“Las personas en los países no solamente reclaman más salud y educación, reclaman mucho mejores niveles de vida y oportunidades para ellas y sus futuras generaciones, para sus hijos y sus hijas, y es una justa aspiración”
(José María Figueres)
América Latina debe superar el estadio de democracia representativa y avanzar hacia una forma de democracia participativa, que dé contenido real a las aspiraciones de desarrollo de sus pueblos, porque democracia es mucho más que elecciones cada 4 ó 5 años, afirmó en Santo Domingo el Ex Presidente de Costa Rica, José María Figueres.
Figueres participó durante tres días en jornadas sobre políticas de competitividad, educación, tecnología y medio ambiente, temas a los que está dedicado desde que dejó la presidencia de Costa Rica en 1998.
En el Programa LIDERES, que conduce Orlando Jorge Mera por Color Visión, Figueres habló sobre la democracia en América Latina y la necesidad de fortalecer, mantener y participar activamente en los procesos electorales, como uno de los mayores logros del continente, pero alertó ante el peligro que significa que las aspiraciones no satisfechas de la gente puedan ser consideradas como una deficiencia de la democracia.
Para el Ex Presidente Figueres, es legítimo que las personas no solamente reclamen más salud y educación, si no mucho mejores niveles de vida y oportunidades para ellas y las futuras generaciones, y en ese sentido instó a que toda la sociedad participe en la toma de decisiones para impulsar el desarrollo como única forma de solucionar los graves problemas que aquejan a los países latinoamericanos.
“El desarrollo de un país es demasiado importante para dejarlo solamente en manos de los políticos”, aseguró Figueres, quien cree que los latinoamericanos nos hemos malacostumbrado a que sólo los políticos pueden opinar, decir, tranzar, ponerse de acuerdo o pelearse sobre los asuntos del desarrollo nacional.
¿A cuenta de qué? -se pregunta-, Y se responde: “Si nuestros países son de todos los que somos ciudadanos, todos tenemos responsabilidad, y todos tenemos, no sólo la responsabilidad, también la obligación de participar, dejemos ya de creer que el desarrollo es solamente el problema de los políticos, tiene que meterse el sector privado, tiene que meterse la sociedad civil, tiene que meterse el ciudadano, es a través de la incorporación de todos los sectores que vamos a poder tejer esas claras políticas de desarrollo a mediano y largo plazo que se van convirtiendo en las políticas de Estado que queremos”
Figueres citó el hecho de que los gobiernos de América Latina han sido muy exitosos en establecer buenas políticas macroeconómicas para superar problemas como la inflación, pero no así para resolver el problema de la mala distribución del ingreso.
De los 500 millones de habitantes del Continente, 250 millones viven en condiciones de pobreza, con el agravante de que es donde los niveles de desigualdad son más acentuados
Aunque para reducir la brecha entre pobres y ricos América Latina debe pasar por una combinación de políticas macroeconómicas y microeconómicas a fin de lograr una mejor distribución del ingreso, el Ex Presidente Figueres cree que lo que principalmente le está haciendo falta al continente es una sociedad más solidaria, ”hemos perdido grados de solidaridad de una manera muy importante en las últimas décadas, y necesitamos volver a ganar esa solidaridad, necesitamos volver a entender que todos tenemos derecho a justas aspiraciones de bienestar, de calidad de vida, y que nuestro esfuerzo debe ser precisamente para que nuestros ciudadanos las tengan”.
El político costarricense, asegura que a América Latina le hace falta, además, una combinación de más mercado y más Estado, que deje atrás los pleitos del pasado como cosas ya superadas, porque hoy en día el avance necesita de alianzas, de trabajo en conjunto y en equipo, para buscar soluciones.
Aseguró que hace falta un sector privado más emprendedor, con más iniciativas y creatividad, con más pujanza para crear con sus recursos oportunidades de trabajo, creando bienestar con una clara responsabilidad social, y al mismo tiempo hace falta Estados estratégicos, con claros marcos reguladores, en donde el sector empresarial, las organizaciones sin fines de lucros, y toda la sociedad pueda llevar adelante el mejor desempeño en su vida diaria.