LA HABANA, 6 abr (IPS) – Ni en un acto masivo, ni en la televisión. A sus 80 años, convaleciente de una enfermedad que lo puso al borde de la muerte, el presidente de Cuba, Fidel Castro, retornó a la vida pública de una manera inesperada: como articulista del diario oficial Granma.
Bajo el cintillo de Reflexiones del Comandante en Jefe, Castro ha publicado ya dos artículos que parecen inaugurar una serie sobre algunas de sus preocupaciones más urgentes: el hambre y la pobreza en el mundo, el deterioro del ambiente y la política del gobierno estadounidense de George W. Bush.
"Hay otros temas que pueden abordarse", afirmó en su primer artículo publicado el jueves de la semana pasada con el título "Condenados a muerte prematura por hambre y sed más de 3 mil millones de personas en el mundo". Pocos días después, más precisamente el martes aparece una segunda entrega: "La internacionalización del genocidio".
Como si fuera un trabajador a la hora de entrada al centro laboral, "Fidel está ahí….marcando la tarjeta", comentó Rogelio Díaz, de 47 años, empleado de una empresa estatal en La Habana. "Se nota que siente mejor. Es como si no pudiera seguir callado ni un minuto más", añadió.
Mientras que para algunos observadores es una manera de volver, poco a poco, el opositor Manuel Cuesta Morúa, portavoz de la coalición de tendencia moderada Arco Progresista, estima que Castro "no regresará a la vida pública físicamente" y que está iniciando un "nuevo estilo de dirección personal" a través de la palabra escrita. Una "proclama al pueblo", firmada por el propio mandatario el 31 de julio, daba a conocer que había sido sometido a una operación abdominal y anunciaba el traspaso "provisional" de sus responsabilidades al frente del Consejo de Estado, del gobernante Partido Comunista y del ejército a su hermano y ministro de Defensa, Raúl Castro.
Al anuncio le sucedieron días de marcada incertidumbre entre la población, interrumpidos por apariciones sorpresivas de videos en la televisión nacional, la visita de algún que otro presidente amigo, como el venezolano Hugo Chávez y el boliviano Evo Morales, y declaraciones esperanzadoras de altos dirigentes y familiares.
Ahora, a diferencia de los breves mensajes enviados por Castro a la población de los últimos meses, el mandatario no hace ni una sola referencia a su estado de salud. Como en cualquiera de sus intervenciones públicas, parte de una noticia internacional para analizar un proceso, atacar o contraatacar, según sea el caso.
"El estilo es inconfundible", comentó a IPS un periodista cubano, analista de temas políticos en un medio de comunicación oficial, que solicitó reserva sobre su identidad.
Mientras las expectativas se dirigen hacia la reaparición física, todo parece indicar que el mandatario optó por un retorno lento, sin traumas, tanto para él como para sus seguidores. "Con Fidel no valen las apuestas; el siempre nos sorprende", comentó Adela Guzmán, profesora de una escuela secundaria básica habanera.
Atrás quedaron oportunidades como la XVI Cumbre del Movimiento de los No Alineados, realizada en septiembre en La Habana, los festejos por su cumpleaños 80, el desfile militar del 2 de diciembre y la última sesión ordinaria del Parlamento correspondiente al pasado año, efectuada en diciembre.
"Había gente que decía que iba a recorrer la Plaza de la Revolución en un jeep durante el desfile militar del 2 de diciembre. Otros aseguraban que bajaría en un helicóptero o que pondrían una pantalla gigante y hablaría al pueblo. Yo nunca creí en esas cosas", dijo Guzmán.
En La Habana, la capital del país y donde el presidente cubano suele moverse rápidamente de un punto a otro con medidas de seguridad bien establecidas pero discretas y probablemente imperceptibles para visitantes extranjeros, cualquier movimiento fuera de lo común hace pensar enseguida en la aparición de Castro.
"Va Fidel", fue la reacción de una actriz cubana cuando le dieron las orientaciones para asistir al acto por el 45 aniversario de la Unión de Jóvenes Comunistas (segunda organización política en importancia después del Partido Comunista), el miércoles. "Tenía que estar varias horas antes y no podía llevar bolso", contó a IPS.
Ahora, las apuestas apuntan a la celebración el próximo día 28 en La Habana del primer aniversario de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), impulsada por Castro y Chávez. Además de Bolivia, se sumó este año Nicaragua y se espera la próxima integración de Haití.
Otros observadores han vaticinado la asistencia de Castro al acto masivo del 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, para el cual se iniciaron los preparativos desde el mes pasado. Sin embargo, analistas consultados por IPS prevén más el retorno entre amigos, y para el cuál una opción como la del ALBA podría ser casi ideal.
Tampoco se descarta la posibilidad de que el mandatario opte por reaparecer en una Mesa Redonda, el programa diario de la televisión estatal que ha sido el escenario de algunas de sus más importantes intervenciones de los últimos años. Grabado o en vivo, el mandatario estaría rodeado de sus colaboradores más cercanos y todo estaría bajo control.
"Volver se ha vuelto tan difícil como salir", comentó el periodista consultado por IPS. A su juicio, "el regreso de Fidel tiene que ser bien pensado, en el momento justo, sin improvisaciones" porque no "sólo se trata de que regrese sino de cómo lo hará, qué funciones y responsabilidades va a asumir".
"Las cosas ya no pueden ser como antes. El debe cuidar su salud y estos meses han demostrado que en el gobierno hay un equipo de personas capaces de llevar adelante, sin problemas, una serie de programas que él solía controlar. El deberá concentrase en los temas más estratégicos y de alta política", añadió.
En tanto, Cuesta Morúa aseguró que "no hay regreso en el viejo estilo de Fidel Castro". A juicio del opositor, "la actual fórmula de dirección colectiva se mantendrá hasta que se logre un mejor control de la realidad que necesariamente tiene que pasar por un proceso de institucionalización". (FIN/da/dm/ip/sl la//07)(FIN/2007)