SÃO PAULO, (IPS) – El papa Benedicto XVI entusiasmó a los 40.000 jóvenes católicos que lo esperaron durante horas este jueves en el estadio paulista de fútbol de Pacaembú, pero no pudo vencer las resistencias del gobierno brasileño a un acuerdo con el Vaticano ni la desobediencia a dogmas del catolicismo. "Sean protagonistas de una sociedad más justa y fraterna", recomendó el Papa en un discurso de 40 minutos, pasadas las 20.00 hora local (23.00 GMT), después de criticar el materialismo, la corrupción y "la vida disoluta y vacía" que son tentaciones de la actualidad.
En portugués, pidió a los presentes "no desperdiciar la juventud" y actuar como "apóstoles de los jóvenes", dedicándose a la evangelización que necesita la Iglesia Católica en América Latina y el Caribe. Al final, resumió sus orientaciones en francés e inglés.
No dejó de mencionar la necesidad de preservar la Amazonia y la naturaleza, coincidiendo con la Campaña de la Fraternidad del Episcopado brasileño, que este año está dedicada a esa zona selvática. También alertó sobre la violencia y las drogas que están provocando la muerte de muchos jóvenes.
Los aplausos y gritos fervorosos con que fue recibido por los "jóvenes de la Iglesia" que llenaron el estadio contrastaron con las restricciones que enfrenta en otras áreas.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva afirmó el carácter laico del Estado brasileño y no adelantó su decisión ante al acuerdo interestatal que pretende el Vaticano, durante el encuentro que sostuvo con el Papa en la mañana de este jueves, en el Palacio de Bandeirantes, sede del gobierno del sureño estado de São Paulo.
El acuerdo se destinaría a facilitar la acción de los sacerdotes católicos en Brasil, con enseñanza religiosa en las escuelas, exenciones tributarias a las parroquias, visas para los misioneros y, posiblemente, libertad para que puedan ingresar en áreas indígenas y de conservación ambiental.
La cancillería estaría dilatando la negociación por actitudes de la Iglesia que interfieren en cuestiones del Estado, como el programa de prevención del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida). El acuerdo, ya vigente con varios países y que el Vaticano esperaba cerrar durante esta visita del Papa, no se concretó y en la mejor hipótesis quedará para el fines de este año, cuando Lula vaya al Vaticano.
Benedicto XVI manifestó el deseo de que se firme tal acuerdo durante el gobierno de Lula, hasta 2010, informó la embajadora brasileña en el Vaticano, Vera Machado.
El rechazo de la Iglesia al uso de condones para evitar el contagio de sida y los embarazos no deseados y su condena absoluta al aborto constituyen los principales motivos de las discrepancias con sectores del gobierno y con muchos adeptos del catolicismo, que son mayoritarios en Brasil.
Benedicto XVI reiteró sus posiciones en el discurso que profirió al llegar al aeropuerto internacional de São Paulo el miércoles de tarde, afirmando que la V Conferencia Episcopal Latinoamericana, que inaugurará este domingo en Aparecida, a 170 kilómetros de la capital paulista, deberá "promover el respeto a la vida, desde su concepción hasta su natural declinación".
Durante el viaje había sido más tajante, condenando el aborto y apoyando a los obispos mexicanos que quieren excomulgar a los legisladores de Ciudad de México que aprobaron en abril la despenalización del aborto.
El ministro de Salud brasileño, José Gomes, que defendió el debate y un plebiscito para que la población decida la cuestión, consideró "indebida" la manifestación del Papa, arguyendo que una Iglesia no puede pretender que su posición se imponga sobre el conjunto de la sociedad.
Es una cuestión de salud pública, el Estado Brasileño atendió a 229.800 mujeres con secuelas de abortos clandestinos el año pasado, sostuvo el ministro en una audiencia promovida el miércoles por la Comisión de Asuntos Sociales del Senado, en Brasilia.
Un millón de abortos se practican anualmente en Brasil, en gran parte de forma precaria y riesgosa, por tratarse de una acción ilegal, a excepción de casos en que hay amenaza de muerte para la madre o ante embarazos producto de estupro.
Lula evitó la polémica, destacando la importante presencia de la Iglesia Católica en Brasil, "siempre al lado de los desheredados", y agradeció su apoyo a la campaña contra el hambre y la pobreza, encabezada por el presidente brasileño.
Pero algunos sectores criticaron abiertamente las posiciones de la Iglesia. El Grupo Gay de Bahía reunió a unas 150 personas el miércoles en la nororiental ciudad de Salvador para quemar fotos de Benedicto XVI, protestando también con un panel donde se decía que "el amor no tiene sexo".
"La Iglesia está contra el aborto y los condones, pero si no quiere el aborto tiene que aceptar los preservativos", sentenció a IPS Flavio dos Santos, joven llegado desde el interior del país para vender llaveros y otros pequeños recuerdos en las afueras del estadio donde jóvenes católicos de todo Brasil y de países vecinos esperaron durante toda la tarde un encuentro con el pontífice.
Al ritmo de rock y canciones religiosas, cantando y coreando consignas, los jóvenes demostraron que mantienen su fervor católico y la adhesión a los principios sostenidos por el Papa.
La visita es "importante en este momento en que se revela la sociedad corrompida y los jóvenes deben de dar su ejemplo" de honestidad y solidaridad, dijo a IPS una joven paraguaya en el estadio.
Algunos jóvenes líderes hablaron ante la multitud señalando la recuperación de las vocaciones religiosas, pero también "los millones que están fuera de la escuela" o excluidos del mercado de trabajo, de la dignidad y de la ciudadanía plena. (FIN/2007)