LA HABANA, may (IPS) – Un tren cargado de alimentos que luego serán puestos en un avión y lanzados sobre regiones donde el hambre es tan natural como la propia vida. Son imágenes en trazos infantiles que responden cada año a la convocatoria del concurso internacional del Programa Mundial de Alimentos "PMA en acción".
Aunque el tema puede parecer demasiado complejo para el entendimiento de los niños y niñas, el hecho de que cada cinco segundos muera un menor de cinco años en el mundo, más de la mitad a causa de la malnutrición, sitúa este problema muy cerca de la cotidianidad de quienes habitan en los países en desarrollo.
A juicio de Jorge Jorge González, profesor de un taller de pintura en un barrio periférico de La Habana, el conocimiento desde edades tempranas sobre asuntos ambientales o relacionados con la alimentación incidirá en que "las generaciones futuras sean más conscientes del daños que le hemos provocado al planeta".
"Si esos niños, que van a ser los científicos, los ingenieros, los maestros del mañana, tienen ese conocimiento, podrán dar su pequeño grano de arena a que esa situación mejore en el futuro", dijo Jorge González a IPS.
Este profesor, que comparte su trabajo como artista con la responsabilidad de ser delegado del Poder Popular (concejal), enseña desde 2004 los principios básicos de la pintura a menores de 12 años en el aula de Coloreando Mi Barrio, un proyecto comunitario que aspira a formar personas "más preparadas para la vida social".
Ese deseo abarca a toda la familia, estimulada a buscar información sobre asuntos tan diversos como la malnutrición, el deterioro de la capa de ozono o los recursos hidráulicos.
"Una de las cosas más importantes que hemos logrado con el taller, más allá de la parte técnica, del resultado práctico del dibujo, es que la gente sea un poco más culta e instruida realmente", señala Jorge González.
El sentido tradicional de la enseñanza se invierte, y son entonces los menores quienes de cierto modo educan a las personas adultas de la familia.
Para Marta Lomas, ministra cubana de Inversión Extranjera y Colaboración Económica, está claro que iniciativas como el "PMA en acción" contribuyen a entender "cómo debe ser la calidad de la alimentación, en lo que influyen mucho los niños, que van conociendo e identificándose con los objetivos de esa organización".
Cuba participa en este concurso desde 1998, aunque la colaboración con esta agencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU) especializada en la lucha contra el hambre data de 1963, el mismo año de su fundación, cuando envió ayuda para las víctimas del huracán Flora, que devastó la región oriental de esta isla caribeña.
En este tiempo, el PMA ha efectuado cinco proyectos de desarrollo agropecuario y apoyo nutricional a grupos poblacionales vulnerables, 11 operaciones de emergencia para asistir a personas afectadas por desastres naturales, y la supervisión de un donativo de arroz de Japón, por un valor de 237 millones de dólares.
"Creo que el éxito ha estado en los propios principios de la colaboración, basada en el respeto y en las prioridades de los países", indicó a IPS Lomas, quien se mostró satisfecha por "el reconocimiento al esfuerzo del gobierno en el tema de la alimentación de la población".
Según con la titular de la cartera ministerial, la crisis económica de la década del 90 provocó limitaciones alimentarias en todo el país, pero más agudas en las provincias orientales, que sufrieron hasta 2006 el azote persistente de la sequía. Esa situación habría acentuado malos hábitos nutricionales en la población, como el bajo consumo de vegetales.
El PMA ejecuta desde 2002 un proyecto de asistencia alimentaria en las cinco provincias situadas en el este de la isla, que entrega cereales enriquecidos con hierro para evitar la anemia de personas mayores de 65 años, mujeres embarazadas y menores de cinco años, así como una merienda fortificada en escuelas y círculos infantiles.
Además, ofrece capacitación en temas vinculados con la nutrición, salud e higiene de los alimentos, con el objetivo de fomentar la educación nutricional y sanitaria en instituciones asistenciales, centros escolares y en la población en general.
El décimo aniversario de la convocatoria nacional del concurso "PMA en acción" fue celebrado el 4 de este mes en La Habana, con la cancelación de un sello postal conmemorativo, que muestra un dibujo sobre el tema de la lactancia materna, galardonado en 2004.
La amplia presencia de dibujos provenientes de la nación caribeña entre los premiados por ese certamen internacional "dice mucho del desarrollo de la pintura y en general de la cultura en Cuba", sostuvo Jean-Jacques Graisse, director ejecutivo del PMA. Esa participación creció de 76 concursantes en 1998 a 1.176 el año pasado.
Graisse manifestó su beneplácito porque "el gobierno haya formalizado la celebración de este evento anual, en el que han participado miles de niños cubanos". Asimismo, agradeció la contribución con 2.500 toneladas de azúcar para los programas del PMA en el mundo.
"Es muy emocionante ver cómo los niños representan el modo en que la alimentación marca una diferencia en sus vidas", confesó el funcionario. "A veces pintan el comedor de su escuela, y otras veces un avión lanzando alimentos, como hacemos en Darfur, Sudán", dijo.
Según el informe titulado "El hambre y el aprendizaje", publicado por el PMA en 2006, "sufrir hambre durante el período de infancia puede provocar un retraso mental irreversible y una disminución del coeficiente de inteligencia y de la capacidad de aprendizaje".
Ese texto señala que una severa carencia nutricional "reduce las oportunidades de que disponen las personas y retrasa el desarrollo humano. Cuando se acumula en grandes sectores de la población, constituye un gran obstáculo para el desarrollo económico de las naciones". (FIN/2007)