El Vaticano. El Papa Benedicto XVI admitió hoy que durante la evangelización de América latina hubo “injusticias”, “sufrimientos” e incluso “crímenes injustificables”, días después de la controversia que generó en la región su defensa de la actuación de la Iglesia en ese período.
Las expresiones del titular de la Iglesia Católica durante la audiencia general en la Plaza de San Pedro del Vaticano, difundidas por la agencia Ansa, se producen luego de fuertes reacciones del presidente de Venezuela, Hugo Chávez; más cuidadosas de su par boliviano, Evo Morales y de enojo de asociaciones indigenistas y parlamentarios.
Las expresiones del Papa no llegaron a formalizar un pedido de disculpas a los pueblos evangelizados de América Latina, tal como lo había reclamado Chávez, aunque sí un reconocimiento de los abusos y errores de los evangelizadores.
De todos modos, las palabras de Benedicto XVI fueron interpretadas por varios medios, entre ellos la brasileña Agencia Estado, como una respuesta a los reclamos del mandatario venezolano.
El caso es que la oleada de protestas, en momentos en que se desarrolla en Brasil la V Conferencia Episcopal de América Latina (Celam), se escuchó también en Roma y el Pontífice, al repasar los puntos que trató en su visita al subcontinente, retomó la línea del mea culpa ya trazado, y en forma reiterada, por su antecesor Juan Pablo II.
“No es posible olvidar el sufrimiento y las injusticias infligidas por los colonizadores a las poblaciones indígenas, a menudo pisoteadas en sus derechos humanos fundamentales”, afirmó Benedicto XVI ante decenas de miles de personas presentes en la Plaza de San Pedro.
El Papa entendió que “la obligatoria mención de tales crímenes injustificables no debe impedir tomar nota con agradecimiento de la labor maravillosa cumplida por la gracia divina entre aquellas poblaciones durante estos siglos”.
El pasado 13 de marzo, durante la inauguración de la V Conferencia General del Episcopado de Latinoamérica, en Brasil, el Papa expuso que la cristianización de América no supuso una “imposición de una cultura extranjera” ni una “alienación de las culturas precolombinas”.
También calificó de “retroceso” el intento de revivir religiones precolombinas, especialmente andinas.
Los religiosos reunidos en la V Conferencia de la Celam , darán a conocer el documento que tendrá entre sus puntos centrales un “llamado a los cristianos a comprometerse en la construcción de una sociedad más humana, más justa, más igualitaria y solidaria, en especial con los más pobres y necesitados”.
El Papa también lanzó una nueva embestida a la Teología de la Liberación , al afirmar que la Iglesia latinoamericana debe recuperar el estilo de “la primitiva comunidad cristiana” descrita en los Hechos de los Apóstoles.
“Asidua en la catequesis, en la vida sacramental y en la caridad activa” para presentar el Evangelio “sin reducciones ni confusiones, vigilando sobre el depósito de la fe con discernimiento”, es la misión cristiana.
Tras el discurso papal en Aparecida, la respuesta más dura estuvo a cargo de Chávez: “¿Cómo va a decir Su Santidad, cuando aún están calientes los miles de indígenas masacrados por los conquistadores, que cuando llego aquí Europa con las carabelas y los barcos y los arcabuses vinieron a evangelizar y no hubo ningún tipo de imposición?”.
El mandatario añadió que “aquí hubo un verdadero genocidio” y “ocurrió algo mucho más grave que el Holocausto de la Segunda Guerra Mundial. Nadie puede negarnos esa verdad que todavía tiene que dolernos y nadie, ni el Papa, puede venir a negarnos el holocausto origen de esa tierra”.
Las palabras de Chávez fueron respondidas por el secretario del Estado Vaticano, cardenal Tarciso Bertone, quien afirmó que la Santa Sede “está preocupada con el surgimiento de gobiernos autoritarios en América Latina, como en Venezuela”.
Desde Venezuela, la postura de la Iglesia fue refrendada por el presidente del Concilio Plenario, Ovidio Pérez Morales, quien dijo que en su país se viven “involuciones de tipo marxista” y de “socialismo colectivista”, y agregó que “en ese sentido Venezuela no puede menos que generar preocupación