Los tres principales desafíos ambientales de la región del Caribe son consolidar los instrumentos de gestión ambiental, fortalecer la capacidad legal de los Estados y aumentar la capacidad de enfrentar desastres naturales y riesgos hidrogeológicos. Así lo planteó Max Puig, secretario de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales, este sábado 14 en una conferencia realizada en la isla caribeña de Guadalupe como parte del Ciclo de Iniciación Sobre el Conocimiento del Espacio Caribe, organizado el Instituto de Cooperación Franco Caribe con el apoyo del Gobierno de la Región de Guadalupe.
Puig enfatizó la necesidad de coordinar esfuerzos entre los 15 países de la región en el marco de los acuerdos internacionales para enfrentar problemas comunes como el cambio climático y la contaminación en los mares, que amenazan no solo los recursos naturales costero-marinos sino también actividades económicas como el turismo y la pesca.
“El mar es el patrimonio común del Caribe y está amenazado. El calentamiento global del planeta eleva el nivel del mar y su temperatura mientras la deforestación y la contaminación afectan las aguas de los ríos; éstas al desembocar destruyen las barreras de coral, lo que a su vez arruina las playas”, explicó Puig.
Por estos y otros fenómenos, como la degradación y desertificación de los suelos, unas 1,150 especies están amenazadas en el Caribe, según la World Conservation Union. Entre los países con mayor cantidad de especies en peligro están Cuba con 277, Jamaica 269, Haití 119, República Dominicana 108 y Belice con 69.
El funcionario destacó que República Dominicana es el tercer país de la región del Caribe con la mayor cantidad de zonas marinas protegidas (35,829 kilómetros cuadrados) después de Cuba y las Bahamas.
Sobre los efectos del cambio climático el secretario resaltó que los fenómenos naturales extremos son cada vez más frecuentes, intensos y violentos. “Las pérdidas humanas y económicas son cada vez mayores. Desde 1995 ha habido 45 desastres naturales en la región: 26 tormentas, huracanes y tornados; 17 inundaciones y dos terremotos importantes, lo que ha afectado a tres millones 766 mil 782 personas, de las cuales 6,572 fallecieron por fenómenos asociados al clima”.
La dependencia de hidrocarburos y las actividades industriales no reguladas y sin criterios de ecoeficiencia contribuyen con el calentamiento global. Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en América Latina y el Caribe sobrepasan el 34% de las registradas en la zona en 1990 con relación a 1980. Las emisiones de CO2 aumentaron de 8,716 toneladas en 1990 a 18,414 en el 2000.
RECOMENDACIONES
Para enfrentar los problemas ambientales del Caribe, Max Puig señala como retos:
* Consolidar los instrumentos nacionales de gestión ambiental, entre los que se destacan: ordenamiento territorial, realizar evaluaciones estratégicas, desarrollar sistemas de información y contabilidad ambiental, utilizar tecnologías limpias y aprovechar las ventajas del Protocolo de Kyoto.
* Fortalecer la capacidad legal de los ministerios de Medio Ambiente para enfrentar el delito ambiental, reforzar la capacidad de los países de enfrentar riesgos de desastres y riesgos hidrogeológicos. Desarrollar iniciativas públicas como el pago de servicios ambientales y facilitar ventajas fiscales a las empresas que protejan la naturaleza.
* Darle valor económico a la biodiversidad, coordinar políticas ambientales de la región en torno a los acuerdos internacionales.
* Aumentar la comprensión de los actores sociales alrededor de los objetivos del Milenio.
* Adoptar tecnologías de producción más limpia que disminuyan el uso de los combustibles fósiles.
* Incrementar la participación de la sociedad en el tema ambiental y fomentar las alianzas entre los sectores público, privado y civil para promover la responsabilidad social de las empresas.
En el evento, que estuvo encabezado por el presidente del Instituto de Cooperación Franco Caribe, Max Vincent, y al que asistieron altos funcionarios de Guadalupe y personalidades del mundo académico y el sector ambiental, Puig describió la región como una unidad histórica, cultural y geoestratégica. El ciclo sobre el conocimiento del espacio Caribe es el segundo que realiza el instituto; el primero se celebró en Guyana en 2002.