SANTO DOMINGO.-La directora de Comercio Exterior de la Secretaría de Industria y Comercio, licenciada Vilma Arbaje, recomendó a las universidades revisar los programas curriculares en base a las exigencias del mercado laboral de las tecnologías, la revolución industrial y el comercio internacional, que demandarán las inversiones extranjeras y la producción nacional.
El llamado de Arbaje se hace con el objetivo de que el empresariado dominicano y los profesionales puedan aprovechar el clima de negocios generado con el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica (DR-CAFTA).
Expresó que existen condiciones favorables para que las empresas competitivas se mantengan en el mercado y otras puedan insertarse, así como para que los jóvenes emprendan negocios propios, tanto de comercio de bienes como de servicios.
La licenciada Arbaje expuso sus consideraciones durante la charla “DR-CAFTA, transformación económica y social: generalidades y desafíos”, organizada por la Asociación de Egresados de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), que dirige la doctora Lissy Campos de Fernández.
Según un reporte de la Dirección de Comunicaciones de la SEIC, Arbaje dijo que en el país hay muchas oportunidades, no sólo por el Tratado sino también por la estabilidad jurídica y por lo abierto que está el mundo desde el punto de vista comercial y de las telecomunicaciones.
Señaló que se hace necesario que la República Dominicana cuente con recursos humanos especializados y empresas con una gerencia con criterios de globalización, para que sirvan de soporte a las industrias locales y puedan tecnificarse, ser más eficientes y reducir costos de producción.
“El TLC no es la panacea, es el boleto de entrada al juego del mercado mundial, en el cual nosotros tenemos que decidir si participamos o no, si queremos o no sacarle provecho a este instrumento comercial que tenemos en las manos y que ya no hay marcha atrás”, afirmó según la crónica informativa de la SEIC.
Al hablar del impacto social y económico del Tratado, señaló que desde el punto de vista social afecta la cultura de hacer negocios y de regular el comercio porque el país tiene que remitir a sus socios del DR-CAFTA las disposiciones legales que quiere dictar o modificar y deben estar acordes con el Tratado, y en lo económico ofrece mayores facilidades para penetrar al mercado norteamericano, porque las reglas de origen son mucho más flexibles.
Recordó que el trato preferencial no es automático, que hay que solicitarlo y demostrar que los productos importados son originarios de un país parte del tratado de libre comercio.
“En este momento la Dicoex está abocada a revisar absolutamente todos los proyectos de ley sobre el comercio e inversión que existan o propongan someter al Congreso, porque cualquier decisión o marco jurídico, a partir de ahora, debe ser consistente con el Tratado”, advirtió.
La licenciada Arbaje auguró que con el Tratado se producirán mayores inversiones, capitales frescos, nueva tecnología, oportunidades de capacitación y transformación industrial.