El SNTP apoya condena contra confesos asesinos de Orlando Martínez

SANTO DOMINGO.-El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) expresó su satisfacción por la condena a 30 y 20 años de prisión de los asesinos materiales del periodista Orlando Martínez Howley. Olivo De León, secretario general del gremio, afirmó que por fin se hizo justicia ante el crimen perpetrado hace 32 años al condenar a 30 años de cárcel a Mariano Durán Cabrera y a Rafael Alfredo Lluberes Ricart, y a 20 años a Joaquín Antonio Pou de Castro.

Sin embargo, el dirigente gremial lamentó que hayan quedado sin castigo los asesinos intelectuales del horrendo crimen y que Pou Castro no fuera condenado a la misma pena que Durán Cabrera y Lluberes Ricart, ya que fue tan responsable como ellos del asesinato del comunicador social.

Expresó su esperanza de que con la condena, por parte de la Corte de Apelación de San Pedro de Macorís, se pueda iniciar una etapa de impunidad cero para los crímenes contra los periodistas.

Dijo que aunque tardía, la acción demuestra que siempre que se quiere, se pueda hacer justicia contra las acciones que lesionan la moral de la sociedad.

Con su decisión, la Corte de Apelación ratificó la condena emitida en Primera Instancia en el 200 contra los asesinos de Orlando Martínez, quienes cometieron el hecho el 17 de marzo del 1975, en lo que es hoy la avenida José Contreras, en las inmediaciones de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Cada año, al conmemorar la muerte de Martínez Howley, sus parientes, amigos, Narciso isa Conde, dirigentes del SNTP, del Colegio de Periodistas, de la UASD y de otras organizaciones, reclaman justicia a las autoridades.

Orlando Martínez fue asesinado por la intolerancia de militares y personas allegadas al gobierno del presidente Joaquín Balaguer ante las denuncias y escritos del entonces director de la Revista Ahora y columnista del periódico El Nacional, donde criticaba los asesinatos y persecuciones de ese régimen, la corrupción de los funcionarios y la licencia de que disfrutaban las multinacionales para hacer lo que le daba la gana en el país.