Como es posible, que en pleno siglo 21, un servicio tan vital para el desenvolvimiento económico del país, se maneje como lo hacían otras naciones hace más de 50 años?
No es posible, que ante los retos que representan los avances tecnológicos y la competitividad empresarial, en el país se este jugando con la tranquilidad emocional del ciudadano, con su seguridad y…con sus pocos ingresos.
A mi humilde entender, el presidente Leonel Fernández, tiene el deber de acabar con el reinado de los seudo sindicalistas del transporte, los cuales se han convertido en Ley, Batuta y Constitución del desorden en la Republica Dominicana.
Y no es posible ni puede continuar siendo permitido, que dos o tres aprovechados de un sector tan importante de la sociedad, continúen comportándose como chivos sin ley.
Y la situación ha llegado a extremos insoportables para la población que de manera impotente, observa como los señores que controlan el transporte hacen “lo que le viene en ganas”. Y eso no puede ser ni puede continuar sucediendo.
Y no puede seguir sucediendo, por el bien de un gobierno que se ha caracterizado por el sello de la modernidad.
Si este fue el gobierno que llevo las computadoras a las oficinas publicas y modernizo y agilizo la entrega de los principales servicios públicos en el país, ¿Por qué tiene que apoyar o mostrarse indiferente ante una situación de abuso, ineficiencia y prepotencia de señores que ya se les ha olvidado hasta como se escribe la palabra TRABAJO.
SEÑOR PRESIDENTE, el país espera una actitud firme de su parte, también en el sector transporte. El país espera que su gobierno acabe con el desorden y la anarquía que llevan los empresarios del transporte a nuestra sociedad.
Es por ello, que ante todo, debe liberar y declarar desiertas todas las rutas del transporte y permitir que empresarios con sentido de responsabilidad, incursionen en el sector.
Que haya una verdadera competencia, donde la empresa o empresas que ofrezcan un servicio de calidad, seguridad y a menor costo, puedan brindarlo.
Para muestra tenemos un botón. La ruta 31 que opera una reconocida empresa nacional, brinda un servicio de calidad, con intervalos de recorridos aceptables y cómodas –con aire acondicionado-.
Considero que la ruta 31 es un ejemplo de lo que debe ser el transporte público urbano de pasajero en la Republica Dominicana.
Pero además, y confieso que para mi es una pregunta que siempre me he hecho. ¿Por qué son los seudo sindicalistas-empresarios del transporte los que tienen que operar rutas?
Entiendo que ninguna persona en particular tiene que adueñarse de un parque o de un tramo de una calle y cobrar por ello.
Debe ser el Estado a través de un organismo rector nacional el que debe autorizar o no el funcionamiento de una determinada ruta, -cuando las circunstancias y necesidades lo requieran-.
Sin embargo, esto luego de un concurso público donde participen empresas del transporte que aseguren un servicio de calidad, seguro, y que garantice que sus unidades tienen una terminal donde se le dará mantenimiento, NO EN CUALQUIER ESQUINA DE LA CIUDAD.
En momentos en que el país ha ingresado al Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y Centroamérica, es preciso que también internamente se liberen las trabas que conlleven la modernización y competitividad en el sector transporte, y que conllevaría tener a un ciudadano mas sosegado y tranquilo para poder producir mas y mejor. ATRÈVASE SEÑOR PRESIDENTE, EL