He escuchado a gente del medio preguntarse qué pasaría si Leonel Fernández resulta vencido por Danilo Medina en la primaria del PLD.
El presidente de la República derrotado por uno de los suyos a mitad del camino de su gestión gubernamental.
¿Cómo vería la población a su Presidente vencido en el Palacio? ¿Qué haría Fernández en el resto del periodo gubernamental?
Le decía a un amigo, que los países desarrollado, la clase política, actúa por la experiencia de los años.
Y por eso es difícil ver que un presidente sea desafiado por alguien de su propio partido, como ocurrió con Hipólito Mejía y ahora con Leonel Fernández.
En las viejas democracias se entiende con mayor claridad ciertos asuntos relacionados con la política, el poder y la democracia. Y probablemente uno de esos asuntos bien comprendidos sea que desafiar al presidente de turno desde el propio partido, para sustituirlo en el cargo, tiene un riesgo que se paga, tarde o temprano, no se sabe quien, pero tiene un costo que alguien ha de pagar.
Tendríamos que aceptar entonces que el experimento que vivió el PRD y ahora vive el PLD es propio del subdesarrollo político, donde se confunden en más de una de las veces los actores por no aprenderse bien el libreto.
Como hay que admitir que es propio de ese mismo subdesarrollo político que quien intenta retener el poder recurre a todas las artimañas posibles para lograr su propósito, allgo que no se ve en las naciones desarrolladas. En este país, el presidente que intenta reelegirse no tiene control, nadie puede limitar su poder, hace y deshace, utiliza todos los recursos del Estado para alcanzar su objetivo.
El rodillo que dicen la gente de Danilo Medina le están pasando ahora, pretenderán pasárselo a Vargas Maldonado y al candidato que emerja de la convención del PRSC. Esa es una historia bien sabida en un país donde la debilidad de la democracia refuerza el abuso en el ejercicio del poder.
De todo modo, hay que decirlo ahora, la contienda en el PLD, aunque el perdedor reconozca el triunfo del adversario, tendrá su balance negativo, porque eso de que se busque uno un cajón, y de que se es un serruchador de palo, son expresiones que de seguro marcan el ánimo de los contendientes, y lo cierto es que no volverán a ser jamás lo que eran antes.
Las consecuencias la sufirrán los peledeístas de abajos, la mayoría de los cuales no entiende qué es lo que está pasando.