006, 134,6 millones de personas resultaron damnificadas y 21.342 acabaron muertas por desastres naturales, según cifras de la ONU.
La OMS nota que las emergencias por desastres naturales a menudo podrían ser evitadas con políticas adecuadas de manejo de la tierra, infraestructura y desarrollo.
"¿Cuántos residentes de Nueva Órleans se habrían salvado si no se hubiera roto los diques tras el huracán Katrina (en agosto de 2005)? ¿Cuántas familias no habrían buscado a seres queridos perdidos en las áreas costeras de Sri Lanka si un efectivo sistema de advertencia temprana hubiera sido activado y la gente supiera qué hacer al escucharla (durante el tsunami del 26 de diciembre de 2004)?", pregunta el informe.
El cuarto problema que aborda el estudio son las amenazas terroristas químicas, radiactivas y biológicas.
Durante el siglo XXI, muchos países se volvieron dependientes del procesamiento químico y de la energía nuclear.
"La seguridad sanitaria pública (…) depende de la seguridad de estas instalaciones y del uso apropiado de sus productos", según la OMS.
Además, cartas contaminadas con ántrax enviadas a través del sistema postal estadounidense en 2001 y el atentado con gas sarín en el subterráneo de Tokio en 1995 sirven como recordatorios de que, aunque los ataques químicos y biológicos son raros, hay individuos dispuestos a realizarlos.
El quinto asunto que aparece en el informe es el cambio climático, que tiene un creciente impacto sobre la salud.
"Las personas están muriendo –más de 60.000 en años recientes– en desastres naturales relacionados con el clima, principalmente en países en desarrollo", según estadísticas de la OMS.
El sexto problema es el VIH/sida. Se calcula que 39,5 millones de personas vivían con la enfermedad en 2006. La epidemia es un fenómeno mundial que perjudica no solamente a la salud sino también a la economía y la estabilidad de muchos países.
El séptimo se refiere a la consolidación de la seguridad sanitaria. Un marco de trabajo de colaboración expuesto por las Regulaciones Internacionales de Salud (IHR) y varias redes de vigilancia existentes pueden brindar un sistema efectivo de alerta y respuesta tempranas.
Las IHR aspiran a requerir que cualquier país reporte obligatoriamente un "acontecimiento de salud pública de interés internacional" que sea identificado dentro de sus fronteras nacionales.
El alcance y definición de tal acontecimiento es, deliberadamente, amplio e inclusivo como para permitir la identificación y el reporte de amenazas a la salud nuevas y emergentes, así como las ya existentes.
Las IHR revisadas, que entrarán en vigencia en junio de este año, representan un hito en los esfuerzos mundiales por construir y reforzar mecanismos efectivos de alerta y respuesta para brotes de enfermedades en los ámbitos nacional e internacional, dijo Ban.
"Es esencial para todos nosotros que cada país implemente plenamente estas regulaciones", enfatizó.
La octava prioridad es fortalecer los sistemas de salud. Que funcionen constituye la base de la seguridad sanitaria, pero el actual estado de esos sistemas en todo el mundo es inadecuado, según el informe.
Por ejemplo, actualmente el mundo tiene un déficit de más de cuatro millones de trabajadores de la salud. El impacto de esta carencia se siente principalmente en los países en desarrollo.
"Tenemos el conocimiento y recursos sin precedentes para construir un mundo más sano y más seguro. Déjennos aprovechar la ocasión del Día Mundial de la Salud para movilizar la voluntad política", expresó Ban. (FIN/2007)