No sé quienes están asesorando al candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), ingeniero Miguel Vargas Maldonado, pero creo que no va el camino que conduce al Palacio Nacional.
La gira por algunos países latinoamericanos, comenzado por Chile donde lo esperó satisfecho el embajador César Medina, uno de los más duros enemigos del PRD y del ex presidente Hipólito Mejía, no parece tener mucho sentido.
Los asesores del candidato le sugieren que se aleje, como el Diablo a la Cruz, del ex presidente Hipólito Mejía y de su gente, del sector determinante del PRD. ¿Pero de César Medina y lo que representa, no?
¿Es costumbre que un candidato presidencial salga de viaje por el exterior? ¡No! A menos que en ese país exista una situación política de excepción como la que se produjo durante las elecciones de 1966 o en 1978 cuando Balaguer pretendía mantenerse en el poder mediante el fraude y la represión. ¿Es ese el caso actual? ¡No! ¿Qué hace Vargas Maldonado en Chile y otros países latinoamericanos?
Es costumbre que los presidentes electos salgan de gira en busca de ayuda económica y solidaridad política en este mundo globalizado. Un candidato de oposición de un país donde no hay persecución política ni está en juego el proceso democrático, o el futuro de las elecciones, no sale de gira y deja el territorio encendido o a punto de encenderse con protestas callejeras y huelgas.
A pesar de sus años en la política y en el PRD, Miguel Vargas tiene mucho terreno por recorrer. No tiene el liderazgo ni la fuerza necesaria para ganar. Necesita crecer ante los ojos de los votantes, ganarse su confianza con una actitud consecuente frente a sus problemas, no saliendo de gira cuando la lucha comienza, cuando su imagen comienza a despegar junto con la del partido que lo lleva como candidato. Hasta donde tengo entendido no hay denuncias qué hacerle al Gobierno ante la comunidad internacional, ni ante los gobiernos amigos.
Lo que debe hacerse es mantenerse en el terreno de juego observando el curso de los acontecimientos y participando en todas las jugadas de manera protagónica.
Es posible que los "asesores" del candidato le hayan recomendado alejarse un tiempo y que espere los resultados del conflicto interno del PLD. El razonamiento lo entiendo, pero no los comparto. Como tampoco estoy de acuerdo con el equipo de campaña que ha sido escogido, salvo algunas excepciones.
Es verdad que las últimas encuestas revelan un crecimiento extraordinario del partido y de simpatías hacia el candidato Vargas Maldonado, resultado de la crisis económica, de la incompetencia y la arrogancia del grupo gobernante. Pero camarón que se duerme se lo lleva la corriente. Tope no es pelea. El juego no termina hasta que no se acaba. Todas son expresiones que sintetizan la sabiduría del pueblo.
No subestimen al contrario. Al final los peledeístas pueden ponerse de acuerdo en aras de mantenerse en el gobierno. Confiar en que las contradicciones entre Leonel y Danilo terminarán dividiendo al PLD es prematuro. Personalmente no lo creo. Danilo sólo tiene espacio y futuro dentro de su partido. Por lo tanto, hará cuanto tenga que hacer para ganar las primarias, pero si se impone el fraude y el dinero del Estado, como parece, no se irá de su partido aunque se cruce de brazos durante la campaña. Pero sólo eso. Como dicen los gringos: "Maybe".
Ignorar la capacidad de acción de Leonel Fernández y en su vocación de poder, es imperdonable. Fernández ama más el poder que Balaguer, lo cual es mucho decir. Por otro lado, los presidentes nunca están aniquilados políticamente, sobre todo cuando están en el poder, cuando tienen a manos tantos recursos, cuando el poder se convierte en la única razón de existir.
El opositor más importante en estos momentos se llama Danilo Medina, el de las críticas más contundentes, el que tiene propuestas puntuales. Danilo está recorriendo el país ganando voluntades. Está haciendo lo que debe hacer.
Ese es el trabajo de Vargas Maldonado y de su gente, el trabajo que tienen que hacer los dirigentes del PRD no importa el nivel, sin excluir a nadie como está ocurriendo ahora.
El presidente de la República actual es Leonel Fernández Reyna, no Miguel Vargas Maldonado. Ese pequeño detalle parece que lo han obviado los jefes de campaña del candidato del PRD y los asesores que ya se consideran ministros. El Palacio Nacional lo ocupa Leonel Fernández, no Miguel Vargas. Pequeño detalle, sí, pero importante. ¿No les parece?
www.juanthenlaweb.com