BAGDAD, 29 may (IPS) – La masacre de 14 sunitas cometida en la capital de Iraq por el Ejército Mehdi, la milicia que lidera el clérigo Muqtada al-Sadr, inauguró un mes de choques armados y tensión entre chiitas y kurdos que patrullan la ciudad.
Sadr, que estuvo oculto hasta el viernes, pronunció un encendido sermón ese mismo día contra la ocupación encabezada por Estados Unidos y por la concordia entre las diversas comunidades étnicas y religiosas, en una mezquita de la ciudad de Kufa, al sur de Bagdad y cerca de Najaf.
El mismo día, la policía informó a la prensa que el líder del Ejército Mehdi en la meridional ciudad de Basora, Abu Qadir, murió en un tiroteo con soldados británicos.
Los últimos acontecimientos podrían tener consecuencias aun más amplias, incluso en la volátil ciudad de Kirkuk, en el Kurdistán iraquí, zona de gran autonomía en el norte del país donde la tensión entre chiitas árabes y kurdos se agrava.
Grupos kurdos intentan ganar control sobre la ciudad, en especial sus alrededores ricos en petróleo, y procuran con ese objetivo expulsar a las restantes comunidades, para facilitar la creación de un Kurdistán independiente.
Los miembros del Ejército Mehdi vestidos de uniforme policial que reprimieron a numerosos feligreses en una mezquita del sudoeste de Bagdad debieron para eso atravesar un puesto de control custodiado por miembros kurdos del ejército iraquí.
Al solicitar paso, aseguraron estar siguiendo órdenes del Ministerio del Interior.
"La disputa comenzó cuando el Ejército Mehdi irrumpió en las áreas de Bayaa y Amil para arrestar a 14 feligreses de una mezquita sunita", explicó a IPS un miembro del concejo local que solicitó reserva de su identidad.
"Al mismo tiempo, informaban a través de altavoces que la operación había sido ordenada por el brigadier general Nizar, líder del pelotón kurdo", agregó el informante.
La unidad kurda se instaló en las áreas de Amil y Bayaa en marzo, como parte de una operación de seguridad conducida por las fuerzas armadas estadounidenses.
"Los detenidos fueron luego hallados ejecutados, por lo que entendimos que la fuerza fue de hecho un escuadrón de la muerte", afirmó el concejal. "El brigadier Nizar luego dio cuenta a la prensa y aseguró que tenía una orden oficial de captura del Ministerio del Interior y que fue él quien dio permiso para que el grupo pasara por el puesto de control."
Policías locales creen que la milicia chiita, operando fuera del Ministerio del Interior –como lo han hecho en los últimos dos años–, también intentaron provocar combates entre la unidad kurda en Bagdad y las comunidades sunitas, mayoritaria en las áreas donde estaba apostada.
Hace dos semanas, miembros del Ejército Mehdi atacaron a la unidad kurda. Se desconoce si el enfrentamiento ocasionó muertes u otras bajas, pues no hubo cobertura en la prensa.
Fuentes de la unidad kurda involucradas en el incidente, que hablaron con IPS a condición de mantener su identidad en reserva, explicaron que soldados y oficiales recibieron ahora órdenes estrictas del comando en el norte de Iraq de no contraatacar al Ejército Mehdi, aunque "manteniendo la firmeza ante cualquier ataque futuro".
Como consecuencia, la tensión crece, así como el sentido de urgencia para atribuir a alguien la inestabilidad en el área.
Un testigo del arresto de los 14 sunitas a manos del Ejército Mehdi dijo creer que las fuerzas armadas estadounidenses estaban alineadas con las milicias y que trataban de enfrentarlas unas con otras.
"Esta área era pacífica y la convivencia de chiitas y sunitas no causaba disputas", dijo el informante, que solicitó reserva de su identidad. "Son las milicias las que iniciaron las matanzas para dividir a la gente y controlarla."
La situación en el sudoeste de Bagdad es tan tensa que los tiroteos se escuchan a diario. Los vecinos no pueden salir de sus casas para trabajar ni para comprar comida. El domingo, fuerzas estadounidenses dispusieron un toque de queda para controlar la situación.
En su sermón del viernes, Sadr declaró: "Le digo a nuestros hermanos sunitas en Iraq que somos hermanos y que el ocupante no nos dividirá. Nuestros hermanos son bienvenidos y estamos dispuestos a cooperar con ellos en todos los terrenos. Esta es mi mano, y estrecho la de ellos."
Líderes chiitas de Ciudad Sadr, área del este de Bagdad donde es mayoría esa comunidad, se reunieron con jefes tribales sunitas del occidente de Iraq. Ambas partes prometieron trabajar juntas por la reconciliación nacional y contra el extremismo.
De todos modos, muchos sunitas no creen que la reconciliación sea parte de la agenda de Sadr.
"Los estadounidenses arrestarán sólo a jóvenes sunitas y allanarán el camino para que el Ejército Mehdi dé choques eléctricos a la gente", dijo a IPS Khalid Aziz, de 35 años, quien se dijo "miembro de la resistencia iraquí".
"Todos esto fue planeado por los estadounidenses, que quieren que los kurdos se involucren en el combate sectario que crearon", añadió.
Analistas en Bagdad creen que las fuerzas armadas estadounidenses intentan involucrar a los kurdos en una escalada del conflicto, enviando grupos armados y escuadrones de la muerte de otras comunidades o etnias a enfrentarse con fuerzas kurdas en Bagdad.
De todos modos, los kurdos supuestamente intentan no alinearse con ningún bando y permanecer neutrales en el conflicto étnico y religioso, aunque la mayoría de ellos profesan la vertiente sunita del Islam.
Muchos en Bagdad creen que ya el hecho de apostar a kurdos vigilantes en la capital marca el comienzo de su participación en la violencia sectaria, en especial porque suelen ser atacados por milicias chiitas. (FIN/IPS/traen-mj/af-dj/ld/mm ip hd ik/07) (FIN/2007)