Los primeros altercados tuvieron lugar en la plaza de la Bastilla de París, lugar emblemático donde tradicionalmente la izquierda celebra sus victorias y donde se concentraron unas 5.000 personas. Paralelamente, otras ciudades francesas vivían manifestaciones violentas similares a la parisiense.
La elección del conservador Nicolas Sarkozy como próximo presidente de Francia desembocó en incidentes nocturnos en las principales ciudades francesas, donde centenares de jóvenes se enfrentaron con las fuerzas del orden.
Los primeros altercados tuvieron lugar en la plaza de la Bastilla de París, lugar emblemático donde tradicionalmente la izquierda celebra sus victorias y donde se concentraron unas 5.000 personas.
Allí, entre 100 y 300 jóvenes que gritaban lemas contra Sarkozy lanzaron piedras y otros proyectiles a los antidisturbios que cargaron contra ellos con bombas lacrimógenas.
Paralelamente, varios centenares de manifestantes, en su mayoría jóvenes, se manifestaban sin incidentes en la cercana Plaza de la República, procedentes de los aledaños de la Partido Socialista (PS), situado en la otra orilla del río Sena.
La situación era tensa, según fuentes policiales, en algunos barrios conflictivos de las afueras de París, donde se quemaron vehículos y se pudo observar movimientos de jóvenes armados con bates de beisbol.
Manifestaciones violentas contra Sarkozy similares a la parisiense tuvieron lugar también en Lyon, Marsella, Burdeos, Lille, Toulouse y Clémont-Ferrand, donde también ha habido enfrentamientos con las fuerzas del orden.
Además hubo concentraciones contra el ganador de los comicios presidenciales en varias ciudades del oeste de Francia, como Rennes, Caen, Rouen, Tours o Nantes.
Con gritos de "resistencia", los 200 o 300 congregados en el Viejo Puerto de Marsella (sudeste) por movimientos de extrema izquierda fueron dispersados por los antidisturbios mediante bombas de humo, a los que los jóvenes replicaban con el lanzamiento de piedras y botellas.
También fueron dispersados con cargas de gases lacrimógenos los 500 simpatizantes de ultraizquierda que trataron de boicotear una fiesta organizada por los simpatizantes de Sarkozy en Lyon (sureste).
Tensión en Burdeos y Lille
Muy tenso, aunque sin confrontación, fue el cara a cara que mantuvieron con las fuerzas del orden en el centro de Burdeos (sudoeste) unos 2.000 jóvenes que arrojaron botellas, cubos de basura y proyectiles diversos.
El anuncio de la victoria de Sarkozy sobre la socialista Ségolène Royal se saldó también con incidentes en el centro de Lille (norte), donde algunas personas fueron detenidas después de que grupos de jóvenes incendiasen mobiliario urbano y vehículos.
Una de las manifestaciones contra Sarkozy más multitudinarias se registró en el centro de Toulouse (sur), donde entre 1.000 y 2.000 personas, sobre todo jóvenes, se concentraron en la plaza del ayuntamiento, escalaron la fachada y descolgaron la bandera.
Luego se dirigieron a la sede del partido de Sarkozy, la UMP, donde hicieron barricadas con materiales urbanos y prendieron fuegos con materiales de construcción antes de ser dispersados por los antidisturbios con gases lacrimógenos.
Hollande hace un llamado a la calma
El primer secretario del Partido Socialista (PS), compañero y padre de los cuatro hijos de Royal, François Hollande, hizo un llamamiento "a la calma y a la coherencia".
Hollande invitó a los 18 millones de franceses que han votado por Royal a que "se traguen su ira, su frustración" y que dirijan toda su "energía" a las elecciones legislativas del próximo junio.
El colectivo 'AC le Feu', que nació tras la ola de violencia urbana que sacudió Francia en el otoño del 2005, pidió a los barrios conflictivos que "no respondan con violencia" a la victoria de Sarkozy, que ha logrado más del 53% de los votos.
En los últimos días de la campaña, Royal había alertado sobre eventuales "violencias" y "brutalidades" en los barrios más conflictivos si ganaba el presidente de la UMP.