La mayoría de las personas, se motiva por competencia. Digo la mayoría porque no todos somos iguales, y debemos respetar a quien piensa y actúa de manera diferente, aunque no lo entendamos… igual que ellos no entienden a los que se motivan por competencia. Cuando uno quiere ser el mejor siente un cosquilleo interno que lo lleva a conseguir grandes logros. Eso es muy bueno, es la naturaleza humana. Lo importante es no olvidar que vivir en sociedad ha sido el mayor de los avances que a logrado la humanidad y eso nos lleva a la siguiente reflexión.
Ser mejor significa, en muchos casos, luchar por el bien común… que nuestro equipo logre lo mejor. Ese concepto lo defiendo desde el punto de vista de superación propia, ya sea del individuo, del equipo o de la sociedad. No desde el lado de ser mejor que otros.
Si queremos sólo ser mejor que otros, estaremos conformes cuando lo logremos, sin embargo, si nuestro objetivo es superarnos a nosotros mismos, la motivación no tendrá límites.
De la misma forma, el intentar ser mejor que otros y no lograrlo, nos puede traer frustración. Recuerde que no somos iguales, así que otros nos llevan algunas ventajas y nosotros tendremos que encontrar nuestras propias debilidades para fortalecerlas, y nuestras fortalezas para utilizarlas. No nos comparemos y así lograremos ser mejor que nosotros mismos.
Ser mejor que otros no debe significar que para ganar el otro debe de ser peor. Muchas veces la lucha se centra en buscar un adversario que no nos pueda ganar, o conseguir que el otro caiga en el camino. Eso realmente es competencia, pero no nos sirve de motivación, no nos ayuda a ser mejores, eso es sólo una pantalla para el mundo externo, pero no es la verdadera satisfacción propia.
Las sociedades siguen creando más perdedores que ganadores, seguimos motivando a nuestros hijos a ser mejores que otros y no los motivamos ni los premiamos por ser cada día mejores con respecto a ellos mismos. Las comparaciones son mortales… recordemos que si hay cien compitiendo noventa y nueve se sentirán perdedores por no recibir el mayor reconocimiento. Y no creo en aquella frase de que lo importante es competir, creo más en que lo importante es superarte.
Muchas personas que no logran pasar por algunos desafíos terminan no conociendo su propio potencial, siempre conservan el miedo a perder y a no poder ser el mejor, o sea, se aprenden a rendir. El no hacerlo mejor que la vez anterior, y esto repetidamente, esta debe de ser la verdadera razón de una desmotivación.
El compararnos con otros nos puede enseñar a rendirnos, a pensar que siempre existe alguien mejor, que no podemos competir, así que mejor no entramos en competencia, pensamos que no tiene sentido. Esto nos lleva a una desmotivación constante.
Los factores externos son externos y no puedo cambiarlos, sólo debo competir conmigo mismo, eso me hace fuerte y me permite medir verdaderos resultados. Claro que los demás son factor de referencia, pero cuando existen diez compitiendo, no debe haber nueve perdedores. Si logramos superarnos, en algún momento conseguiremos ese preciado primer lugar para los demás, pero siempre podemos conseguir un nuevo record personal o de equipo.
Hasta la siguiente entrega.
© Ing. Diego A. Sosa. Escritor, Consultor, Coach y Facilitador de Empresas y Profesionales a nivel Internacional. CEO Mercurio Entrenamiento y Consultorías S. A.
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FRASE DE LA SEMANA
“Piensa en superarte a ti mismo, esa es la verdadera motivación duradera”.
Diego Sosa