BUDAPEST, 9 jun (IPS) – El presidente estadounidense George W. Bush discutió esta semana su plan de instalar un sistema de defensa misilística en Europa oriental con sus pares de Polonia y República Checa, que exhibieron la ingenuidad de la política exterior de ambos países. Estas dos jóvenes democracias ex comunistas mostraron que aún están aprendiendo cómo tratar con madurez con la superpotencia mundial.
Bush y el presidente polaco Lech Kaczynski reiteraron el viernes, horas después de la cumbre del Grupo de los Ocho países más poderosos del mundo en Heiligendamm, Alemania, su compromiso con la instalación de un radar en República Checa y de una base antimisiles en Polonia.
El objetivo manifiesto de este proyecto es defender al "mundo libre" de posibles ataques con misiles de "estados renegados", en alusión a Corea del Norte e Irán.
Pero el apoyo de Varsovia es criticado por expertos y medios de comunicación porque Washington no ha mostrado reciprocidad: ni siquiera ha librado a los polacos del requisito de la visa para viajar a Estados Unidos.
El apoyo de Polonia a las invasiones a Iraq y Afganistán "fue un gesto de amistad hacia Estados Unidos", dijo el ex canciller Radowlaw Sikorski. "El escudo (antimisiles) será otro gesto. Llegó el momento para un gesto de reciprocidad concreto."
Las conversaciones se vieron ensombrecidas por una oferta de Rusia, que hasta hace horas se oponía al proyecto y dudaba de sus motivos: ahora se ofreció para construir la infraestructura de su estación de radar en Qabala, Azerbaiyán.
Bush prometió estudiar la propuesta, a la que calificó de "interesante".
"La sorpresiva propuesta realmente cambió mucho. La visita a Europa oriental no sería tan importante después de esto", dijo a IPS Jan Drahokoupil, analista del Fondo Economía y Sociedad de República Checa. "Debemos esperar para evaluar qué significa realmente."
"Si Estados Unidos rechaza la oferta, quedará claro de una vez por todas que el verdadero objetivo del proyecto no es una hipotética amenaza iraní o norcoreana, sino limitar el potencial nuclear ruso", dijo el legislador ruso Konstantin Kosachev, presidente del Comité de Relaciones Internacionales de la Duma (cámara baja parlamentaria).
La breve visita a Polonia fue muy diferente de la realizada por Bush a Praga el martes, antes de la cumbre en Heiligendamm, donde la elite política checa, profundamente arrepentida de su pasado comunista, disfrutó de su luna de miel con el discurso libertario estadounidense.
Con escasas excepciones, los medios checos celebraron la elección de Praga como puntapié inicial de la gira europea de Bush, a pesar de la fuerte resistencia del público a la instalación de la base misilística.
"La visita retrotrajo el discurso de la prensa checa a la era de la 'normalización' (un periodo del régimen comunista luego de la Primavera de Praga, en 1968). Fue similar a la cobertura de la visita de (el líder soviético Leonid) Brezhnev a Checoslovaquia), dijo Drahokoupil a IPS.
"Los analistas políticos checos coincidieron en que el país se había vuelto muy importante como consecuencia de la visita. No había en absoluto reflexión crítica: sólo adoración, y los organizadores checos de la conferencia de prensa (de Bush) ni siquiera permitieron preguntas", agregó.
Las últimas encuestas indicaron que el público no cambió de opinión como consecuencia de la visita. La oposición a la instalación del radar continúa ubicándose entre 60 y 70 por ciento de los entrevistados, según los sondeos.
Pero el primer ministro Mirek Topolanek advirtió a la población que la falta de voluntad de Europa para defenderse a sí misma había sido su mayor problema en el siglo XX.
Pocos días antes, el viceprimer ministro Alexander Vondra insinuó que, si se rechazaba el radar, los checos deberían someterse a servicio militar obligatorio.
La oposición planea un referéndum sobre la instalación del radar, lo cual preocupa a Topolanek. La oposición y algunos partidos pequeños de la coalición del gobierno rechazan de plano la base o la aceptarían sólo en el marco de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
El primer ministro desilusionó a sus propios simpatizantes cuando indicó que el requisito del visado para los checos que desearan ingresar en Estados Unidos no tenía vínculo alguno con la instalación de la base estadounidense en República Checa.
Pero Bush, al tanto del malestar de polacos y checos, prometió convencer al Congreso legislativo de levantar el requisito de la visa.
El presidente estadounidense trató de apaciguar a la oposición de los dos países y a sus críticos en toda Europa prometiendo coordinar el sistema de defensa de la OTAN y no sólo negociarlo de manera bilateral con los países donde se instalará.
También dijo a los checos que no tenían necesidad de elegir entre Rusia y Estados Unidos, pues la Guerra Fría había terminado.
La visita fue apenas perturbada por unas pocas y pequeñas manifestaciones contra Bush en Praga.
Pero preocupada por que "los estadounidenses puedan sentir que nadie aquí recuerda quiénes liberaron el país y nunca lo ocuparon", la ministra de Defensa checa Vlasta Parkanová obsequió a Bush un disco con una canción proestadounidense interpretada por ella misma.
La canción usa la melodía de otra que celebraba la llegada al espacio del cosmonauta soviético Yuri Gagarin en 1961, y fue divulgada por televisión con imágenes de banderas estadounidenses y checas, una instalación de radar y un edificio del gobierno checo como telón de fondo.
"Díganle a los muchachos que viven en las estrellas y en el espacio exterior que queremos vivir en paz, pero preferimos la ropa del Tío Sam", entonó la ministra Parkanová, cantante de jazz aficionada. "Sabemos quién nos liberó en mayo de 1945."
Unos 144.000 soldados soviéticos y entre 180 y 290 estadounidenses murieron en la liberación de Checoslovaquia, en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial. (FIN/IPS/traen-mj/zd/eu na ip g8 nu/07) (FIN/2007)