El libro no ha cambiado su verdadero significado: ser la pieza más fundamental de todo el progreso humano. La escritura, a través del libro y la lectura desempeña la función primordial de preservación y difusión del conocimiento, desde hace miles de años. Pero el libro está bajo muchos cuestionamientos: la mitad de la población mundial no lee libros, ni los utiliza para participar en el mundo real. Por otro lado, el buen libro no se obtiene tan fácil y sólo la mala literatura es la que se comercializa en los anaqueles de las tiendas. Cuando un libro malo es premiado es debido a los intelectuales asalariados del gobierno. Calificamos de “gris” la vida de un verdadero escritor, hoy día. En nuestro país abundan los autores apócrifos o farsantes del texto.
La cultura se fundamenta en la comunicación escrita para que el ser humano pueda sobrevivir y pueda desarrollarse. René Maheu escribió cierta vez: “el libro es el documento de comunicación más seguro y manejable que se haya inventado jamás, es también el primero que permitió al pensamiento del hombre vencer al tiempo y, luego, al espacio”. A la escritura y al libro le correspondió la lectura. Entonces podemos aceptar que tanto la escritura, el libro y la lectura son una misma cosa.
La escritura tiene su historia. Y esta historia es uno de los momento más importante de la humanidad. Empezó hace más de quinientos mil millones de años, y ocurrió en más de un lugar a la vez. Pero apareció después de que los hombres aprendieron el uso de la piedra, otros instrumentos y utensilios. Los antropólogos nos dicen que hace unos 40,000 años las poblaciones humanas poseían la función de tallar, modelar y pintar representaciones de seres vivos en forma que todavía nos procura placer estético. (Las ciencias plásticas precedieron a la escritura y co-existieron a la vez para ciertos usos). La pictografía, es decir, el arte de representar visualmente lo grabado o trazado, fue quizá la primera forma del arte, o por lo menos la habilidad gráfica que hizo la forma de arte. Los primeros textos se componían de formas sucesivas de dibujos (“pictogramas”), que eran como señales de las primeras sociedades: pueblos de cazadores, pescadores, agricultores, etc.
La verdadera escritura, que comprende el análisis de las frases de las palabras figuradas sucesivamente, corresponde a sociedades más evolucionadas. No hay pruebas documentales de que estas sociedades hayan existido antes del año 4,000 AC, porque quizás la escritura no era imprescindible para la vida. Dicen los expertos que la edad de la escritura es de alrededor de unos 6,000 años aproximadamente y en la actualidad del presente (ahora mismo) vemos con tristeza como la mitad de los habitantes del planeta no se sirven de ella.
Volviendo al pictograma, a la escritura pictográfica antigua, ideal, suponemos que cada palabra se representaba en un dibujo especial reconocible. Así el signo que es un disco con rayos, significa “sol”, y el dibujo que es un cubre-cabeza, significa “sombrero”. Los signos-cosas se convierten en signos-palabras, y como expresan sentidos, más que sonidos, tienen un empleo ideográfico, y se les denomina ideogramas. Así es como surgen los nombres de las escrituras. Por ejemplo, el jeroglífico, que eran trazados en el sentido más amplio de la expresión. “hieros”, significa sagrado, y “grafein”, esculpir.
La escritura iba unida a las arquitecturas de las civilizaciones que conocemos, como las Americanas. Los manuscritos mayas, y de los aztecas. En ellos se ofrecen datos religiosos, históricos y geográficos.
En la etapa siguiente de la invención de la escritura, surge la notación de los sonidos y parcialmente ésta se hace fonográfica. Sin dejar de ser pictoideográfica, el dibujo ahora sirve para representar palabras o sonidos que suenan igual pero que son distintas.
Antes de la existencia del libro, convivieron la escritura y la lectura, por el uso práctico que dominaba en los monumentos, calendarios, grabados, tablillas, que daba muestra la evolución social. La escritura cuneiforme, sumeria, jeroglífica, acadia, todas ellas en principio de uso pictográfica y luego fonográfica se extendió como instrumento de civilización. Todo esto ocurrió en los milenios tres, dos y uno AC. En las islas del Mar Egeo –Creta y Chipre–, se desarrollaron civilizaciones originales en la que la escritura empezó, con una etapa jeroglífica. Al parecer esta escritura adquirió pronto carácter fonográfico, efectuándose sistemáticamente la descomposición de las palabras en sílabas del tipo consonante seguido de vocal. El idioma pronto adoptó un alfabeto. Y comienza otra historia en el conocimiento del texto escrito.
Como dijimos al final, es necesario replantear el papel del libro en la vida humana. Nos gustaría en la próxima entrega tratar el tema de la función de la literatura en la sociedad contemporánea, poder referirnos a los grandes libros de la historia y de la miseria editorial del país.