SANTO DOMINGO.-El presidente de la Suprema Corte de Justicia dijo que debe repensarse el rol que el abogado cumple hoy, no desde la perspectiva tradicional como defensor o asesor legal de su cliente, sino en relación a la demanda que genera la sociedad del conocimiento a los profesionales del derecho.
El doctor Jorge Subero Isa intervino en la inauguración del consejo de delegados de la Unión Iberoamericana de Colegios y Agrupaciones de Abogados (UIBA), la cual fue auspiciada por el Colegio Abogados de la República Dominicana (CARD).
Las palabras de apertura de este evento estuvieron a cargo del presidente del CARD, doctor Julio César Terrero Carvajal, quien destacó la importancia de este congreso al que asisten los ex presidentes del colegio, unos 53 directivos nacionales, 23 decanos de derecho y delegados de países iberoamericanos.
Expuso que históricamente, el papel de esta profesión se ha justificado en cuanto a garante del Estado de derecho, como protector de los derechos de los ciudadanos frente al poder y como defensor de los intereses de los mismos.
Agregó que en el siglo actual, esta justificación tiene aún mayor relevancia puesto que se ha universalizado la demanda de acceso a la justicia de parte de los ciudadanos, lo cual conlleva a que los individuos quieran y deban recibir un asesoramiento jurídico acorde con la nueva realidad social.
Sostuvo que en estos tiempos de crisis de legimitidad de la autoridad, resulta indispensable reflexionar sobre los modos de reconstruir y fortalecer la autoridad judicial.
Expuso que en una sociedad democrática, corresponde al Poder Judicial la función de interpretar las leyes y resolver los casos y las controversias de forma rápida, eficiente y justa.
Añadió que la independencia judicial, la administración efectiva e imparcial de la justicia y la confianza de la ciudadanía en su sistema de justicia, contribuyen a afianzar y consolidar las bases democráticas de la sociedad.
Manifestó que los miembros del Poder Judicial promueven y velan por la igualdad de todas las personas ante los tribunales y evidencian, mediante su comportamiento, la importancia de una judicatura independiente e imparcial para la protección de los derechos humanos.
Estimó que al promover una justicia independiente, los jueces garantizan que los tribunales sean defensores del constitucionalismo y del principio de legalidad.
Dijo que la administración de justicia pronta, eficaz, accesible, igualitaria, independiente e imparcial, es un anhelo de la humanidad, y que un buen clima de inversiones descansa en la existencia de espacios de rentabilidad, de gobernabilidad de la economía y la paz social.