El ex asesor de la Casa Blanca, I. Lewis 'Scooter' Libby, fue condenado, este martes, a dos años y medio de prisión tras ser hallado culpable de perjurio y obstrucción de justicia en el caso de la divulgación del nombre de una agente de la CIA. Libby, ex jefe del personal del vicepresidente Dick Cheney, permaneció sereno ante un tribunal repleto, cuando el juez federal dijo que las evidencias sobre su culpabilidad eran arrolladoras.
''La gente que ocupa este tipo de puestos, donde tiene en sus manos el bienestar y la seguridad de la nación, tiene una obligación especial de no hacer nada que pueda crear un problema'', dijo el juez federal de distrito Reggie B. Walton.
Walton no fijó una fecha para que Libby se presente en la prisión. Aunque el juez no percibió motivos para permitir que Libby permanezca libre mientras se atiende su apelación, señaló que aceptaría argumentos por escrito sobre el asunto y tomaría después una decisión.
En marzo, Libby fue hallado culpable de mentir y de obstruir una investigación sobre quién reveló en el 2003 a la prensa la identidad de la agente de la CIA Valerie Plame.
La investigación del fiscal especial Patrick Fitzgerald se realizó en medio de denuncias de que el gobierno reveló la identidad de Plame intencionalmente como represalia contra su esposo, un diplomático de larga trayectoria que había sido enviado a Níger, en Africa, para investigar reportes de que Saddam Hussein buscaba allí material para armas nucleares, y que al regresar desmintió tal aseveración. Los críticos del gobierno afirman que la difusión de la identidad de Plame era parte de una tendencia del entorno de Bush de castigar a todo el que cuestione las razones usadas para invadir Irak.
Libby, el funcionario de mayor nivel hallado culpable de un cargo penal desde el escándalo ''Irán-Contras'', ha sostenido que es inocente.
''Espero respetuosamente que la corte tenga en consideración toda mi vida, además del veredicto del jurado'', dijo Libby en una breve declaración ante el juez.
Durante la sesión de sentencia estuvo presente la esposa de Libby, Harriet Grant, así como las comentaristas conservadoras, Mary Matalin –ex asesora de Cheney — y Victoria Toensing –subprocuradora durante el gobierno de Ronald Reagan — .
Walton impuso a Libby una multa de 250 mil dólares y le anunció que permanecerá en libertad condicional durante dos años, luego de que salga de la prisión.
Con cartas de apoyo de varios ex comandantes militares, así como de funcionarios de la Casa Blanca y del Departamento de Estado, Libby pidió no ir a prisión. Quienes lo apoyaban destacaron que Libby tuvo una carrera destacada en el gobierno, en la que ayudó a ganar la Guerra Fría y la primera Guerra del Golfo Pérsico.