La sociedad turca se debate entre el extremismo islámico y el laicismo dogmático que no acepta cuestionamientos, la entrada a la Unión Europea se ve amenazada no solo por el temor al fanatismo religioso, sino también por la constante amenaza de golpe militar por parte de los garantes de la separación entre religión y estado.
El 24 de Abril último llegó a su fin la incertidumbre en el esquema política turco, el Primer Ministro, un islámico militante, Recep Tayyip Erdogan tomó una decisión fundamental para el futuro de Turquía. Erdogan decidió bajarse de la carrera por la presidencia, esta decisión que no fue levantada en forma masiva por los grandes medios, hoy plantea el escenario dramático que los mismos cubren de manera vertiginosa.
Esta decisión diseña un nuevo mapa político en Turquía pero con externalidades hacia toda la región.
El actual Presidente de Turquía, el laico Ahmet Necdet Sezer, finalizará su mandato de siete años, el próximo 16 de Mayo, cuando, en el parlamento el partido de Erdogan, (el partido Justicia y desarrollo Pro islámico) cuenta con una amplia mayoría, y en Turquía, los diputados eligen al presidente, con lo cual el candidato del partido del gobierno se convierte en forma automática en el futuro Presidente.
Luego de que Erdogan se bajó de la competencia por la presidencia, su partido eligió al Canciller y vice Primer Ministro Abdallah Gul como su candidato a la presidencia.
La resistencia dentro de su partido convenció a Erdogan de no presentarse, y determinó la nominación de Gul, de haber seguido con su postulación Erdogan, hubiera llevado a un cisma al partido gobernante, con su renunciamiento mantuvo al partido unido.
Los mercados reflejan el clima
Durante la jornada del último lunes, la lira turca se desplomó a mínimos de siete meses, y los bonos y acciones retrocedieron luego que los militares amenazaran con bloquear la elección presidencial debido a la tendencia islámica del candidato oficial.
Miles de personas marcharon en Estambul en protesta de la candidatura del Ministro de Relaciones Exteriores, Abdallah Gul, quien en el pasado fue miembro del Partido de Bienestar pro-islámico, partido expulsado del Gobierno y prohibido por parte de las fuerzas armadas en 1997.
Las FF.AA., que han desplazado a cuatro Gobiernos desde 1960, acusaron al Primer Ministro de utilizar la elección presidencial, con el fin socavar la tradición laica del país.
Turquía celebrará elecciones legislativas anticipadas para intentar poner fin a su crisis política el 22 de julio, cerca de un mes después de lo propuesto por el partido en el poder, según el acuerdo de la comisión constitucional del Parlamento.
La decisión de la comisión deberá ser aprobada por el pleno del Parlamento para tener validez, lo cual debería ser una simple formalidad ya que todos los partidos representados en el parlamento están a favor de comicios anticipados.
También el partido en el poder el AKP, del primer ministro Recep Tayyip Erdogan, es partidario de las elecciones, tras aceptar a regañadientes la anulación por la Corte Constitucional de la primera ronda de la votación del Parlamento para elegir presidente, fallo que calificó de "ataque a la democracia".
Sin lugar para terceros
El porcentaje de bloqueo parlamentario mínimo en Turquía es muy alto. Esto significa que un partido para poder entrar al parlamento tiene que obtener por lo menos un 10 %, si obtiene un 9%, esos votos son repartidos en forma proporcional entre los partidos que si pasaron la barreara del 10 %, salvo que tenga lugar un acuerdo de “sobrantes”, donde los partidos chicos pueden acordar alianzas a cambio de entrar, pero sobre la base de convenios parlamentarios avalados por la justicia electoral, sin estos acuerdos, la incertidumbre para el votante, acerca del destino de su voto es muy grande
En el partido gobernante conviven un ala islámica mas radical, con líneas moderadas que se encolumnan detrás de Gul, con la nominación la candidatura presidencial, renunció Gul a la presidencia del partido con lo cual dejó el mismo en manos de los mas radicales, y esta situación está llevando al partido a una fractura inevitable, que deja a Erdogan como presidente sin partido y que repercutirá a nivel nacional, como en la Argentina, los problema internos del peronismo, o en Paraguay los del Partido colorado explotan en el esquema suprapartidario.
Kamalismo e Islam
Turquía se encuentra inmersa en una disputa feroz entre dos ideologías, el Kamalismo, tendencia que toma el nombre de Kamal Ata Turk, el padre de la Turquía moderna y Laica, y el Erdoganismo.
El estado moderno Turco se creó en 1923, y fue fundado por Kamal Ata Turk, sobre las bases de lo que había sido el Sultanato Otomano. Como resultado, desapareció formalmente el Imperio Otomano.
Ataturk, como primer presidente, consideraba que este país mayoritariamente musulmán debía ser moderno y laico, por lo que introdujo una serie de reformas, como un código jurídico, la abolición de algunas instituciones islámicas, la emancipación de la mujer, el uso de ropas occidentales y la introducción de un alfabeto basado en las letras latinas para sustituir al alfabeto otomano, con letras árabes.
El espíritu de la revolución Kamalista, fue pensar a Turquía como un estado laico, y en su constitución quedo plasmado que el estado permanecerá separado de la religión.
Ata Turk, generó un movimiento que si bien luchó contra dogmas que tenían su origen en el Islam, estableció otros que tenían que ver con la modernización y el laicismo a ultranza, y todo ello enmarcado en un culto a su personalidad muy fuerte. El Kamalismo hasta hoy se plantea como misión combatir los dogmas, que el Islam le planteaba a la sociedad turca, pero sus seguidores resultan tan ortodoxos de la corriente, que establecen nuevos dogmas. De hecho el laicismo para los Kamalistas es una “religión” que no admite términos medios o ceder para lograr algún tipo de consenso.
La lealtad es orgullo del kamalismo y su principal arma. Esto se ha convertido en un obstáculo a la hora de diseñar políticas inclusivas, e incluso en términos de sumarse a la Unión Europea.
El Kamalismo, no acepta negociar con el Erdoganismo, ni un centímetro de Laicismo, es la izquierda del país, los intelectuales el empresariado y el ejército, los medios, la academia, es el sector mas poderoso económicamente, y consiguieron sacar un millón de personas a la calle oponiéndose a la candidatura de Erdogan a la presidencia, clamado consignas que apuntaban la mantener la separación entre estado y religión.
En contraposición a la izquierda kamalista, Erdogan se apoya en los sectores mas pobres de la sociedad, trabajadores de cuello azul, del campo, minorías como los kurdos (estos tienen motivos sobrados, por razones históricas, para cultivar su anti kamalismo) militantes y activos practicantes del Islam.
Paridad y disparidad
Desde un punto de vista electoral los dos grupos suman mas o menos lo mismo, con una ventaja eventual favorable a los kamalistas, que rompería este empate, pero desde un punto de vista político, en cuanto al poder desplegado, en las últimas elecciones, el número no le sirvió a los kamalistas para evitar una aplastante derrota a manos de Erdogan, que alcanzo el gobierno sin socios, este hecho sin precedentes en la política turca, demostró que se puede ganar y gobernar sin el kamalismo, lo que hizo entrar en crisis a este movimiento no acostumbrado a estar en la oposición.
Erdogan en todo momento se cuido de mostrar respeto por el kamalismo, no descalificó sus ideas nunca, por el contrario siempre trató de mostrar su plataforma ideológica como un enfoque nuevo, que busca un lugar distinto para la religión, las fuerzas armadas y las minorías en el escenario turco, lugares conceptuales que no eran cuestionados hasta ahora, en los cuales regía un status quo inapelable.
De ganar el Erdoganismo, tendrá la posibilidad histórica de cambiar el equilibrio de fuerzas y reducir enormemente al kamalismo como factor político alterando definitivamente el equilibrio de poderes en el país.
El Presidente guarda para sí en Turquía numerosas atribuciones, entre ellas las que hacen al sector de defensa, pudiendo nombrar y echar a quien quiera en el ámbito militar y las fuerzas de seguridad., y si tenemos en cuenta que son estas las garantes últimas del laicismo en Turquía, metiendo mano en el esquema de los mas altos cargos del ejército, reducirá el Presidente el poder de la corporación como garante efectivo del laicismo. Varias veces en el pasado las FF.AA dieron un golpe de estado ante un escenario como el que acabamos de describir.
El presidente tiene la potestad de vetar leyes que se oponen a la constitución según su criterio, el actual Presidente Ahmet Necdet Sezer, un laico militante luchó con todo lo que pudo contra las embestidas pro islámicas de Erdogan, vetó numerosas leyes que avanzaban sobre el laicismo, impidió el acceso de personas religiosas a altos cargos, en la justicia, en las FF.AA. en la Academia, y en abril pasado se pronunció muy duramente contra la candidatura de Erdogan, diciendo que la identidad laica del país estaba en peligro, y que los intentos por introducir al Islam a la fuerza dentro de la sociedad turca, generaban una tensión sumamente peligrosa.
El rompecabezas turco, la Unión Europea y el escenario regional
Los desks turcos de las diferentes agencias de inteligencia, ven en una islamización turca, un factor de no retorno en el escenario geopolítico mundial, un acercamiento al mundo árabe, a Irán, y a las organizaciones terroristas, alterando definitivamente el equilibrio en el medio oriente, haciendo valer su poder militar contra los EE.UU., Israel, hoy su aliado, y Europa, con el consiguiente rechazo definitivo de este bloque, al ingreso turco a la Unión.
Pero aún de ganar el Erdoganismo ya sea con Gul o con otro candidato, estos no consideran liquidar al kamalismo, no les conviene, y lo saben, necesitan de ese movimiento. Ellos intentarán cambiarlo, lograr de sus dirigentes concesiones, lo cual les resultará muy difícil, ya que los Kamalistas son esencialmente dogmáticos y no consideran la posibilidad de ceder o renovar su ideario, en especial en lo que hace retroceder en el carácter laico militante de los estamentos del estado.
Nos encontramos ante la paradoja, que el Kamalismo que fue el gran impulsor de Turquía hacia adelante, hacia la modernidad en siglo XX, en el siglo XXI, logra el efecto contrario, por ejemplo generando en la Unión Europea resquemores acerca de la posibilidad de un golpe militar en caso de alcanzar el poder un factor demasiado islamizante para su gusto.
En Occidente se tiende a pensar erróneamente, que las objeciones europeas solo pasan por el Islam, y no es así, Europa no toleraría un miembro con un gobierno militar o cuasi militar aunque sea laico.
En el actual clima de preocupación por el fundamentalismo islámico, muchos europeos verían como una amenaza a sus democracias liberales la posibilidad de que Turquía deje de ser un estado secular, ya que, con sus 71,1 millones de habitantes (ONU, 2006), si pasa a formar parte de la UE se convertiría en el país con más votos en el Consejo Europeo. Pero el antídoto “ a la turca” para esto, constituye una amenaza tan grave como lo que viene a remediar
El bloque del viejo continente ya ha advertido a las FF.AA, bastión del kamalismo que se abstenga de tomar el poder, lo que haría totalmente inviable la incorporación ya de por si difícil de Turquía a la Unión.
El kamalismo surgió como un factor sumamente dinámico en Turquía que se hizo preguntas y se animo a tocar vacas sagradas, hoy resulta incapaz de adaptarse y pensar al otro, como tal negociando y cediendo, como en todo sistema político democrático moderno.
La pregunta
La gran pregunta, resulta ¿que tipo de país será Turquía en el siglo XXI?
Un estado moderno democrático y con economía de mercado dentro de la Unión europea, con las FF.AA en las Bases militares, ¿o en las calles y en la Casa de Gobierno?
La respuesta es compleja, la definirá la elección parlamentaria que en principio iba a tener lugar en noviembre de este año, pero que tendrán lugar como dijimos el 22 de Julio, pero no habrá un ganador con mayoría en el parlamento, sino que el que gane deberá estructurar una coalición, lo que en Turquía no ha mostrado ser como en otros países un factor generador de consensos y de ejercicio democrático, sino por el contrario un limitante inmovilizador sumamente peligroso para la estabilidad política.
En cuanto al peligro del golpe militar en caso de ganar un presidente islámico radical, como Gul, un ortodoxo cuya esposa se vista con chador negro completamente tapada, los militares saben que si quieren torpedear definitivamente la entrada de Turquía en la Unión europea, solo tienen que sacar los tanques a la calle, la posibilidad de que esto ocurra no es muy grande.
Las FF.AA, no darán el golpe solo porque un presidente radical islámico asuma, si intervendrían su gobierno comenzara a tomar medidas muy extremistas, desproporcionadas, e intolerables para los sectores laicos, por ejemplo cambios importantes en el sistema judicial, introduciendo la Shaaría, ley islámica, pero si en cambio, las medidas fueran mas moderadas y tratando de no abstraerse del kamalismo, el ejército no saldrá a la calle.
La ultimas declaraciones tanto de Erdogan como de Gul apuntan a eso, hablaron de preservar el laicismo, y los principios del estado turco, pero también aseverando que Islam y democracia no son incompatibles.