Lo que le espera a Par'is Hilton no es glamoroso, por f'ácil que hayan querido ponérsela sus carceleros. Desde el martes estará en prisión para empezar una “Simple Life” sin luces, cámaras ni acción. Vestida de overol naranja, sin celular y obligada a sentarse tres veces al día en un comedor, Paris Hilton, empezará desde el martes a experimentar una vida austera entre las celdas de la cárcel "Century Regional Detention Facility" donde detenidas y periodistas esperan su llegada.
Enclavada en un barrio humilde de población mayoritariamente negra y latina, el sheriff de Los Angeles que administra esta cárcel para 2.200 mujeres prohibió desde el viernes el estacionamiento de autos durante un mes en los alrededores de la prisión, donde Hilton purgará una pena de 45 días por violar una sentencia de tránsito.
"Ella deberá usar su overol naranja como todas las otras detenidas. Bajo ningún concepto será tratada de forma diferente por ser famosa", dijo a la AFP el portavoz de la oficina del sheriff de Los Angeles, Steve Whitmore.
La heredera de la cadena hotelera estará a unos 25 km de distancia de su casa en las colinas de Hollywood, pero a años luz de su realidad social que salta a la vista en ese corto trayecto por autopistas a través de los dos mundos que conviven en la segunda ciudad más grande de Estados Unidos.
Intramuros, y con celdas dotadas de una delgadísima ventada rectangular, la co protagonista del reality "Simple Life" junto a su amiga Nicole Richie, deberá atender los llamados para comer tres veces en el comedor, "salir de la celda por una hora al día y tendrá tres o cuatro horas semanales para ir al área de recreación", explicó Whitmore.
Según este el oficial en esas áreas cerradas, Paris Hilton podrá jugar voleibol, basquetbol y "podrá hacer llamadas telefónicas sólo de cobro revertido en un teléfono público".
También tendrá derecho "a recibir una visita los sábados y otra el domingo".
Como en otros casos donde han llegado a la cárcel ciudadanos de alto perfil, Hilton permanecerá seguramente sola en una celda de 4 x 2,5 metros, aclaró Whitmore desmintiendo los rumores sobre su posible compañera de cuarto.
"Allí adentro las jóvenes están enloquecidas y al personal le entregaron un memo donde le prohíben entrar con celulares, hablar de la niña esta que va a llegar (Hilton) y tienen que estar pendientes toda la noche de que no hayan autos estacionados en los alrededores", contó José, el esposo de una carcelera.
Este señor mexicano esperaba a su esposa a la hora de almuerzo en las afueras de la cárcel y se convirtió en uno de los pocos en hablar a la prensa el viernes, cuando ya varios periodistas se acercaban a indagar por dónde, cómo y quienes esperarán a Hilton en la cárcel.
En vista de la atención mediática, acordonaron una zona a la entrada de la penitenciaría, donde dos presas vestidas con un overol amarillo escribían el viernes letreros para señalar "No Pasar esta Zona", cuando faltan pocos días para el ingreso de la socialité.