Ante el culto a la esbeltez las más vulnerables ante la tentación de estas dietas hipocalóricas (muy bajas en calorías) son, por lo general, las mujeres y las adolescentes; que su afán de "verse bien" adoptan regímenes alimenticios que les aseguran perder una gran cantidad de libras con increíble rapidez.
Pero los médicos y especialistas en nutrición advierten que una dieta radical puede ocasionar trastornos agudos a largo plazo: un descontrol en el metabolismo, depresión, fatiga, irritabilidad, debilidad, reducción de la potencia sexual, pérdida de músculo, erupciones, acidosis, ojos rojos, enfermedades de la vesícula y hasta paros cardíacos.
Sobre estas "dietas mágicas" los endocrinólogos señalan que, aunque al principio el cuerpo puede tolerarlas, a largo plazo resultan contraproducentes y hasta fatales, por carecer de nutrientes esenciales para el organismo, como potasio, proteínas, carbohidratos, vitaminas, minerales e incluso grasas.
Otra condición que agrava la situación es que la adopción de estas dietas, en la mayoría de los casos, se efectúa sin ningún tipo de control profesional, por lo cual terminan convirtiéndose en generadoras de trastornos múltiples y variados, como la anorexia y la bulimia nerviosa.
Las dietas muy bajas en calorías (por los riesgos que implican) deben ser utilizadas sólo en casos extremos y bajo estricta supervisión médica y una guía nutricional. Pero aun en estos casos no se recomienda una ingestión diaria inferior a 800 calorías en mujeres ó 1,100 en hombres.
HUYE DE LAS DIETAS RÁPIDAS
La dieta del pomelo, la de la sopa come-grasas, la de la alcachofa, la piña, la manzana, las disociadas… todas prometen hacerte perder mucho peso en poco tiempo y seguramente lo consigas, pero a costa de tu salud, porque provocan deficiencias nutricionales y con la desventaja que tan pronto las abandonas vuelves a engordar.
Aquellas dietas basadas en la ingestión de un sólo alimento o en la disociación quiebran nuestro equilibrio interno y privan al organismo de nutrientes y vitaminas necesarias para su funcionamiento, quien ante ese "maltrato", pasa su factura: cansancio, dolor de cabeza, insomnio, cabello quebradizo, uñas débiles, piel apagada, nerviosismo, mal humor, envejecimiento prematura, anemia, descontrol hormonal, mal funcionamiento de los riñones, alteraciones estomacales y problemas cardíacos.
Con esas "dietas milagrosas" se baja de peso por la pérdida de líquidos y glucógeno en lugar de grasa. En consecuencia, al retomar la alimentación habitual, aunque se coma poco; nuestro cuerpo asimila muy rápidamente todo aquello de lo que se le ha privado. En una dieta muy restrictiva, el metabolismo baja y se puede reducir de forma tal que cualquier migaja engorda.
PIERDA PESO DE FORMA EFICAZ Y DURADERA
Para perder peso de una forma eficaz y duradera la dieta debe ser equilibrada y contener todos los alimentos necesarios para el organismo, reduciendo (no eliminando) el consumo de grasas y azúcares innecesarios. Preferiblemente debe ser elaborada por un especialista (endocrino o nutricionista). Y se necesita tiempo, porque no se puede perder en unos cuantos días lo que se ha ganado a través de varios meses o años.
Una dieta adecuada es la que nos conduce hacia unos hábitos alimenticios sanos de por vida, pues en caso contrario ningún régimen nos permitirá mantener el peso conveniente y seremos víctimas del efecto "yo-yo". Si a unos buenos hábitos alimenticios sumamos algo de ejercicio obtendremos beneficios para nuestra figura y para nuestra salud.