El acuerdo de reforma migratoria a que llegó un grupo de senadores de los partidos demócrata y republicano, contando con el aval del presidente George W. Bush, es una burla a los millones de personas que marcharon durante la primavera pasada y/o que votaron en las elecciones del 7 de noviembre mayormente a favor de los demócratas. Estos últimos, con su conducta
traicionan la confianza del electorado Latino que en ellos creyó. Por demás, esta propuesta desconoce el sentimiento de la mayoría ciudadana que en un
porcentaje superior al 75% se ha expresado, en diversos estudios de opinión, a favor de legalizar a los indocumentados
Enfatizando el factor punitivo, la nueva propuesta prioriza los asuntos de seguridad fronteriza, el pago de multa e impuestos, requisitos educativos y un largo tiempo de espera para optar por la residencia permanente. Negando una positiva tradición que ha caracterizado a la sociedad estadounidense en el
ámbito familiar, la actual propuesta divide aun más las familias al reducir el concepto de familiar inmediato.
Al trauma económico y emocional que trae consigo el proceso de profundizar la división familiar, en la nueva propuesta subyace un componente clasista al
aplicar un sistema de puntos que les dará prioridad a los inmigrantes con un elevado nivel educativo. La enorme mayoría de los inmigrantes Latinos provenimos
de familias pobres, de zonas rurales y socialmente desventajadas en nuestros países originarios, condiciones estas que al vincularse al nuevo sistema que se pretende implantar hará prácticamente imposible la emigración legal a Estados Unidos para millones de nuestros padres y hermanos.
Este cambio en la inmigración familiar que se trata de incorporar nos recuerda la drástica modificación que se produjo en el concepto de "Open Admition en las
universidades públicas del país. Cuando la composiciónracial y nacional comenzó a cambiar en las
universidades, el concepto de Open Admition cambio en sentido negativo, obstaculizando, mediante diversos procedimientos, el acceso a las universidades miles de muchachos de las minorías.
Analogando esta situación a la emigración, cuando la sociedad estadounidense requería de nuestra mano de obra para llenar las demandas que impuso el boom de la industria textil en la región Este o la industria agrícola en el Oeste, se facilitó el proceso migratorio latinoamericano. Predominando hoy la economía de servicio y un uso intenso y masivo de la tecnología de punta, nuestros trabajadores resultan un estorbo y hay que darle paso a las personas de altas
calificaciones educativas para ocupar las demandas del mercado laboral.
La nueva situación creada en el ámbito migratorio enseña cuan de perversa es la conducta de la clase política hacia los trabajadores, particularmente los
inmigrantes. Sin importar el color del partido de que se trate, su uso sobre las necesidades de las comunidades inmigrantes está condicionado a sus intereses partidarios. Mas que hacer justicia, este tipo de políticos cuanto busca es ganancia electoral.
Si algo demuestra el actual curso que toma esta problemática, es la necesidad de que el movimiento pro-inmigrantes de un paso adelante en su unidad y
mantenga la presión en su más amplia expresión. Sea carta, piquete, marcha, llamada telefónica, etc., todo es valido para lograr una reforma migratoria justa y
que haga posible la legalización, sin mayores obstáculos, para los más de 12 millones de personas indocumentadas, 4 millones de los cuales son menores
de edad.
18 de mayo del 2007
El autor es co-conductor del programa la Voz Latina en
WBAI y vocero de la Coalición Comunidades Inmigrantes
de Washington Heights.
Teléfono (646)796-8657