LIMA, 25 may (IPS) – Amplia acogida recibió la propuesta de Perú de que América Latina se convierta en la primera región libre de bombas de racimo, lanzada esta semana en una conferencia intergubernamental en Lima para discutir un borrador del tratado que debería firmarse en 2008 para ilegalizar este tipo de armamento, dijeron autoridades peruanas.
El encuentro en la capital peruana, entre el martes y este viernes, ha resultado un éxito, ya que 28 naciones se sumaron al proceso para prohibir las bombas de fragmentación, lanzado en febrero en Oslo con una declaración suscrita por 46 países, dijo el viceministro de Defensa de Perú, Fabián Novak.
"Hemos dado pasos seguros en el fortalecimiento de instrumento legal pensado en la protección de los seres humanos porque prohíbe el uso, la producción y almacenamiento de las bombas de racimo. Lo demuestra el aumento del número de naciones que se ha adherido al proceso de Oslo", dijo Novak a IPS.
"En la próxima reunión (regional) de Costa Rica, país hermano que precisamente se ha sumado a la propuesta peruana, vamos a consolidar el consenso para convertir América Latina en la primera región libre de los explosivos de racimo", indicó.
La próxima reunión internacional del llamado Proceso de Oslo para prohibir el uso, producción, almacenamiento y transferencia de bombas de racimo se celebrará en diciembre en Viena.
La Conferencia de Lima sobre Bombas de Racimo fue propuesta de Perú, como una demostración de respaldo de este Estado al proceso de Oslo.
Sin embargo, las autoridades no han mencionado que la fuerza aérea peruana posee este tipo de armamento: 18 aeronaves Sukhoi-25 con explosivos de munición de fabricación rusa RBK-500, y 12 Mirage 2000 con las bombas españolas BME-300.
Además, hasta 2002 contaba con 11 aviones Canberra acondicionados con explosivos sudafricanos Alpha, y hasta 2006 tuvo 19 Sukhoi-22 con RBK-500.
Fuentes militares señalaron a IPS que la mayor parte de las bombas de racimo fueron adquiridas con la finalidad de destruir pistas de aterrizaje. Si bien los Canberra y los Sukhoi-22 fueron dados de baja, no se procedió de la misma manera con los explosivos, añadieron.
Estas armas constan de decenas o cientos de municiones contenidas en obuses, bombas o cohetes de una imprecisión inaceptable, afirman sus críticos.
Una vez lanzadas, estallan y dispersan las submuniciones sobre superficies muy amplias. Entre cinco y 30 por ciento no llegan a explotar de inmediato, y quedan dispersas o enterradas y pueden ser detonadas al menor contacto.
No va a resulta fácil erradicar este tipo de armamento de la región.
Argentina, una de las naciones latinoamericanas que fabrican y almacenan miles de bombas de racimo, se sumó a una propuesta de Australia, Finlandia, Francia y Polonia, para que el futuro tratado exceptúe del desmantelamiento a los países productores de explosivos fabricados con un dispositivo de autodestrucción. La Coalición contra las Bombas de Racimo (CMC, por sus siglas en inglés), una red internacional de 200 organizaciones que lidera la campaña para prohibir este tipo de armamento, expresó su vigoroso rechazo a las excepciones.
El director ejecutivo de la División de Armas de la organización Human Rights Watch, Steve Goose, dijo a IPS que "confiar en los mecanismos de autodestrucción de las bombas de racimo es como creer que por eso son menos letales, y eso es absolutamente falso".
"Está comprobado por estudios de campo que esos dispositivos no reducen el riesgo de dañar mortalmente a los civiles", apuntó Goose.
De acuerdo con la CMC, 34 países continúan produciendo estos explosivos, otros 25 los han usado en varios conflictos y 75 almacenan cantidades que representan una amenaza para la humanidad.
Noventa y ocho por ciento de las víctimas son civiles, según la organización Handicap International, que ha contabilizado 13.306 fallecidos por estas bombas desde que comenzaron a usarse, en los años 60, pero estima que la cifra total de víctimas podría estar entre 50.000 y 100.000.
El coordinador de la CMC, Thomas Nash, también destacó la voluntad de las naciones latinoamericanas de liberar la región de estas bombas, pero advirtió que se necesitaba trabajar mucho pues un fabricante como Brasil, por ejemplo, faltó a la cita.
"Estamos profundamente conmovidos por la posición de Brasil", señaló Nash. "Después de haber garantizado su participación, de pronto se ausentaron. Nos hemos propuesto estrechar la relación con las organizaciones no gubernamentales brasileñas para que el Estado escuche el clamor de la población sobre la necesidad de prohibir las bombas de racimo".
Grethe Østern, de la Norwegian People's Aid, dijo que en las sesiones de Lima, abiertas para los activistas como observadores, se registraron intentos de debilitar el borrador del tratado.
"Está demostrado que los mecanismos de autodestrucción no funcionaron en los conflictos de Iraq y Líbano, y sin embargo nos sorprende que países como Argentina, Australia, Finlandia y Polonia planteen excepciones para ese tipo de explosivos", dijo Østern a IPS.
Los organizadores de la conferencia también mencionaron los intentos de Japón y Gran Bretaña por imponer un largo período de transición antes de la entrada en vigor del tratado.
"Un pequeño grupo de países productores han venido a Lima más preocupados por el futuro de sus explosivos que por contribuir a liberar al mundo de esas armas letales", opinó el director de la organización Landmine Action, Simon Conway.
Estados Unidos, ajeno al Proceso de Oslo, alienta desde afuera la discusión de este tema en el marco de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales (CCW, por sus siglas en inglés), un foro desestimado por la mayoría de los países representados en Lima por considerarlo burocrático e ineficaz.
"No me sorprende que los países productores y usuarios de las bombas de la muerte sean justamente los que presionan para que el tema se discuta en la CCW", dijo a IPS la premio Nobel de la Paz 1997 Jody Williams, quien lideró el proceso para la suscripción de la convención que prohíbe las minas antipersonal.
"Los países partes de la CCW rechazaron en noviembre de 2006 una iniciativa para dar inicio a las negociaciones destinadas a proscribir las bombas de racimo. Entonces, ¿qué podemos esperar de ese foro? Además, en la Convención no están representados los países más afectados por las bombas de racimo", dijo Williams a IPS.
"Después de la Conferencia de Lima tengo la convicción de que un gran número de países están convencidos de la necesidad de desterrar las bombas de racimo de la faz de la Tierra", agregó.
El viceministro peruano Novak consideró naturales las discrepancias, pero subrayó el consenso a favor de terminar con las bombas de racimo y abrigó la esperanza de que América Latina se convierta en la primera región que lo consiga.
"Estamos más cerca que lejos de alcanzar la suscripción de una convención", dijo.
Nash dijo a IPS que en Lima se había avanzado, "pero esta vez se ha notado que hay más presión de los poderosos. Estados Unidos no estuvo presente, pero hizo sentir su presencia por intermedio de otros", concluyó.(FIN/2007)