RÍO DE JANEIRO, jun (IPS) – El gobierno de Brasil amplía el combate al alcoholismo extendiendo su campo de acción de los problemas habituales derivados de esa adicción a consecuencias menos evidentes: los accidentes de tránsito causados por conductores embriagados, que en este país constituyen más de la mitad de los casos.
Según el Código de Tránsito de Brasil, una persona es considerada alcoholizada si tiene una proporción superior a 0,6 gramos de alcohol por litro de sangre.
Pero la psicóloga María José Amaral defiende lo que llama "tolerancia cero" en las calles.
"El conductor en nuestra sociedad no tiene educación suficiente para aceptar sus límites y saber cuándo puede manejar y cuándo no", dice Amaral. "Así que defiendo la tolerancia cero: quien bebe no conduce,", agrega en entrevista con IPS.
Amaral sabe de lo que habla. Como responsable del Núcleo de Apoyo a las Victimas de Tránsito del Departamento de Tránsito de Río de Janeiro, recibe en su despacho cientos de casos como el de Elizabete Flaurinda da Silva, cuyo hijo Saulo murió a los 19 años en un accidente causado por un conductor embriagado que huía de la policía a gran velocidad.
En Brasil es delito conducir alcoholizado. La pena varía de seis meses a tres años de prisión. Pero, como en el caso del conductor que mató al hijo de Elizabete, la condena se cumple a menudo en libertad y con medidas alternativas.
"Está bien que haya penas alternativas, pero deberían ser ejemplificadoras, como por ejemplo que trabajen con los bomberos en el rescate de víctimas de tránsito, o en hospitales atendiendo a los heridos en esos accidentes. Es la única manera de redimirse, y además estarían haciendo un bien a la sociedad", opina Elizabete.
Ese tipo de castigos no están contemplados en la nueva Política Nacional sobre Bebidas Alcohólicas del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, un programa que en cambio establece el endurecimiento de las penas existentes, que un juez podría elevar en más de un tercio en caso de homicidio culposo cometido por un conductor con exceso de alcohol en la sangre.
El plan elaborado por los ministerios de Salud, Justicia, Educación y Ciudades y por el Consejo Nacional Antidrogas, contempla una serie de medidas destinadas a reducir y prevenir los daños causados por el alcoholismo a la salud. Pero también hace énfasis en un aspecto menos abordado, como los accidentes causados por ingestión de alcohol.
Según el Ministerio de Salud, en este país de más de 188 millones de habitantes gran parte de los accidentes con muertes están asociados al uso de bebidas alcohólicas, tanto de parte del conductor del vehiculo como del peatón que es víctima de atropellamiento.
Un estudio considerado por esa cartera y realizado el año pasado por la Asociación Brasileña de Medicina de Tráfico en cuatro grandes capitales estaduales del país (Curitiba, Brasilia, Salvador y Recife), señaló que 61 por ciento de los accidentados habían ingerido bebidas alcohólicas. El estudio también destacó que la mayor parte de las víctimas eran jóvenes.
La nueva política sobre bebidas alcohólicas considera también la incorporación de la temática a los cursos de formación de conductores y a la renovación de licencias, y propone la prohibición de la venta de bebidas alcohólicas en los comercios ubicados en las carreteras, el punto más polémico.
El ministro de Salud, José Gomes Temporal, sostiene que un programa similar aplicado en Portugal, redujo el año pasado de 2.000 a 800 las muertes anuales en accidentes viales.
El plan, muchas de cuyas medidas dependen todavía de la aprobación del Congreso legislativo, contempla otras áreas de acción, como la restricción de horarios para emitir publicidad de bebidas alcohólicas en televisión y límites para evitar que ese tipo de anuncios se vinculen a los jóvenes o al deporte.
De acuerdo con un informe realizado en 2005 por el Centro Brasileño de Informaciones sobre Drogas Psicotrópicas y por la Escuela Paulista de Medicina, 12,3 por ciento de las personas de entre 12 y 65 años presentan riesgos de dependencia del alcohol y alrededor de 75 por ciento bebieron alguna vez en su vida.
Los datos también alertan sobre el consumo de alcohol a edades cada vez más precoces.
Ángela Pacheco, directora del Área Técnica de Alcohol y Drogas de la Secretaría de Salud de Río de Janeiro, dice a IPS que el aumento del consumo de alcohol entre los adolescentes y jóvenes está cada vez más asociado al de otras drogas.
Por eso la especialista aplaude el cerco creciente a la publicidad de bebidas alcohólicas.
"Asociar el consumo de alcohol al éxito, los deportes, la belleza y la juventud puede ser muy peligroso", advierte Pacheco. Desde el aspecto preventivo, la nueva política sobre bebidas alcohólicas es "un importante comienzo", considera.
Las críticas proceden de la Asociación Brasileña de Publicidad. El presidente de su filial en Río de Janeiro, Clovis Speroni, estima que "en vez de limitar la publicidad, el gobierno debería destinar parte de lo recaudado en impuestos a campañas de concientización de jóvenes y padres sobre la necesidad de consumir alcohol con moderación".
Speroni es integrante del Consejo Brasileño de Auto-reglamentación Publicitaria, una suerte de tribunal orientador de políticas éticas en el sector.
El publicitario recuerda que el Consejo ya establece en Brasil rigurosos límites para la publicidad sobre bebidas alcohólicas, por ejemplo, prohibiendo la utilización de modelos menores de 25 años o evitando la asociación de ese tipo de anuncios con objetos del "universo infantil", como los animales "humanizados".
Los anuncios, determina el Consejo, también deben incluir alguna orientación sobre el consumo, con advertencias del tipo "si bebe no conduzca" o "consuma con moderación".
"Al restringir la publicidad de bebidas alcohólicas en sectores como la cerveza,¬ que son grandes inversionistas publicitarios, se está limitando el derecho de anunciar libremente, se disminuye la actividad, el empleo y los impuestos", alega Speroni.
El gobierno admite que sólo el sector cervecero factura por año el equivalente a unos 10.200 millones de dólares, e invierte 512 millones de dólares en publicidad. Aunque para el ministro Gomes Temporal, "la salud está por encima del comercio".(FIN/2007)