COLORADO (Santiago).- El empleado de un establecimiento comercial fue muerto a tiros por uno de dos asaltantes, quien también falleció en la refriega tras ser atacado por el dueño del negocio, el que se encuentra en estado delicado en una clínica, al ser baleado por el otro ladrón. Los muertos fueron identificados como Rafael Guzmán, de 53 años, quien trabajaba en el lugar y Agustín Hernández, de generales hasta ayer ignoradas, que fue al sitio acompañado de un sujeto todavía desconocido, con el objetivo de cometer el asalto y ambos provistos de pistolas, en tanto que el herido es Alberto Reyes.
La tragedia se produjo a eso de las 8:15 de la mañana de ayer en el “Reyes Minimarket”, ubicado en la carretera principal de esta comunidad. Guzmán fue alcanzado por varios disparos, principalmente en el tórax, en tanto que Hernández recibió la mayor parte de los balazos en la cabeza, quedando prácticamente destruida.
Edrian Muñoz Reyes, un joven de 17 años y quien se encontraba en el lugar al momento de los hechos, narró que los dos sujetos, a bordo de una motocicleta 115, color negro, penetraron al negocio y pidieron queso y jugo, con fines de comprarlos.
“Sorpresivamente, uno de ellos apuntó con una pistola a Rafael y le disparó varias veces, por lo que me tiré al suelo, pero Alberto sacó su pistola y alcanzó con varios proyectiles a Hernández”, agregó el testigo.
Y puntualizó que el acompañante del atracador muerto, que también estaba armado con una pistola, entró en acción disparando contra Alberto, logrando herirlo en la espalda y en la pierna derecha, por lo que se encuentra interno en la clínica Corominas, desde donde se informó ayer tarde que su estado es delicado.
Familiares del propietario del negocio y que se encontraban en la habitación 217, donde esté recluido, relataron que Alberto les comentó que tanto él como los asaltantes gastaron las balas de sus armas, por lo que terminó peleando cuerpo a cuerpo con su agresor, a pesar de que estaba herido.
Como consecuencia del pleito, Alberto resultó con varios golpes en la cabeza, que se los propinó el desconocido con la cacha de la pistola, hasta hacerle perder momentáneamente el conocimiento.
Al notar que los vecinos comenzaban a llegar al negocio, el sujeto decidió salir corriendo en la motocicleta y el comerciante presume que por lo menos uno de los disparos que le hizo lo impactó en alguna parte del cuerpo.
El asaltante que falleció en la balacera llevaba consigo un culto que quedó en el interior del colmado. Al ser revisado por las autoridades policiales y judiciales, fueron hallados varios celulares y tarjetas para realizar llamadas.