La Caja de remordimientos, colección exclusiva del Centro Cultural Bancaja de Madrid y que presenta obras de este ilustre maestro de las artes plásticas todavía puede ser visitadas por los amantes a las bellas artes de martes a domingo a partir de la diez de la mañana.
Esta muestra museística constituye una de las más representativas del genio y el talento del más importante símbolo del cubismo como movimiento artístico de vanguardia, a juicio del ministro de cultura, licenciado José Rafael Lantigua.
Aclara que para el arte contemporáneo, Picasso representa al más versátil, imaginativo y transgresor artista y un orgullo del arte universal. De ahí que para nosotros constituye un regocijo tener dentro de la programación de este año cultural, esta fabulosa exposición, la cual servirá de gran satisfacción para los artistas dominicanos, seguidores del genio creador de Picasso y de todas las expresiones del lenguaje artístico en que incursionó.
"Para la Secretaría de Estado de Cultura apoyar esta acción cultural constituye un deber ineludible y un compromiso en aras de enaltecer la cultura visual del país, al tiempo que agradecemos infinitamente el apoyo decidido y entusiasta del Centro Cultural de Bancaja de España, como expresamos nuestras felicitaciones a María Elena Ditrén, Directora del Museo de Arte Moderno y a Luisa de Peña, Directora General de Museos de la Secretaría de Estado de Cultura, por sus empeños en lograr la presentación en Santo Domingo de esta gran exposición del inmortal genio Pablo Picasso", afirma Lantigua.
La exposición "CAJA DE REMORDIMIENTOS" de Pablo Picasso es un conjunto de grabados en aguafuertes, puntas secas y barnices blandos que fue guardando el artista entre los años 1919 y 1955 .
En esta muestra se puede apreciar la destreza de Pablo Picasso como dibujante y grabadista, así como en el manejo de técnicas como el aguafuerte, la aguatinta y otras vertientes de la estampación.
El aguafuerte es una técnica de grabado que utiliza el ácido para trabajar las planchas de metal. El artista cubre la plancha con una cera o barniz sobre la que dibuja con una punta afiliada, dejando al descubierto el metal. Así el ácido penetra en los lugares donde el barniz-quitado por el dibujo de la punta- ha sido levantado.