El primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, anunció que el Parlamento dará luz verde a una intervención militar en el norte de Irak, después del atentado suicida que el pasado martes acabó con la vida de seis personas en la capital, Ankara. Al menos cinco soldados del Ejército turco murieron hoy por la explosión de una mina terrestre.
En una entrevista a la cadena de televisión ATV, Erdogan aseguró que el Parlamento, donde el gubernamental Partido de la Justicia y el Desarrollo (el islamista moderado AKP) goza de mayoría absoluta, dará luz verde a una ofensiva del Ejército en el país vecino para exterminar a los milicianos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) que operan en la zona y desestabilizan Turquía con sus atentados, tal y como le reclamó hace poco más de un mes el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el general Yasar Buyukanit.
"Emprenderemos cualquier movimiento necesario para proteger la tranquilidad y la prosperidad en nuestro país. Los desacuerdos con las fuerzas de seguridad y con el Ejército sobre esta cuestión son impensables (…). Esto es la República de Turquía, no una tribu. Somos lo bastante fuertes como para llevar a cabo los pasos necesarios. Nuestra Policía y nuestro Ejército están preparados para actuar", declaró.
Al respecto, Erdogan dejó claro que si el Ejército solicita formalmente una intervención en el norte de Irak, el Gobierno actuará sin dilaciones para obtener la autorización del Parlamento.
Respecto a cuál sería la reacción de Estados Unidos, que ha rechazado en repetidas ocasiones una operación militar turca en el Kurdistán iraquí, el primer ministro aseguró que Ankara no pedirá permiso a nadie si Bagdad y Washington continúan siendo permisivos con el terrorismo del PKK.
"Estados Unidos es nuestro aliado político. No vacilamos a la hora de ir a Afganistán para defender su causa. Si hay una organización terrorista asentada en el norte de Irak, Estados Unidos también tiene que cumplir con sus responsabilidades (…) Si las expectativas turcas siguen insatisfechas, entonces Turquía no tendrá que pedir permiso a nadie para actuar", valoró, agregando que Turquía no está sometida a Estados Unidos, sino a la OTAN.
En la misma línea que Erdogan se había expresado un poco antes el presidente del Parlamento, Bülent Arinç. La decisión de llevar a cabo una operación transfronteriza podría empezar a perfilarse hoy, cuando el primer ministro mantenga su reunión semanal con el general Buyukanit y el aún presidente de la República, Ahmet Necdet Sezer.
Sin embargo, antes de ordenar una intervención militar en Irak, el Gobierno turco podría esperar al resultado de la reunión que mantendrán altos diplomáticos de ambos países dentro de unos días.
El enviado especial de Turquía a Irak, Oguz Çelikkol, y su ayudante principal, Murat Özçelik, viajan este fin de semana a Irak para poner sobre la mesa un ultimátum, en conversaciones con el primer ministro y el ministro de Asuntos Exteriores iraquíes, Nuri al Maliki y Hoshyar Zebari, respectivamente, según informó hoy la prensa local.
El pasado 9 de abril, Turquía remitió una nota formal de protesta a Irak. Casi dos meses después, el Gobierno de Al Maliki no ha dado aún una respuesta, de ahí la decisión de Erdogan de enviar una delegación diplomática a Irak que exigirá la entrega de 150 dirigentes del PKK, incluyendo a sus dos líderes principales, así como el refuerzo de las medidas de seguridad en la frontera común para impedir la infiltración de terroristas de un país a otro.
El atentado del pasado martes, atribuido por las autoridades turcas al PKK, se ha erigido en la excusa perfecta para que Turquía presione y amenace de nuevo a Irak. Sin embargo, el PKK se desvinculó ayer de la acción terrorista, que llegó incluso a condenar.
También la Unión de Comunistas Revolucionarios Turcos (TIKB), un partido poco conocido al que perteneció el 'kamikaze' de Ankara, ha negado la autoría del atentado. El único grupo que lo ha reivindicado hasta el momento es una escisión del PKK, los Halcones de la Libertad del Kurdistán (TAK).
Cinco soldados muertos
Al menos cinco soldados del Ejército turco murieron hoy y otros nueve resultaron heridos por la explosión de una mina terrestre colocada por el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el sureste del país, según informó la agencia Anatolia.
Los hechos se produjeron en la región de Bestler Dereler, en la provincia de Sirnak (fronteriza con Irak y Siria), cuando tropas de la Tercera Brigada del Ejército patrullaban el área en el marco de una operación antiterrorista. Tres sargentos y dos soldados rasos perdieron la vida, mientras que otros nueve militares sufrieron lesiones de diversa consideración.
Por otra parte, la misma fuente anunció la reciente detención de uno de los líderes del PKK, Bulent Atmaca.
El arresto tuvo lugar hace cuatro días en la localidad de Tunceli, en el este de la península de Anatolia, después de que Atmaca entrara en Turquía desde el norte de Irak, según los servicios de Inteligencia de la Dirección Provincial de Seguridad de la provincia de Tunceli. El terrorista, que ha estado siendo interrogado, comparecerá hoy ante un tribunal.
Las Fuerzas Armadas turcas desplegaron hace casi tres meses una ofensiva a gran escala en el este y el sureste del país para luchar contra los milicianos kurdos, muchos de los cuáles se infiltran en territorio anatólico desde el norte del país vecino.
El PKK se alzó en armas en 1984 para exigir la independencia del Kurdistán turco. Desde entonces, más de 35.000 individuos han perdido la vida en acciones de ambos bandos que muchos analistas no han dudado en calificar de guerra civil.