SANTIAGO.- Por lo menos dos de las casuchas construidas en los laterales del arroyo Gurabo, en el Hoyo de Bartola, corren el riesgo de desplomarse, como consecuencia del deslizamiento de la tierra de su parte trasera, producto de las lluvias registradas el pasado sábado. Mientras que familias que ocupaban viviendas en la misma área optaron por abandonarlas, porque esa noche el agua las anegó en su totalidad. Sus propietarios resolvieron refugiarse en casas más seguras de familiares y amigos, ante la percepción de que en cualquier momento pueden perder hasta sus vidas en esos lugares.
La crecida de dicha cañada hizo que el agua subiera casi cuatro metros, hasta alcanzar las bases de las humildes viviendas de Carlos Manuel Santiago y Juan Capellán.
Santiago todavía vive allí con su mujer, Rosa Emilia Castillo; su hija, Yahaira Altagracia Santiago y dos nietos, pero Capellán hace algunas semanas que resolvió buscar albergue en otro lugar, ante la creencia de que, en cualquier momento, la modesta casita puede sucumbir ante una crecida del arroyo.
La suerte de Santiago no ha sido la misma, por lo que dijo continuará ocupando la vivienda, aunque reconociendo que el peligro es inminente y que en cualquier momento la muerte puede tocar su puerta.
“No tengo para donde ir y no me resulta fácil hallar sitios para trabajar y ganar lo suficiente para alquilar una casa en un lugar menos peligroso, y de las autoridades no tengo esperanza de que vengan en mi auxilio”, declaró resignado Santiago.
El Hoyo de Bartola, fundado a principios de los años 60s por humildes familias provenientes de los campos circundantes a este municipio, alberga a decenas de personas, la mayoría de las cuales vive tan próximo a las riberas del arroyo, que en cualquier momento una crecida puede provocar una desgracia colectiva de insospechadas consecuencias.
El desbordamiento del sábado en la noche fue poco común, ya que las aguas provocadas por un fuerte y prolongado aguacero penetraron a viviendas localizadas a varios metros del cauce, dañando por completo sus ajuares y efectos electrodomésticos.
Producto de la experiencia vivida en esa oportunidad, algunas familias optaron por mudarse en otros barrios, mientras que otras están refugiadas en casas de parientes y amigos, a la espera de que el lugar recobre la normalidad, para reorganizar las viviendas y ocuparlas de nuevo.
“Solo estamos esperando que las autoridades de la Defensa Civil anuncien que el peligro generado por la constante amenaza de lluvia ha pasado, para entonces volver a nuestros hogares”, dijo en la tarde de ayer Miguelina Torres, quien vive próximo a la ribera del arroyo, con su marido y tres niños.
Ayer, el director regional de la Defensa Civil, Francisco Arias, informó que los aguaceros del fin de semana anegaron 685 casas, localizadas en Hoyo de Puchula, La Javilla, Hoyo de Bartola, Villa Liberación, Hato del Yaque, Jacagua, la Cañada de Vuelta Larga, El Fracatán, Hoyo de Julia, Las Mercedes, Las Cayenas, Ingenio Abajo, Gurabito, así como los barrios La Esperanza y Los Santos.
“Para auxiliar a las víctimas de posibles nuevas inundaciones, la Defensa Civil, La Cruz Roja y los Bomberos se mantienen a la expectativa, a fin de brindar la ayuda que precisen los afectados, ante cualquier eventualidad”, refirió.
Sobre la facilidad con que últimamente se están produciendo inundaciones, tanto en cañadas como en arroyos, calles y avenidas de la ciudad, Arias lo atribuyó a la enorme cantidad de basuras que son lanzadas en esos lugares, especialmente en el momento en que se producen los aguaceros.
“Se está haciendo común que la gente aproveche las lluvias para colocar en los contenes sacos llenos de basura, mientras que otros se dan a la tarea de llevar hasta los cauces de arroyos y cañadas grandes pedazos de vehículos y motocicletas, lo que provoca el entaponamiento de las aguas y el consiguiente desborde de las mismas”, indicó.
El director regional de la Defensa Civil enfatizó que esos inconvenientes se producen con mayor frecuencia en el arroyo de Gurabo, por lo que es el primero en desbordarse, cuando en la ciudad se registran los aguaceros.