SANTO DOMINGO.-En el Día Mundial del Ambiente, Max Puig aboga por la articulación entre gobierno central, gobiernos locales, sector privado y sociedad civil para una efectiva política de protección y desarrollo de los recursos naturales. El deshielo de los casquetes polares, producto del cambio climático al que está sometido el mundo, representa el mayor reto ambiental para República Dominicana, debido a que la elevación de los niveles del mar pondría en peligro vastas zonas de los territorios insulares.
Así lo señaló el Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Max Puig, dentro de la conferencia magistral “Retos y desafíos ambientales de la República Dominicana de hoy”, dictada en el marco del Día Mundial del Ambiente, en el auditorio Manuel del Cabral de la biblioteca Pedro Mir, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Puig, al enfatizar sobre la alta vulnerabilidad del territorio dominicano, indicó que el mayor aporte que puede hacer la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales para la celebración de este día es servir de vehículo para sensibilizar la opinión nacional en relación a temas ambientales, intensificando la atención y dirigiendo la acción política hacia la prevención de estos males.
“En el Día Mundial del Ambiente, que este año tiene como tema el cambio climático y en particular, el deshielo, nuestro objetivo básico es motivar a que las personas se conviertan en agentes activos del desarrollo sustentable y equitativo, promover el papel fundamental de las comunidades en el cambio de actitud hacia temas ambientales, y fomentar la cooperación, la cual garantizará el disfrute de un futuro más próspero y seguro”.
El Secretario de Medio Ambiente reconoció que, aunque la sostenibilidad del medio ambiente es una problemática para la humanidad del siglo XXI, el cambio climático cobra dimensiones particulares para los Estados insulares y los países en vías de desarrollo, entre los cuales se encuentra República Dominicana, debido a la erosión de sus costas y a los escasos recursos de que disponen para enfrentar un mal de altas proporciones.
El cambio climático fue introducido como tema principal del Día Mundial del Ambiente debido a que, aunque había sido minimizado anteriormente por la incertidumbre de las informaciones servidas hasta entonces, estudios recientes muestran la gravedad del problema al que se enfrenta la población mundial.
Esta inminente realidad ha colocado al Protocolo de Kioto en la mesa de negociaciones buscando una reacción positiva de los países industrializados, que se niegan a estabilizar la emisión de gases de efecto invernadero en la atmósfera a niveles que prevengan las peligrosas interferencias antropogénicas con el sistema climático.
Ciento sesenta y nueve países han ratificado ya el Protocolo de Kioto, lo que representa más de 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero, siendo Estados Unidos el gran ausente en esta ratificación.
El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de febrero de 2007, ya no deja dudas. En el mismo se reflejan gráficos alarmantes que presentan las emisiones, temperatura, nivel del mar, deshielo, cambio de precipitaciones e intensidad de huracanes, entre otros indicadores.
Las implicaciones del cambio climático van desde pérdida de biodiversidad, desertificación, subida del nivel del mar y desastres naturales, como los ciclones ocurridos en los últimos años o el sutnami de diciembre del 2004, en la zona del Pacífico.
Estos daños sufridos por países ubicados en todos los hemisferios del globo terráqueo demuestran que los cambios globales tienen consecuencias locales, por lo que las políticas mundiales de prevención del cambio climático deberán ser ajustadas a la medida de cada nación, en una acción directa de prevención de desastres posteriores.
En este sentido, Max Puig destacó la importancia de prever y mitigar a nivel local los posibles daños. “Cada dominicano es un actor clave. Debemos pensar globalmente y actuar localmente”.
Avances
La República Dominicana ha tenido valiosos logros en materia ambiental. Entre los avances logrados por el país en los últimos años se encuentra la promulgación de la Ley General de Medio Ambiente, la creación de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales como ente normativo y regulador de la política ambiental nacional, el crecimiento de la conciencia ambiental, el aumento de la cobertura boscosa que ha pasado de un 11.7% en 1966 a más de 30% en años recientes, entre otros.
“Aunque hemos mejorado en términos de cobertura boscosa a las últimas tres décadas, y que nos posicionamos en un lugar honorable en la región en cuanto a superficie de bosques, hemos acentuado los esfuerzos para seguir mejorando”, dijo Max Puig.
El Secretario de Medio Ambiente señaló que a su pesar, sigue habiendo delito ambiental, por lo que la institución ha adoptado una actitud y una política proactiva atacando este fenómeno desde su raíz.
“En la SEMARN consideramos que cualquier estrategia para prevenir la tala ilegal tiene que combinar acciones de control y fiscalización con instrumentos de fomento al uso sostenible del recurso, así como la eliminación de requisitos excesivos que le imponen costos al uso legal y sostenible del recurso”, dijo.
Destacó que no toda la madera cortada es ilegal y que es necesario hacer conciencia de que la madera es una materia prima esencial para los humanos, por lo que los planes de manejo juegan un papel fundamental para la preservación de estos recursos.
La Secretaría de Medio Ambiente, consciente de que los daños ambientales son sufridos a ambos lados de la frontera, ha querido dedicar no sólo el 5 de junio, sino todo el mes a la preservación de los recursos naturales, en conjunto con la vecina República de Haití, por lo que acordaron una agenda ambiental común que se extenderá hasta el 5 de julio próximo.
El Día Mundial del Ambiente fue establecido por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), fecha que, desde su institución en 1972, ha sido celebrada en República Dominicana y el resto del mundo, sirviendo también de marco para el inicio de la Conferencia de Estocolmo sobre el Ambiente.
5 de junio, 2007